viernes, 12 de julio de 2013

¡Oh, las insufribles mascotas de Miami-Dade!

¡Oh, las insufribles mascotas de Miami-Dade!
Se cumplen 54 años de dictadura comunista en Cuba
Sin la venia ajena


Epitafio en caída libre
"Aquí reposan los restos de una criatura
que fue bella sin vanidad,
fuerte sin insolencia,
valiente sin ferocidad,
que tuvo todas las virtudes del hombre
y ninguno de sus defectos"
Una mascotera romántica

"Souteneurs de sus vecinos"
Son los mascoteros, unos seres
 que deleitan almas de egoísmo contumaz, 
suponen que el tropo de su serrallo carnal
saturado de perras, gatas, chivas y serpientes; 
silfides toscas de cascos y arrastres ligeros;
son vicios impositivos que ellos transmutan
 en obligación fiscal
Chulerías a mantenerles los contribuyentes"
Lionel Lejardi





¿Quién dejó salir a los perros,  jau…jau?

(De ciertas chulerías gitanas del cante'jondo, impuestas por unos Comisionados disléxicos)

"La guerra es el arte de destruir hombres,
 mientras que la política es el arte de engañarlos (con las mascotas)"
                                            Jean Le Rond d'Lambert


ATENCIÓN
Este artículo es una queja formal de un ciudadano atribulado, en una llamado angustiosa al sentido común y cordura de nuestros funcionarios y políticos, a fin de que nos cuiden, en lugar de atropellarnos y atacarnos con leyes e impuestos dañinos, con los cuales no tenemos nada que ver. Lo justo es que paguen los "mascoteros" Tal frivolidad demócrata, es una atrocidad arbitraria 
El autor


Una dama exótica, "sei cosi bella", parecida a su mascota
La tenencia de mascotas, su mantenimiento y cuidados bajo las reglas establecidas por el condado y los problemas derivados de esta práctica insalubre, egoísta e imprudente que nos imponen los mascoteros (sus tiernos cancerberos); son de responsabilidad total y absoluta del bolsillo de los dueños de dichos animales y no del bolsillo de los contribuyentes. La suspicacia, no puede dejar de apuntar a que alguna ventaja para ciertos interesados se cocina en el Condado, pretextada en lo que seria devendría en escándalo de un hobbygate; entre la avidez burocrática y posibles intereses privados (nepotismo, amiguismo, etc.) todas endemias clásicas. 

            Hoy es noticia, aquí en Miami, de que ciertos mascoteros toman regularmente los fondos públicos destinados por el gobierno al buen vivir de estos animales, para emplearlos en campañas electorales. Todo un asco, que hasta los hijos de Mercedita "Cuarto'e Pollo"; una menuda y delicada dama de la también ilustre familia pogolottera, desecharian por inmoral.



Dicen, de una dama parecida a su mascota
           Estas endemias, sabe el contribuyente; son archi conocidas por los políticos y funcionarios, cuyas troqueladoras son hábiles en montar cualquier artilugio que genere burocracia para garantizar el amparo a sus protegidos. El sarcófago de este chiste miserable, han calculado esos comisionados, los contribuyentes lo cargaremos de por vida. 

            Mientras ellos encargan a sus criados (que les pagamos también de alguna forma) que saquen sus mascotas a hacer pipí y pupu (en lo de Cervantes: mear y cagar). