martes, 20 de febrero de 2018

4 Martha exclamó, «¡Noli me tangere, homo!» iv/vii*

4 Martha exclamó, «¡Noli me tangere, homo
iv/vii
(Miniserie, “Fulgencio y Martha”)
Se cumplen 59 años de dictadura comunista en Cuba

Apotegma del Pensar
El totalitario dicta a sus iguales
acatar los pensamientos de su Ego.
 Decir, sumisión absoluta al Ente Máximo.
Es el Superego del pensar sublimado.
Lippmann sentó, que “si todos piensan igual
ello supone (decir, los comunistas)
 que nadie está pensando”
                                                                                     Lionel Lejardi
“Un Asunto Cubano”

Faget, el tercer hombre

Soirées del “Mulato Lindo
Por supuesto que a Batista le dio por igual 'tres cominos o pepinos' dado que el nombrete que le endilgaron a su figura militar, brilló antaño pre y pos 12 de agosto de 1933. Además porque ese aka cargado a Batista, nada denigrante denigrante por cierto; dado que la intencion del mismo era exaltar la figura masculina del líder, por una razón simple: de acuerdo al texto, no fue elaborado por enemigos varones, sino por admiradoras (fans) hembras. También se destaca que el mismo lo arrastraba desde que era un simple 'sargento taqui mecanógrafo' (dicen que autodidacta y entre los mejores) del Estado Mayor del Ejército) que cuanto fue el 'Coronel' mas conocido y poderoso; a quienes los medios y analistas de entonces, siguiendo la moda del cotilleo pueril de clubes femeninos y la prensa: Un "Hombre Fuerte" cuya coletilla de 'mandamás' en Cuba, le acompañó para siempre. Y no por mañas y marañas femeninas de alguna que otra pepillona debutante en el gran mundo del oficialismo de la pre II Guerra Mundial (IIGM); tal otra de las "cocotte" (femme de mœurs légères) vestida con trapos de Dior o Ricci. Valga que tales señoras no lo eran así, ni por casualidad. Aunque en general  presumirían tanto o más que cualquier otra de sus iguales. Este mentado por sus admiradoras y fans, como "Mulato Lindo", le valió que el née, se lo encajaron solo entre ciertos círculos fulgurantes de gente azorada por la inesperada novedad de un simple 'sargento' tornado 'Coronel' por la flecha dorada del destino. Porque sí se trataba de damas respingadas ansiosas, tales proto adolescentes, de su 'debut en sociedad'; pero sin advertir al auditorio que ya no eran casaderas. Sino integrantes de columnas sólidas y apretadas de damas noveles tocadas por fortuna de sus cónyuges varones al servicio del gobierno. Claro, ligados casi todos a la sorprendente hornada revolucionaria de 1933. Solo que algunas de estas damas arribadas envueltas en sueños e imaginaciones múltiples, olfateando olores de las otras hembras competidoras, acerca de qué era en realidad, la high life. 

          Cuentan que alguien del séquito presidencial les explicó el misterio por medio de una parábola mas que atrevida, picante. Todas devenidas en calidad de flor y nata fresca de aquella sociedad cuajada y madura, en el melting pot ideológico del modernismo social. Aquel anuncio a sotto voce era repetido por cada revista o página dedicada a las mujeres, dejando entrever, lo sugerido por el propio Batista para los nuevos tiempos tormentosos del independentismo femenino. Pero de aquel sargento decidido de 1933, no pareció quedarle mucho, en esa cagalitrosa madrugada de enero, 1959, si nos atenemos a los aciagos días iniciales en sus infaustos idus de marzo de 1952. 

Surréalisme, 
Tampoco resultó lo esperado del cocido estrenado por los audaces y hábiles alquimistas de la ya también en evolución plena, durante la etapa entendida como post "Revolución de 1933" Por ello, cuando Trotsky se enamoró (decimos virtualmente) de esa también levantisca la tal corriente, dicha de manera virtual artística del novedoso surréalisme, apostillada en teatros y operas por Guillaume Apollinaire (1917) en "Les Mamelles de Tirésias" (Las tetas de Tirésias); reflexionó que no tenían razón quienes abogaban por retornar a las delicias del ancien régime zarista y así, traicionar al pueblo ruso. Por lo tanto, el (Trotsky) tenía razón en su anti stalinismo como líder de los comunistas exiliados, desde París hasta México. Este último, vino a despertar con el inesperado golpe mortal que le propinó a traición, el agente de la KGB rusa, Manuel Mercado, en la la barriada de Coyoacán, Ciudad México (21 agosto, 1940) por 'encargo' asesino ordenado por Stalin. 

