Domhnall Val rugió, "Quiero
ser Presidente de los Estados Unidos de América”
Se cumplen 57 años de dictadura comunista en Cuba
Sin la venia ajena
(Miniserie, "Trump and other contemporary political achievers")
Sobre la Economía
Toda interferencia gubernamental
en la economía, consiste en conceder
a otros, un beneficio no ganado,
extraído por la fuerza a algunos hombres,
a expensas de otros.
Ayn Rand
“Un Asunto Cubano”
Dilemas de Donald y otras maravillas de las democracias
Trump, ¿chief de un gobierno colegiado?
Improbable, absolutamente. Claro que se trataría de analizar un desatino a partir del absurdo típico de Ionesco o quizás de uno o varios Kafka colegiados e intangibles dado el silencio perpetuo que les rodearía. A esos fines habría que considerar los tres modo de pensar en Ciencia Jurídica, según Carl Schmitt (1996); ajustados al pensamiento germánico del aufsichtsrat (entidad de carácter deliberativo) incompatible con las prácticas democráticas. Ello, devendría abrumador por la imposibilidad de existir un Gobierno Colegiado sin Parlamento, en las democracias verdaderas en funciones, tales son los Estados Unidos de América. Porque en alguna forma, Domhnall Val (Donald), que en la realidad del inglés moderno seria: née, Donald John Trump; experimentó, lo que nunca antes en su vida semi pública de ciudadano simple le satisfizo, al escuchar a sus íntimos familiares y amigos escogidos, la propuesta o recomendación de que activara su postulación como candidato presidencial del Partido Republicano para las elecciones generales anunciadas a celebrarse en noviembre 8 de 2016.
En esa faceta tal entrepreneur exitoso con las alzas y bajas normales de quienes, arriesgan su capital en Bienes Raíces, Bolsa de Valores, Espectáculos, Centros Deportivos, Concursos y otras actividades mil o en aquello que le dictare su real gana; se encontró con un sinnúmero de competidores y críticos de atipicidades rabilargas (claro que de aquellos que cargan sus dignidades a la izquierda); dados por economistas apócrifos, todos liberales, enchumbados en lamentos y ululares de balalaikas tan singulares y placenteras a los colegas demócratas.
Improbable, absolutamente. Claro que se trataría de analizar un desatino a partir del absurdo típico de Ionesco o quizás de uno o varios Kafka colegiados e intangibles dado el silencio perpetuo que les rodearía. A esos fines habría que considerar los tres modo de pensar en Ciencia Jurídica, según Carl Schmitt (1996); ajustados al pensamiento germánico del aufsichtsrat (entidad de carácter deliberativo) incompatible con las prácticas democráticas. Ello, devendría abrumador por la imposibilidad de existir un Gobierno Colegiado sin Parlamento, en las democracias verdaderas en funciones, tales son los Estados Unidos de América. Porque en alguna forma, Domhnall Val (Donald), que en la realidad del inglés moderno seria: née, Donald John Trump; experimentó, lo que nunca antes en su vida semi pública de ciudadano simple le satisfizo, al escuchar a sus íntimos familiares y amigos escogidos, la propuesta o recomendación de que activara su postulación como candidato presidencial del Partido Republicano para las elecciones generales anunciadas a celebrarse en noviembre 8 de 2016.
En esa faceta tal entrepreneur exitoso con las alzas y bajas normales de quienes, arriesgan su capital en Bienes Raíces, Bolsa de Valores, Espectáculos, Centros Deportivos, Concursos y otras actividades mil o en aquello que le dictare su real gana; se encontró con un sinnúmero de competidores y críticos de atipicidades rabilargas (claro que de aquellos que cargan sus dignidades a la izquierda); dados por economistas apócrifos, todos liberales, enchumbados en lamentos y ululares de balalaikas tan singulares y placenteras a los colegas demócratas.
Donald J. Trump Cortesía de Campana Presidencial Noviembre 2016 |
Ello,
dado que en la palestra pública, esas artes mágicas y esoterismos, son propios
de los brujos populistas enredados en sus retortas, no precisamente las del
"El Aprendiz de Brujo"
Tales crisoles son diferentes a los de aquellos otros magos y ciertas sacerdotisas
con del punto "G" alborotado, inmersos
todos en los complicados avatares financieros del "tit for tat" de ciertas tribus endémicas de Wall Street.
Sucede que ahora todo aquel bagaje de intereses y acciones bursátiles, incide en que el discurso actual ríspido el cual hubo de desdoblarse en la versión actual de sus proyectos, referidos como respaldo a la inevitable propuesta de candidatura presidencial en una especie del "toma y daca" (el quid pro quo en el retorno de Hannibal) del castellano contemporáneo.
En
la mente de Donald apunta a que sin proponérselo, devino en una revolución transcripcional
propia del lenguaje críptico financiero, de corte electoral. Un enigma gótico
para los legos en artes de la dialéctica locutiva. Pero, en modo alguno, un
acto perlocucionario, donde Trump osaba enunciar en su estilo: "quid pro quo, domine" Esta decisión competitiva de Donald Trump,
acapara prácticamente la atención nacional de los estadounidenses y casi la
absoluta curiosidad recelosa de los extranjeros dedicados al parafraseo
intrincado del apotegma aterrador para nuestros enemigos.
Porque
en la contienda del socialismo utópico franco-nórdico europeo, la constante
económica entre los polos directores de la economía en EE.UU. y Europa, devino
y tuvo la gentileza de mostrarnos uno de sus destellos en una obra de reflexión
impresionante, ”El Desafío Americano”, escrita
nada menos que por un socialista radical. Contenía un resultado lógico no
algebraico, alejado de los tensores físicos del escritor y economista parisino
de la social-democracia; Jean-Jacques
Servan-Schreiber (aka, JJSS) No solo como el sonido de un sol
chivato para la atención de los economistas europeos ante un libro impactante,
sino también, sintonizado con las fuerzas generadoras de riquezas del
capitalismo moderno, representado en todos y cada una de los estamentos
sociales del actual y genuino pueblo estadounidense y otras sociedades exitosas
del Mundo Libre. Todos hartos hasta la cocorotina
de los populismos paternalista a costa de los bolsillos ajenos.
"Tan solo con abrir la
boca y decir lo que se piensa, basta para desatar cualquier número de enemigos,
advirtió Martin Luther King al disertar sobre las incógnitas nacionales e
internacionales, mientras exponía a lo crudo lo que se opina sobre las causas y
falacias nocivas a los EE.UU. y la manera de solucionarlas. Una charla que no muchos deseaban entablar. Tal sentencia entre
otras puso en atención a Trump, quien ha estremecido y dado que el entredicho en
medio de las primeras andanadas, a los respectivas Estamentos de las
plataformas políticas de sus correligionarios. De rechazo, los proyectiles
tocaron a los líderes y miembros del Partido Demócrata, cuya estrella era diana de
manera justa y eficaz durante años, del ataque directo de la bancada
republicana la cual incluye aquellos de nuestros correligionarios con
aspiraciones presidenciales propias. Y bien que así sea nutrido el listado en
las primarias.
Son las inigualables bellezas de la
democracia, el poder disentir y debatir de manera abierta con el oponente, más
si este abusa de los ciudadanos inermes tal es en los totalitarismos. Valga que nuestra Constitución
previó bien temprano tener armados y
entrenados a sus ciudadanos, como advertencia a los designios de cualquier
tiranuelo embebido de tropicalismos, pululante por y desde ciertas "Chiquitas Bananas" Y digo "tropical", porque los tiranos de
nuestra región, devenidos cuasi reyezuelos africanos sin serlo, por el
parecido. Salvo en ocasiones por su actuar, son los copycat del Aedes aegypti capaces de portar e
inocular cualquier basura ideológica tipo sika, totalitaria y marxistoide a los jóvenes
norteamericanos incautos.