            Es que Trotsky, tal parece, concibió la Revolución Bolchevique como una obra de arte al estilo de los impresionistas, donde lo irreal se muestra como real. Ello, entendido, dado que en 1917 el asalto y toma del poder zarista en Petrogrado por hordas trasnochadas del lumpen proletariat bolcheviques; lo cual devino monstruosidad social disforme, dado que la criatura, aún garrapateaba entre "pañales ensangrentados" Un acto feroz, delineado así como obra de ámbito mundial no sainete doméstico; lo cual era contrario a lo deseado por Stalin, aspirante y electo como fue, tornado per se en autócrata sanguinario, quien convirtió la rebeldía roja en una entelequia local, solo tolerable y posible en Rusia, entre paisanos. Un crimen revisionista, a los ojos de la gendarmería de los "bolos" de tendencia bolchevique, en el decir de ellos la 'mayoría', respecto a las criticas de Trotsky.

"Les mamelles de Tirésias"
 de Francis Poulenc
Escenografía (2001) ópera
 basada en la obra de teatro
 de Guillaume Apollinaire
(Cortesía de Sylvain Lhermite et wiki)
            Decimos, porque aquella saga antimachadista, devino momento destacado del sentido patriótico innato de la cubanía, donde la cosa política bullente entró en un período cuasi constitucional. De modo igual, se gestó a instancias de las fuerzas vivas; a los fines de poner en manos del pueblo a finales de ese decenio, la reluciente Constitución de 1940” Todo este esplendor fue destrozado a partir de enero 1ro de 1959, momento en que los castristas implantaron en Cuba una cruel dictadura comunista

            Porque la sociedad cubana nunca necesitó, pidió ni clamó por ese estremecimiento y desorden injusto y abusivo; propio de los totalitarismos; intrínsecamente destructivos de la nación y además tornado, con almas (siervos) y todo lo otro que tenia adentro como herencia dinástica, regalada a los mismos causantes del fracaso. Luego, no le quedó a los nuevos partos otra opción que hacer el copycat al carbón de la absurda algarada bolchevique rusa, china, coreana, etc. de acuerdo soplaran los vientos hegemónicos de los nuevos imperialismos rojos y sus ejecutores, los inefables guerrilleros verdeolivo.

            Ello, siempre sujeto por supuesto, a ciertos indicadores en su etapa de asentamiento y reflexiones políticas que a inicios de la otra fase posterior de proyecciones realmente constitucionalista de los años 40. En el decursar de ese otro período previo al estallido de la tumultuosa II Guerra Mundial; cuyo inicio demarcó el final de los eventos sociales cubanos acontecidos a partir de la Revolución del 1933 los cuales dieron al traste con el derrocamiento por la fuerza, del gobierno fallido del también Gral. Gerardo Machado y Morales.

Este presidente en fugas junto con parte de su equipo, Gral. Fulgencio Batista y Zaldívar, ahora en esa madrugada se encontraba atenazado por sus enemigos en el Aeropuerto Militar del Campamento de Columbia, devino figura pública a raíz de la victoria de la revolución antimachadista de 1933. Coyuntura crucial, cuando azares de su destino lo catapultaron casi de inmediato, al ser premiado por la Pentarquía armada de entonces, con el rango militar de 'Sargento Jefe del Ejército' (de todas las armas); cuando más tarde fue elevado al rango de "Coronel' con mando igual; pero esta vez por designación personal y expresa del entonces Ministro de Gobernación de la Pentarquía; el destacado y popular periodista Sergio Carbó Morera. Batista, no era el mismo oficial bisoño de arreos militares, uniforme, gorra de plato y botas altas lustrosas de piel de cochino; toda una indumentaria propia de los oficiales. Ni el tan brioso semental triunfador y repleto de supuestos lances sentimentales, la mayoría atribuidos o inventados por el cotilleo de pasillos, en las soirées sociales o actos oficiales a finales de los años 50.

Luego, tal como sucedió con la caída del Gral. Gerardo Machado en agosto de 1933, al huir éste de Cuba en un avión trimotor alemán; ahora en los albores de los años 60 sucedía de forma similar o igual con al derrumbe del gobierno del Gral. Fulgencio Batista a finales de 1958. Esa noche de Año Nuevo de 1959, a éste otro y sus seguidores; les esperaban varias aeronaves militares de fabricación americana DC-4 de servicio regular y militar del gobierno, acondicionadas entonces como naves de pasajeros. Los unos, soñadores, esperaban el retorno al cauce constitucional y el disfrute de la democracia plena o de aquello del ajiaco criollo, tenido como tal. 