Y ni decir, del tembleque populista
que reforzó a sus proyectos electorales la única aspirante posible a vistas
competir por el Partido Demócrata, la Sra. Hillary R. Clinton, en lugar de
alejarse del otro paradigmático púrpura en ciernes, Sr. Bernard (“Bernie”) Sanders y sus coqueteos con los carcamales totalitarios. Clinton, es reflejo de una experimentada candidata, muy culta y
con experiencia y habilidades notables; aunque no muy alejada del pandemónium
de la cadena de sus sus errores actuales y próximos pasados. La cúpula del
Partido Demócrata, no se sabe por cuales cábalas y sortilegios, decidió incluir
en el ticket de aspirantes presidenciales
y en la monta de contrincante en segunda opción para los votantes, a un
personaje singular y de no menor prosapia izquierdista, "Bernie" Sanders la cual transpira zurderas
por cada uno de sus poros.
Este último, palafrenero nato,
funge en la actualidad como miembro activo del Partido Demócrata del cual es
veterano desde 2015, cuando cambió del bando de los Independientes al
Demócrata. Tal movida, bajo no se sabe cuáles designios, hitos, cartomancias o revelaciones
(encasillados entre los divinos, aunque
este líder es ateo) O quizás, atendiendo mandatos de extramuros. Así de fácil,
Sanders ahorcó sus hábitos de de filas nihilistas
(demasiado visible e incómoda) y se escabulló entre las huestes demócratas
donde ciertas pelambres hirsutas de rojo einsteniano decepcionan Inclusive que
nos asustan por emitir destellos similares.
Al parecer, el nido demócrata no
advirtió al huevo extraño en su nido y lo ungió con el beneplácito y le arrulló
el viejo pedigrí a este conspicuo veterano
de jerga socialista, terco admirador de toda clase de extremistas, tiranos y
totalitarismos, el irreverente Sr. Sanders. Ver sus años mozos si los tuvo si
ponemos a un lado la taciturnidad, porque líder, indudable por la magnitud de
sus seguidores, ya senador por Vermont; arrastra un pedigrí joven bien alineado a
los movimientos de activismo fachadas (sino todos, una buena parte de los
cuales eran apoyados por el Comintern y la Cuba castrista) por desgracia, afiliados a
los enemigos sigilosos de EE.UU. La historia completa, debe andar por uno de
los folios enrojecidos de los rincones históricos.
Se trata por el botón de muestra (sus
pelos) con una intoxicable fragancia marxista, el cual sus activistas
promotores destapa, refresca y reverdece; la marchita y usual inopia futurista
de los demócratas cándidos e idealistas aunque confundidos entre la democracia
real que palpa a diario y la estarvación de la extrema izquierda. Esta
divagación política o manía populista, está basada exclusivamente en aumentar
los impuestos a quienes generan riquezas y empleos, a fin de engrosar las filas
de sus activistas gubernamentales a los fines de paliar los malos hábitos de estos dependientes
de una falta de ánimo endémica y desidia en realizar cosas, decir, mantenerse
en un trabajo estable.
Beau Geste
Tal
gesto quizás, parangonando un tal beau geste
de entre legionarios, debía ser cuidado de no confundirlo con la novela
homónima “Beau
Geste” original de P. C. Wren; tan propia de la literatura
y cinematográfica de los años 20, sin que tenga nada tiene que ver con el
populismo de algunos gobernantes. No es difícil y además gratificador, saludar con sombrero ajeno (regalar los
dineros del erario público a la usanza populista) para mostrar a los
estadounidenses el absurdo actual y sin futuro del mundillo liberal. Recordar y
admitir que tal actuar conduce inexorablemente a ese jardín de una sola "flor de cactus" ya agotada. Es
para dejar el país victima desolado de su otrora fertilidad estupenda, es que al parecer los inquilinos de las casas
presidenciales propenden a los fines de ganarse la simpatía electoral de los
aprovechados de la candidez celestial de demócrata y sus dirigentes, al parecer
temporalmente, hipnotizados con redenciones y salvaguardas destinadas a
perpetuar un efímero “Culto a la
Personalidad”
La Sra. Clinton, quien arrastra un
historial de experiencias políticas reales, acertadas o equivocadas, ha sido
dejada al garete por los obamistas quienes; nunca prestos (lo conocido) en
enfrentar a quienes son nuestros enemigos mortales según declararon
oficialmente ellos mismo. Decimos, los islamistas radicales por citar unos ejemplos
infaustos. Estos
últimos, auto proclamados "nuestros adversarios” sin haberlos atacado, dan
la impresión absolutamente falsa y según ellos; de estimar a Obama desde el
punto de vista religioso y ancestral un factor extranjero no antagónico y en su
lugar, opinan algunos excedidos en sus apreciaciones, sospechosamente diplomático.
El manto de populismo desorbitado
(su legado) con el cual desea retirarse el Presidente Obama del teatro
demócrata; fracasó en arenas del Sahara el cual es un simple tropo regional. Ni
tan siquiera, cuando “FORBES” arrimó a Trump a la lista de los hombres más
ricos del mundo, asignándole a éste último una fortuna de unos 4,100 millones (USD) La cifra, fluctúa con el tiempo y maldad de sus enemigos, quienes le echan
en cara que fue el heredero de su padre y no ellos, envidiosos de su raquítica
prosapia. Tampoco cuando la revista lo oreó al aire libre con las delicias de
las personas más influyentes de nuestro planeta. Allí y no por volitudes
poderosas, confluyen personalidades diversas, de cualquier continente,
nacionalidad, religión o etnia.
Reafirmar y anunciando que en Norteamérica
todos los ciudadanos decentes nacidos o naturalizados (con ciertas excepciones)
tienen la misma oportunidad de ser senador, excepto Presidente de los EE.UU.
Este último, dado que este cargo solo puede ser ocupado por un ciudadano
norteamericano por nacimiento.
Claro que en nuestro caso no se
trata de ver el nombre de “Donald” con su apellido actual de “Trump” Saber que
este último posee varios significados que van desde “persona admirable o
confiable”, hasta un instrumento musical. Sin nada hilarante y sí, muy
respetable. De cualquier manera se trata del candidato presidenciable por el
Partido Republicano aspirante a la silla prima en las elecciones generales convocadas
para noviembre de 2016, Mr. Donald (née,
John) Trump.
“Yo, me pago lo mío”
Trump,
penetró bien temprano al pugilato político por la Casa Blanca donde pelearían
entre sí los candidatos republicanos aspirantes a la Presidencia de los EE.UU.
en las elecciones de 2016. Estos ciudadanos, la mayoría políticos profesionales,
de manera sorprendente totalizaron 17 republicanos. Unos pocos no políticos
como el propio Trump, pero todos ansiosos por captar la preferencia de los
votantes. El tiempo, los fondos (dinero) y la selección natural, decantaría la
lista inicial hasta que restara el candidato oficial final, por el Partido
Republicano. El vencedor en las primarias, se las vería con el demócrata
elegido en las elecciones iguales por aquel partido, entendido con iguales
intenciones sanas de servir a su país.
De inicio, la única favorita por
los demócratas se vislumbrada en la ex Secretaria de Estado, la Sra. Hillary R.
Clinton. Hoy, por desgracia, la Clinton tambalea en sus deseos atiborrada de
denuncias, sospechas y otras alegaciones, por lo que ya en las filas demócratas
se vislumbran otros líderes sustitutos, eventuales. Es que dicha candidata se
ha visto envuelta en un número intolerable de escándalos por su errática
actuación en el cargo, además de no contar con todas las simpatías personales
de la grey demócrata. Los simpatizantes de este partido en el poder, una
significativa porción casi decepcionados, permanecen en compás de espera hasta
que se sientan en condiciones de enunciar su o sus probables candidatos.
Un consenso advertido entre las
respectivas membresías partidistas, apunta a preferir candidatos no políticos
profesionales, lo cual enturbia los cuartos de finales en la contienda entre
los aspirantes presidenciales. Al parecer y desde los inicios, nuestro
conciudadano Donald Trump acaparó el interés y atención diaria de toda la
nación y de inmediato, a todo el Orbe. Cada palabra gesto o expresión de su
rostro aunque fuese estática, seria símbolo de algo inaudito que todos
desearían desatar y desentrañar, o mejor, como si el candidato se lo susurraría
solo a "él", un escucha anónimo, impaciente.
Con sus declaraciones ardientes y
controversiales tanto acerca de cómo solucionaría los nudos neurálgicos de la
problemática nacional e internacional de los EE.UU. y sus interrelaciones
foráneas; como el futuro real de sus planes y programa; millones desearían
conocer detalles como las bondades de la prima láctea del Colostrum triunfante.