            Los sicofantes prácticos, comunistas todos, no “estaban para esas tonterías idealistas” y como buenos pícaros, hacían sus cuentas acerca del reparto del botín, tal como de manera metódica, hicieron utilizando aquel engendro  armado para oficializar el despojo a diestra y siniestra, de aquel oropel de fantasmas, a manos de la reluciente "Oficina para la Recuperación de Bienes Malversados"

La incautación y reparto de aquellos titulados "bienes malversados" no se referían a los del controvertido Presidente Batista, amigos y sus seguidores jerárquicos, sino también los de aquellos presidentes, funcionarios, familias y de todos los períodos anteriores hasta el primer gobierno constitucional de la Cuba Republicana. Todo, porque en la jerga revolucionaria, aquellos personajes, entidades religiosas, financieras, capitalistas, profesionales, etc.,  y personas de cierto y envidiado nivel económico o triunfadores detentadores de riquezas, de hecho e ipso facto, no podían ser menos que 'facinerosos, enriquecidos con el dolor del pueblo’ Esa barrabasada de confiscación y decomiso alcanzó mas tarde al resto de los ciudadanos con cualquier recurso o aquellos que decidieron abandonar Cuba. 

            La monserga castrista diseminada y repetida por casi todas las medias, atrajo como moscas a cuanto malandrín, aventurero y holgazán se despertó un día con el mismo cuento, desde cada rincón e la isla, todo bajo el manto de una absoluta visión del “terror de estado” Después, les tocó el turno a los opositores, disidentes, oponentes  y familiares; incluyendo el resto de los ciudadanos, es decir, el despojo patrimonial de los bienes acumulados de la Cuba completa, incluyendo cada uno de sus habitantes, sin importar  el monto del sustento diario como trabajador o empleado.

Estas agrupaciones armadas sublevadas, algunas políticas, estaban integradas por 'irregulares' en su conjunto, pero en lo individual y personal se sentían con el "mejor derecho" a sentarse en la poltrona presidencial antes ocupada por Batista y sus seguidores. Otras, mal organizadas, pertrechadas y sin una ideología afín con los intereses populares, deambulaban hacia el mejor postor entre los guerrilleros triunfantes. Tales grupos subversivos que ahora resultaron vencedores en la guerra civil a punto de concluir, tras la caída de la ciudad de Santa Clara en manos de los rebeldes castristas o lo que se declarara ser por sí mismos, se surtieron con amplitud de los bienes creados y acumulados por los cubanos. Igual con todos los otros puntos de almacenaje de pertrechos estratégicos a todo lo largo de la isla.

Batista se convenció de que su permanencia en Cuba, como presidente de la nación cubana, tenía sus horas horas contadas, los guerrilleros se disponían a cortar su pedazo del pastel cubano, todavía intacto, antes del saqueo general y repartición de las migajas del botín a capturar. Considerar que se trataba de la última y más rica de las ex colonias españolas, donde sus clases más avanzadas habían acumulado bienes y riquezas por más de cuatro siglos

Luego era de esperar que cada organización política vigilara a sus aliados con vistas a atajar cualquier sospecha de trampas, robo o acaparamiento, desvío, apoderamiento, etc. Una acción virtual y efímera dado que los castristas, mancomunados con los comunistas, se convirtieron en los chefs idóneos para ‘cortar el bacalao’  En otros términos, separadas las preciosidades de la riqueza, cultura, artes todas de la herencia nacional; solo les faltó acumular los polvos de las migajas (de todos modos tomadas ilegalmente de sus dueños) manteadas a los indigentes desde el cuarto piso del Palacio Presidencial. Del botín ansiado, cada ciudadano ávido de lo ajeno, esperó ‘su parte’ sin distingos, pero en la incautación de bienes fue considerado todo, incluyendo los artículos de uso personal, como si fuesen posesiones malversadas, robadas o sustraídas de un mítico erario público y pasaron a ser propiedad del gobierno castrista, sujetos a un simple decreto de los vencedores.

El nuevo Gobierno Revolucionario de erigía de facto, no de jure en “dueño único de toda la riqueza nacional, incluyendo las posesiones personales” decían sus voceros, 'desde los calzoncillos hasta los sostenes, pertenecen al pueblo (ellos, los revolucionarios comunistas)' Bramaban, inconexos en medio de sus demencias ¿Qué, cuáles y a quienes se beneficiarían con esos despojos que pasarían a ser "entregados al pueblo"? El objetivo y destino de cada uno de tales desvarios, aplicados minuciosamente a todo aquello material, espiritual, ético, moral, cívico, político, educacional o social que cayera en manos de los ávidos Hombres Nuevos   resultaba la Gran Incógnita.

¿Qué decía el “Factbook” del CIA?
Muchas realidades que a ciertas personas (los castristas) y líderes de regímenes izquierdistas o similares de la misma cuerda, de tiranía distópica; no desean que otros ya embaucados por sus agentes y activistas, sepan la realidad nefasta de sus gobiernos. Considerar que, atendiendo a los datos suministrados por la Central Intelligence Agency (CIA) se tildan estos hechos de controvertidos. Luego, la realidad es que las datas emitidas por ONU y otras instituciones similares, siempre aparecen sujetas a la volitud de sus gobiernos, so pena de perder el sustento, privilegios y sabrosuras de esa institución. Sin embargo y es por lo que la carencia de confianza en la legalidad de los nuevos dueños de Cuba y se advierte, que tales informaciones ratificadas (por lo que supuestas o amañadas) no pueden ser confiables a causa de sus inclinaciones políticas hacia cánones proto liberales e izquierdistas, además de indudable parcialización afín a los intereses espurios del Tercer Mundo.
CIA World Factbook Cover.jpg


Portada de la última edición
del "The World Factbook"
 del gobierno de los EE.UU.
Dirección de Inteligencia,
(edición 2014-2015)

            El anuario del "The CIA World Factbook" (Almanaque de hechos mundiales) y otras entidades fiables de dominio público yacentes en el mundo occidental, develan que la deuda externa de Cuba en 1958; después de 58 años de gobiernos democráticos (supuestos “corruptos” en el fácil decir de los castristas) era de unos 47 millones de (USD). Es interesante la confianza extrema que los ciudadanos norteamericanos tenemos en la fortaleza de la democracia. Una fe no existente en el tenebroso mundillo comunista, incapaz de publicar un documento estratégico que a estos malandros de la izquierda, solo de pensarlo, se les mojarían el calzoncillo. Es que en ese submundo alucinante de lemas, consignas y el resto de los mamotretos comunistas, por parte de los pensadores occidentales.

Mientras que, por malabares de la decencia, honestidad, honradez, frugalidad y pulcritud;  el mínimo de las virtudes humanas supuestas inherentes a unos supuestos comunistas probos; la gerencia actual de los chicuelos tránsfugas de Fidel Castro, según radiografías explícitas de órganos especializados, tras más de medio siglo de bonanzas castrista (decir comunistas) el haber líquido de los actuales mandatarios y cúpula dinástica, apuntan los entendidos, sobrepasa unos 22,510 millones de (USD) Aclarar, solo en un grupo de entidades financieras acreedoras a las cuales los castristas les birlaron el efectivo como marugas verdaderos. El valor de cambio de la moneda circulante entonces (1957) era de 1.02 dólares por 1.00 peso cubano. Es decir, que el peso cubano valía más que el dólar estadounidense.

De alguna manera, los financistas de Fidel Castro, lograron que de la noche a la mañana, revertir la entonces favorable en favor de Cuba; ahora por magias de tasa de cambio actual inflacionaria galopante, dictara que es ahora de 25 pesos cubanos por 1.00 (USD), a pesar de las acusaciones falsas de los comunistas contra los gobiernos democráticos y constitucionales que les antecedieron. Y la pregunta obligada tiene una respuesta obligada:

Solo en la envidia a La Habana, la capital de Cuba, puede albergar tanta maldad en destruir de la noche a la mañana, un patrimonio de 4 siglos.

            La eficiencia del comunismo: devaluó el peso cubano en 250 veces. Una fabulosa, prestidigitación nunca vista. En 1958, Cuba por su desarrollo su economiza, discutía con Canadá el segundo lugar entre los países más desarrollados de América y del Mundo. Hoy, gracias a las artimañas del birlibirloque comunista, Cuba cayó en picada (ver la Venezuela de hoy) cayendo hasta el lugar 147, un ‘logro tambaleante’ de los tantos que se adjudica el régimen castrista.
                   
En el ranking mundial, producto de la actual y devastadora mano rapiña del patrimonio castrismo, todo ello fue acumulado en poco más de 50 años de república democrática, tras una guerra por la independencia contra la metrópolis española y que perduró a su vez 50 años. Un caso único en nuestro continente. Porque buena parte de las actuales repúblicas, recibieron la independencia “sin tirarles ni un hollejo de naranja de China a los españoles colonialistas” Recordar que la data suministrada por los totalitarismos en cualquiera de sus renglones, por defecto, siempre es falsificada por el régimen imperante. 

            En la ONU, estas caricaturas de naciones se hacen cómplice de estupro e indolencia, dado que se hacen de la vista ‘bien gorda’ cuando se trata de la datas de los totalitarios y jamás, han denunciado esta práctica. Luego, a finales de año (1958), allá en el centro de la isla, la ciudad de Santa Clara estaba siendo asediada por fuerzas hostiles y finalmente, cayó en manos de las guerrillas activas mancomunadas en ese punto. Inicio de la hecatombe batistiana.