Trump está convencido de que los Estados Unidos requieren de un purgante igual
o al menos parecido a aquellos que nos hacían tragar nuestras abuelas, “para
limpiar las tripas, espantar el insomnio y aligerar el trasero”, tal decían
ellas.
Este
líder aboga, vehemente, por retornarle a los EE.UU. el esplendor y respeto casi
perdidos, durante los últimos períodos del actual gobierno demócrata, comandado
por el Presidente Barack Hussein Obama II Jr., todavía a cargo de la oficina
presidencial hasta noviembre de 2016. De paso, éste republicano sacó a colación
una serie de atascaderos de los cuales casi todos los líderes y otros notables
sabían y que ninguno optó nunca por debatirlos a la luz de todo el pueblo
norteamericano.
Los
asombros de la opinión pública de los EE.UU. en especial los líderes del ala
republicana, diferentes a Trump, debieron coincidir en que ni nuestras abuelas
ni el Sr. Trump, estaban equivocados. Ya no se trataba de la legitimidad de
puntos álgidos como prestigio, respeto, terrorismo, racismo, inmigración ilegal
u otros latentes, sino de sus causas y contenidos. Algunas sino todas las
soluciones propuestas por Trump, chocaban con los puntos de vista de cierta
parte de los aspirantes presidenciales republicanos y por decantación a parte
de sus seguidores, temerosos de levantar polvaredas de oposición en minorías,
de todo tipo, proliferadas hasta el delirio social, durante los últimos
decenios.
Él,
sin ambages, predijo la solución primaria de cada mensaje de y hacia la
población toda de los EE.UU., la cual en esencia se trata de un todo complejo
de nacionalidades y minorías, excluyendo los grupúsculos y bandas excluibles,
ansiosas todas (en el mejor de los
casos) de soluciones y no de retoricismos.
¿Gobierno Colegiado?
Ya se
coció o de hecho se abandonó la idea peregrina de una debacle anticipada de
Trump, ya en sus funciones presidenciales. Ello, considerando su elocuencia a
veces entendida como inflamatoria, atenidos
a la filtración de rumores desde inicios de diciembre de 2015, en algún
que otro de los sectores influyentes o no. Además de otras corrientes del
Partido Republicano, las que a contrapelo, según premoniciones, la elaboración
de una especie de “Pentarquía” o
"Gobierno Colegiado" de probables integrantes de las secretarias, más
sensibles y posible reajuste, de manera audaz, del posible presidente de los
EE.UU. en una versión de su “gabinete de
guerra”
Estimada
como probable la elección de Trump y si este se desvía de la lógica o programa
administrativo y/o política partidista, se advertía la implementación o
tenencia de una especie de gobierno plural, como un “gabinete a la sombra” (virtuales de emergencia), que luce no
existir en el Partido Demócrata. Veamos el caso del Parlamento inglés que
tomara temporalmente los hilos de mayor influencia en los EE.UU., a fin de que
el nuevo Presidente, retorne al camino normal, sin estridencias. En septiembre
3 de 2015, Donald Trump firmó públicamente, junto con el resto de los republicanos
aspirantes a la Presidencia de los EE.UU. un “Convenio de Intención” en el cual cumplidas ciertas condiciones, este líder
renunciaba a formar un nuevo partido político propio, alejado del republicano
actual. Este convenio implicaba, lo natural, que todos los aspirantes apoyaran
la decisión de la Convención Primaria.
El Establishment republicano, quizás en una decisión de capricho maniática
ante el triunfo de Trump en las primarias, violo su propio juramento al
desconocer y mostrar disgusto por la victoria de este candidato e hizo una
llamada general a desconocer el Convenio de Intención
aceptado inicialmente. Con este modo de actuar, se burlaba los deseos libérrimos
de millones de votantes. Ello fue falta hidalguía.
No
fueron pocos, aun desde las filas republicanas, que dudan que Trump cumpliera
su promesa, si su candidatura comienza a hacer aguas o si por su popularidad y
puntos de vista, el partido le vira las espaldas. De cualquier manera, el
Partido Republicano, racionalmente, debe hacer su mayor esfuerzo por no agravar
la postura anti Trump, de algunas de sus figuras relevantes (ello, nunca
sucedió).