Los comunistas del Partido Socialista Popular (PSP) bien conocidos en aquella época, hizo presencia anodina en “Las Villas” (Santa Clara) sin que aparecieran récords de combates en contra de las fuerzas gubernamentales, aducían ellos, “cuidando de sus cuadros (los dirigentes) como de la niña de sus ojos” En Las Villas otros sectores autóctonos convergieron unidad con  columnas guerrilleras  provenientes desde la Sierra Maestra en la provincia de Oriente; se unieron a las que ya operaban en el macizo central montañoso de la Sierra del Escambray, cuyos efectivos que desde ha, ya combatían a las fuerzas terrestres del gobierno batistiano en esa provincia.
                                     
            Este Coronel de Inteligencia, era un experimentado cuadro militar, entrenado en los EE.UU; el cual bajo aquellas circunstancias excepcionales, sustituyó al Gral. Manuel A. Ugalde Carrillo en el cargo, desde la noche anterior al desenlace de la fuga, por un telefonema de confirmación del propio Presidente Batista. Ahora, el oficial esperaba paciente al resto de las figuras gubernamentales de mayor prominencia que ya arribaban, a la pista. El desenvolvimiento del evento era conocido por el Coronel por medio de la radio interconectada entre el aeropuerto militar y la comandancia, en los bajos de la Torre de Control Aéreo, desde donde se dirigía la evacuación.

            Un parte de los fugitivos, ya montados en los otros aviones, los suyos propios o los pertenecientes a familiares y amigos impelidos como ellos a esa onerosa huida en medio de la noche, los más impacientes del bloque comprometido esperaban la orden del despegue final. Por recomendaciones del Cap. Mariano Faget y Díaz, los aviones principales de la comitiva presidencial despegarían en conjunto hacia rumbos distintos, en aras de confundir al enemigo sobre la identidad de los pasajeros y el destino de los mismos.

¡Chilla, chilla!, walkie-talkie
Es que todo el endrungue le sucedía a los fugitivos en medio de la neblina densa –ya casi abrazo gélido del relente hacia el final vespertino-, jadeos y temblor  interior provocado por el seísmo homicida en ciernes sobre los evadidos. Uno de sus ayudantes, con su acostumbrada diligencia, se acercó al jefe del dispositivo; le saludó marcial y le entregó un walkie-talkie. Cuando el oficial tomó el aparato escuchó por el auricular la voz del operador proveniente desde una radio microondas móvil, la misma que desde días antes fue activada en los patios del Estado Mayor. Faget activó el canal de contesta y sin tiempo a contestar, pero volvió a escuchar de inmediato la voz del operador quien le instó a esperar por la voz del oficial llamador. La misma que instantes después, de quien le inquiría desde el otro extremo.
        
            — ¿Mariano? —inquirió la voz rasposa, muy familiar, que parecía perderse en la lejanía de aquel final inconcebible por los partidarios de gobierno, ahora en desgracia.

            —Sí, mi general. Y a la orden —asintió el coronel.

            —Coronel, todo “en verde” y "El Hombre” (el Presidente) pronto ira
en camino. ¿Está claro, Coronel? —inquirió Cantillo con firmeza, con la voz cargada de emoción ante la impotencia de sus fuerzas militares que se desmoronaban, frente a las bandas guerrilleras, como merengues en la puerta de un colegio.

            —Rights, señor general —asintió Mariano.

            —Escúchame bien, Coronel —le recalcó Cantillo, en su tono más convincente—. El estado Mayor concluyó que solo , eras el hombre idóneo para esta operación de repliegue. Así le prometí al Presidente. Todos quedamos en tus manos y en la de tus hombres. Y, ¡fuego a la lata, coño, hasta que suelte el fondo! —exclamó finalmente Cantillo, sobreexcitado, desde el otro extremo de la línea.

            Se trataba de uno de los dicharachos preferidos por los oficiales gubernamentales cubanos que combatían a las bandas guerrilleras. Los oficiales, especialmente aquellos involucrados en operaciones en el frente  de combate, poroso y ondulante, lo empleaban incesantemente para arengar a la tropa. En especial a los soldados bisoños, apodados "casquitos"

            —Seguro y siempre. ¡A la orden, mi general! —exclamó Mariano conmovido y en voz alta para que los otros oficiales y soldados que le circundaban, escucharan la gravedad del momento

            En ese instante crucial, quien hablaba con el Coronel era era, el Gral. Eulogio Cantillo Porras, Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Cuba.

Nada más embarazoso al Coronel, quien maquinalmente hizo un el saludo militar en seco, cuando vio que los subalternos le observaban. Pero se compuso de inmediato, y se sintió, incómodo, al ver que su primer ayudante le observaba por su muestra de disciplina. No quería ser tomado como servil.

           —Señor, ¿puedo ayudarle? —preguntó el oficial, turbado aun y con una expresión de incertidumbre, nada parecida a los que él se había imaginado.

            —No, teniente, gracias a Dios todo anda bien, muy bien. Es que cargamos con una responsabilidad muy grande. Más allá de nuestras posibilidades militares. Porque "timbales" hay de sobra para rato. ¿No?