“Dejar hacer, dejar pasar”
El
candidato presidencial Donald Trump, al parecer semejante a como hizo en su
tiempo la Élite de Enciclopedistas francesa del siglo XVIII y sin reservas,
revolvió hogaño aquellos lodos y polvos de antaño mezclados en el acontecer de
la política actual fundamentada en la macroeconomía de los EE.UU. Porque
entonces los estratos de la pequeña y media burguesía europeas, se aglomeraban
peligrosamente, referidos a aquellos tiempos brumosos y en remolino frente a
puertas o reductos de gobiernos que se consideran per se, autárquicos, activos
en cada estado europeo. Estos sectores de nuevo tipo, ya estaban solicitando
primero y demandando después, un cierto número de libertades y derechos de los
ya autodenominados “ciudadanos” en virtud de la ya pre existente e inicial "Déclaration des droits de l'homme et du
citoyen" (Carta de los derechos humanos y ciudadanos)
aprobada por la Asamblea Nacional francesa de 1789, en plena Ilustración. Hoy, a tenor de
circunstancias apremiantes, en parte por las amenazas terroristas; hemos de de
retrotraernos a eventos históricos tan lejanos y nos evoca muecas como aquellos
raros caramelos sour, recomendados por los médicos para destupir los canales
salivares.
Es
que hoy se trata de dilucidar, masticando y digiriendo los gerundios de un bolo
tornado "intríngulis feo"
Es acudir a los pioneros exitosos de la nata filosófica de los precursores Enciclopedistas, cuando alcanzados ya los dos
tercios del siglo XVIII; propusieron un paquete de reivindicaciones mínimas en
favor del Hombre
y los Ciudadanos, acordes con el ya denominado “Siglo
de las Luces”, donde les ofrecían a dichas monarquías el camino incipiente
para un desarrollo pausado pero indetenible, a cargo de las fuerzas sociales, económicas
y productivas.
Tampoco
es probable que Trump duplique los criterios de esas viejas estructuras
institucionales ya arcaicas (sin manejar el concepto de entonces respecto a las
colonias de ultramar, en términos imperiales), sin que estas despertaran del
letargo de siglos bajo gobiernos autocráticos. El Sr. Trump logró
estudiar dos años en la Fordham
University en el Bronx, se
transfirió a la Wharton School de la Universidad de Pensilvania, donde se
graduó finalmente de Licenciado en Ciencias con grado académico en Economía. En una valoración justa de
este líder como tal y en términos de capacidad, experiencia y Coeficiente de Inteligencia (IQ), bien
valdría preguntar.
Y no se trata de un endiosamiento
cacofónico o idolátrico, porque atenidos al tono de las opiniones de algunos
émulos; el denuesto es muy diferente al de un juicio, siempre válido, pero que
sea imparcial y acertado. Claro, sin indulgencias. Luego, sería necesario las
cero estridencias de modo que sus oponentes no lo visualicen como una Némesis
(Ramnusia) romana, sino la griega original. Porque no nos referimos al canon
legal de la justicia retributiva, intrincada en mayólicas de la Ley del Talión* Porque dada la evidencia
de que no hay crimen, sería injusto someter el juicio a tal evocación
extemporánea.
Sino, ponderar el juicio con una
acción (supongamos el espejo legal) solidarizada y pacificada con la moderna
filosofía del utilitarismo justiciero por su finalidad teológica propia, en
consonancia con la tolerancia social y compasión contractual. En dicha universidad,
Trump aprendió de los viejos reclamos burgueses de alta y media clase,
tenedores de los fondos que aguardaran por un cambio en las crujientes e
ingentes interrelaciones entre las monarquías y sus ciudadanos.
Observar que entonces las
monarquías de aquella época, tal pretenden los actuales programa del populismo
(sus fans le dicen justicia social, sin advertir a los
"beneficiarios") que tal
justicia devendría de los actuales impuestos, regulaciones y leyes no dejaban
avanzar la economía burguesa de entonces, que en las condiciones actuales
descansa la base doctrinaria económica del Partido
Republicano.