            El Coronel estaba dispuesto por el Alto Mando del Ejército para continuar recibiendo a los fugitivos, con el máximo de consideraciones. Su posición, ante los opositores, no era igual a la del Corl. Orlando Heleno Piedra Negueruela, jefe del Bureau de Investigaciones. Piedra estaba acusado de maltrato y asesinato de opositores. Entre ellos, el del líder opositor y ex senador de la república Pelayo Cuervo Navarro, como represalia a raíz del asalto al Palacio Presidencial por comandos, casi todos estudiantiles, integrantes del Directorio Estudiantil Universitario (DEU) Sin embargo, algunos cronistas y estudiosos aducen que los conjurados de todas las tendencias opositoras achacaban al gobierno la “limpiezas interior” de sus cuadros, disidentes y traidores. Nada de extrañar si atendemos la historia macabra de los sistemas comunistas, fascistas, etc. Es decir, “la culpa es de las víctimas, no de los victimarios

Ojos alejandrinos,… quizás en el primer círculo
El Coronel Faget, también Jefe del SIM (Servicio de Inteligencia Militar) hablaba con tono quedo, de suavidad amable. Cualquiera lo habría supuesto rudo, porque se trataba de un militar y experimentado experto en Inteligencia y Contrainteligencia Militar, adjunto al primer círculo de protección del Presidente. Este, era un verdadero héroe entre sus iguales y para muchos cubanos de su generación, incluyendo líderes anticomunistas latinoamericanos y también Presidentes de naciones. A éste militar, todos le conocían perfectamente encajable dentro del grupo de colaboradores cercanos al Presidente Batista y de ser enemigo de mayor recelo, por parte de los opositores violentos, que le temían por su inexorabilidad en defensa de la presidencia, además de ser un anticomunista probado. Algo, que buena parte de los opositores demócratas no entendían, puesto que echaban en el mismo saco a quienes defienden ciertos privilegios; los mismos; a los cuales aspiraban disfrutar los contestatarios actuales al gobierno batistiano, tal lo demostró después la historia y los que actuaban de acuerdo a su juramento de fidelidad al poder constituido.

El oficial, esperaba a los autos del gobierno y también los particulares y sus pasajeros con los brazos en jarras (la actitud de quien, estimaban sus envidiosos, se las daba de ser un "militar hasta los tuétanos"), protegidos por un escuadrón de oficiales jóvenes, armados hasta los dientes. En especial, galopaban con las novedosas metralletas Uzi (9 mm), israelíes (todavía experimentales, obtenidas mediante un judío con conexiones en las armerías floridenses; pistolas belgas Browning (parabellum), todas armas cortas de 9 mm, entre otras armas de combate, de calibres todavía inusuales entre los oficiales de las Fuerzas Armadas cubanas.

            Sucede que este oficial de alto rango y mayores responsabilidades, quien se las gastaba de ser un ente solitario; era quizás el más apto y sereno en la óptica presidencial; para desplegar la logística de protección en momentos tan excepcionales, tal corrían ahora en medio de aquella madrugada. El dispositivo de defensa incluía armadas y listas, un par de bazookas M1A1 (60 mm) con su parque ambulante, guardadas en los maleteros de los carros celulares, listas para ser desplegadas.

Este coronel, se había convertido en el anfitrión idóneo escogido por su profesionalismo frío y de una eficacia aterradora, capaz de afrontar situaciones tan excepcionales como el desvió de la sociedad gubernamental hacia ese vericueto laberíntico, el exilio. Una tarde anterior, dos días antes, preocupada por los rumores entre las esposas de los oficiales y de algunos altos funcionarios del régimen, la suya propia le preguntó, cuando permanecían aún en su casona del barrio de “Buen Retiro”, en el municipio de Marianao, a un “tiro de piedra de Columbia”

            —Mariano, ¿es tan grave la situación?

            —Sí, amor, esto se acaba. Debemos rehacer las maletas y llevarnos lo indispensable, no lo que teníamos supuesto,  y ya. No esperar por un milagro que nunca sucederá.

            — ¿Y los niños?

            —Por supuesto que se van también, para los Estados Unidos. Esto, terminó para siempre. Lo que viene sobre Cuba, apréndetelo de memoria, es “mucho con demasia’o"

            Mariano Jr. ("Marianito"), el primogénito, abrió los ojos claros y se arregló la gorra del equipo beisbolero del club “Almendares” azorado sobre lo que no entendía pero que de alguna forma observó expectación en la expresión de la madre. El coronel, se encontraba dispuesto para catalizar la orientación de los prófugos civiles y militares, hacia las aeronaves ya activadas y recalentadas en las pistas, pero con los motores en baja (ralentí). También, porque este hombre era otro de los militares de carrera más temido por los facciosos, en especial los comunistas. Mariano, el padre, se trataba del Coronel Mariano Faget Díaz 2, a la vez, Jefe del Bureau de Represión de Actividades Comunistas (BRAC), al cual los comunistas, en especial los de la vieja guardia, le colgaron después atrocidades y otros eventos, al parecer, sin evidencias de que hayan sucedido.

Este, era quien debía constatar que los autos arribados vaciaran su abigarrada carga y que todo marchara en orden, considerando la premura del tiempo disponible. Faget, aguardaba las oleadas de fugitivos esperanzados en que cada cual de los autorizados a abordar los aviones, según las órdenes del Presidente Batista, encontrara un puesto en el albur de arranque de acuerdo a su rango y categoría. Porque las adorables mascotas de las damas, con moquillo tempranero, se quedarían en tierra, les había advertido el Presidente. Quien, ya él mismo había sacrificado sus dos Dóbermann originales de figuras y fiereza imponentes, traídos desde la “Selva Negra” (Schwarzwald) de Baden-Baden, Alemania. El Presidente no soportaría que los canes fueran a parar a manos guerrilleras.

            El Coronel sabía que lo único importante para esas personas, era poner espacio entre ellos y los sediciosos de la oposición violenta —los mau-mau, tal les decían entre la tropa de combate—, ya conformados en partidas urbanas punitivas nutridas con apparatchiks en función de comisarios políticos. Estas tropas punitivas, iban provistas de todos los poderes verbales (que nunca dejan rastro) para la búsqueda, captura —y en ciertos casos ajusticiamiento marcial sin corte, in situ—, de aquellas figuras connotadas, componentes de una lista interminable elaborada personalmente por los Castro y otros de su entera confianza.

En la misma, aparecían líderes políticos, sociales, obreros, militares, religioso, periodistas y sus simpatizantes; los de mayor significación y a los cuales “en aras de los altos fines de la revolución, había que modificarles la salud, de cualquier manera y bajo cualquier pretexto" Los Castro habían sido tácitos al dirigirse personalmente a los responsables provinciales conjurados, de los que después conformaron los “grupos de exterminio” 3 A sus sicarios les advirtieron,

            —Ante las dudas, disparen y nada de piedad con los enemigos. Fusilen y después hacemos las preguntas. Es la Ley de la Sierra Maestra. Si es necesario, un tiro en la nuca, donde el cerebelo. Porque cuando se genere la señal de dolor, ya el sujeto estará muerto. Así dijeron los alemanes que era lo menos doloroso para limpiar Alemania de los judíos, cuando, según sus hobbies no los gasificaban y quemaban. Comprenderán que nosotros somos "humanistas" y no podemos caer en esos extremos. A nuestros enemigos, los eliminamos y los enviamos a la ya “socializada”, santa sepultura. ¡Aaa…men!

            Estos grupos irregulares armados por los castristas, dispusieron de carta blanca para sus actividades punitivas. En esencia, aunque sin ninguna organización ni estructura interna de mandos, eran turbas cuyos objetivos se asemejaban a las "Unidades de Asalto" del Partido Nazi, la archi conocidas Sturmabteilung (los "camisas pardas") en la represión de los burgueses, religiosos, homosexuales, etc. Ello era así, puesto que los "otros" serían simples cucarachas burguesas a las que se debían eliminar a cualquier costo y de manera expedita, extrajudicialmente. Con tal proceder, se obviaban los peligrosos inconvenientes y demoras ante los tribunales; por medio de juicios públicos formales tal indicaban las leyes, de las cuales los castristas alardeaban y se afanaban en anular.

Las hordas de comandos urbanos, ya desenfundaron sus armas adquiridas en cada rincón de las ciudades, pueblos y zonas campesinas, prestos a limpiar el país de los restos del agua pesada que les representarían las viejas instituciones gubernamentales sustentadoras del ancien régime. Los tres poderes, legislativo, judicial y ejecutivo, se barrerían sin la menor contemplación. El plan inicial y definitivo: terminar con todas las instituciones.

Se incluirían los institutos armados, la prensa televisiva, radial o escrita y a los medios libres se les aplastaría bajo pretextos, destruidos o confiscados por el nouveau régime. De este modo expedito, Cuba se convertiría en una sociedad fuera de la ley y su régimen dispondría del pase de abordo, para sumergirse en el pavor subyugante del mundillo comunista.

            De inmediato, comenzaría la transformación del país cubano hacia un totalitarismo deshumanizado. Todos los ciudadanos, incluyendo personas adineradas de las clases medianas y altas andaban esa noche desesperadas y confundidas, por saberse lanzadas hacia un destino incierto. Algo que ya sabían de antemano al escrutar los ejemplos de la URSS y el desbalance social impuesto por los bolcheviques en la Europa del Este, desde la pos guerra (II Guerra Mundial), sólo una parte de la gente de “a pie” percibió la naturaleza real de aquello que se les sobrevendría.