Quizás
el más significativo de los lemas burgueses dirigidos a lo más profundo de los Establishments monárquicos en el último
cuarto del siglo XVIII, en el que después nos resultó ser en opinión de algunos
“La Regla de Oro
Básica de la Economía” Este lineamiento quedó sentenciado de la
manera siguiente,
“Laissez faire et laissez
passer, le monde va de lui même”
(Dejar hacer y dejar pasar, que el mundo girará
por sí solo)
Este lema, que algunos vemos como
el prontuario, vademécum, biblia o el ABC de la gestión económica para el desarrollo,
fue enunciado por un filósofo fisiócrata francés de mediados del siglo XVIII, Jacques
Claude Marie Vincent de Gournay, en el cual si reflexionamos sobre la ética
y lógica, éste nos recomendaba a manera de axioma,
"Que los gobiernos deberían
sacar sus manos torpes de la naciente Economía proto Capitalista y dejar en
manos de la burguesía e inteligencias productivas, la creación y manipulación de
riquezas accesibles para todos"
Montesquieu y los security belts de las democracias
Tal
como sucede hoy con plena libertad en todos los órdenes, donde como nunca antes
los pueblos alcanzaron el nivel de vida y bienestar social actual, en nuestro
caso con la indudable acción bipartidista de la democracia norteamericana; es
razón por la cual Servan-Schreiber advirtió los errores populistas de la Europa
capitalista de la pos guerra (II Guerra
Mundial) en su obra “El Desafío Americano”, una obra indispensable
para los políticos y economistas contemporáneos. Claro es que no se ha
requerido mayores experimentos (ni menores, como los fracasos del populismo marxista, al decir "partout" (en todas partes) a fin de
machacar una y otra vez, para demostrar la eficiencia absoluta de un sistema ya
probado como generador de riquezas y libertad sin cortapisas y lo mejor, en
manos y alcanzable por cada ciudadano integrante del pueblo común.
Al
parecer y pensamos que en el espíritu de Trump, estas frases quizás no
expresadas con claridad meridiana, se concentra buena parte sino toda la
filosofía propugnada en sus palabras, por el actual candidato a Presidente de
los EE.UU. Sr. Trump, a los fines de enderezar el viejo roble americano
que a todos parece y evidencia estar hoy torcido. Quizás, Trump apunta a un
sacudión apropiado y laxativo como aquel del Gral. Andrew Jackson propinado a
Florida a finales del siglo XVIII; cuando soltó unos buenos sombrerazos a
diestra y siniestra por el Panhandle, antes de ser elegido gobernador de
nuestro estado (FL) y más tarde, como el séptimo Presidente de los EE.UU.
Su modo de hacer las cosas,
considerando la bravura de Jackson durante la guerra de independencia de los
EE.UU. (Revolución Americana) y otros eventos, le ganó el mote de "Old Hickory" ¿Cómo y con cuál nom de guerre Donald Trump pasará a
historia? Quizás habría que preguntarle a Megera,
Alecto y Tisífone ("Las Tres Furias"), porque esas
cosas de profecías, son tales númenes delicados por tratarse del devenir
histórico de la Humanidad (hoy en juego por estas presidenciales) solo deben
ser manejadas por nuestro nouveau
Dante, poetizando la visión futura de los EE.UU. quizás ansioso de reescribir centurias
de otra obra similar, quizás al estilo de Wall Street. Nada de ostentaciones.
Entonces, el presidente electo haría un gesto,
"Señores,
la cosa es muy simple —diría el Sr. Donald J. Trump a los
miembros de su gabinete, en el primer día de su gobierno—, solo
se trata de cumplir una promesa reiterativa: poner todo en orden y las leyes en
su lugar”
Los miembros de su equipo
gubernamental, todos a la una como los aldeanos de "Fuenteovejuna" los
imaginamos azorados tales si los fuesen, pararían las orejas de duendecillos traviesos.
© Lionel Lejardi, Septiembre,
2015
lejardil@bellsouth.net
Legacy Press
Addendum
(*) “Ley
del Talión”, Deuteronomio 19: 17-21
Serás
bienvenido a mis blogs:
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