La ventanilla del pasajero más prominente
Ya supuesto finalizado el arribo de los fugitivos, Faget se dirigió hacia el carro apartado del resto de los vehículos recién llegados, —un Cadillac tipo limusina, blindado, también "Cola de Pato" y de color negro—, aparcado en medio de las sombras y a la vera del edificio de la torre de control de vuelos. En dos Chevrolets modelo “Bel Air”, del 1958, con los colores oficiales crema y blanco de los Servicios de Inteligencia Militar (SIM) donde le esperaba el team de asalto que integraba la guardia personal del mandatario. Esta mini tropa era la encargada de la custodiaba presidencial, dispuesta en un dispositivo circular. Aquella élite de gards du corps, era estimada como la de mayor fiereza y lealtad al Presidente Batista. Un lejano tintineo metálico, a veces con un fondo sonoro de detonaciones apagadas y cláxones traídos por la brisa temprana, se percibía proveniente de cada punto de la ciudad circundante. Además de algunos que otros fuegos artificiales y cohetes voladores detonantes, tardíos, de quienes no se habían enterado de que el Presidente, ya no estaba en casa. Eran expresiones de júbilo de simpatizantes del gobierno, ajenos al drama gestado en el Campamento de Columbia, pero que daban espectáculo al cielo.

Se trataba de una actividad festiva prohibida, por bordear imágenes terroristas, pero a la que ningún oficial se atrevería a cerrarle las puertas, atenidos a los rumores tremendos que circulaban. La ventanilla derecha trasera del pasajero descendió con lentitud. Desde el interior, el Presidente Batista, último mandatario de la era republicana; atinó hacerle a Faget un gesto para que se acercara y le susurró algunas palabras.

            —Mariano, ¿cómo tú ves la cosa? —le inquirió Batista, sin gota de desaliento.

            —Señor Presidente, ¿puedo serle franco?

          —Claro, hombre. Seguro que puedes, y ahora, más que nunca.

            —La cosa esta, “color de hormigas” Esto se jodió de manera absoluta e irremediable, señor Presidente —acertó decir el Coronel—. Usted se va ahora y le sugiero que no deje embarcarse con que alguien le susurre al oído, sobre un retorno. Esto, se acabó. ¿Usted me entiende, mi general?

            —Mariano, ¿y tú, tus hombres y las familias de todos Ustedes, tan fieles, qué?

            —Señor Presidente, esa bronca es mía. Yo, personalmente, cuidaré de su seguridad. Ya tengo dispuesto los medios de su evacuación, incluyendo sus familiares —aseguró Faget, tácito.

            Batista le saludó emocionado, con un brillo fugas en sus ojos achinados. Faget hizo un gesto de asentimiento y le devolvió un saludo militar. Era la señal para que los funcionarios y familiares allegados al mandatario, seleccionados entre los más destacados —extrañamente, excepto el Vicepresidente de la República, el cual nunca logro ser avisado de la estampida— abordaran el DC-54 Ejecutivo, nombrado, “el Guáimaro", quizás rememorando la Constitución del mismo nombre , que rigió la República en Armas del Ejército Libertador contra los colonialistas españoles.

Esta era una aeronave acondicionada idéntica al "Bataan", la cual condujo al Gral. Douglas MacArthur en 1945 4; en su histórico vuelo sin escolta hasta el aeropuerto de Atsugui en Yokohama, para concluir la rendición del Shōwa (Emperador) japonés, el emperador Hirió-Hitó y su inmenso ejército imperial, todavía intacto. El mismo ejército que el Emperador estimó una vez imbatible, hasta que el general norteamericano y su corncob pipe (pipa de maíz), les demostraron lo contrario al emperador japonés, derrotándolo ignominiosamente.

            Y también, el gesto de Faget era para que el resto de los pasajeros corriera hacia los otros aviones, ya ronroneantes de manera ensordecedora a todo gas. De los equipajes de mano, algunos iban atiborrados con valores, joyas y dinero cash en dólares, francos y libras inglesas que, acumuladas de manera provisoria y lograron rescatar. Aquellas alforjas, en ese momento constituían los bienes más preciados por los fugitivos. Otras aeronaves ligeras personales, multi plazas, pertenecientes a los más precavidos de que aquella guerra civil terminaría como "la fiesta del Guatao"; concluían el abasto de combustible, reventadas de pasajeros azorados —los de bajo pelambre—, o rodaban enloquecidas pidiendo pista para el despegue.

             La saga continua,

© Lionel Lejardi. Enero, 2012
lejardil@bellsouth.net
Legacy Press

Addendum
1     (En construcción)

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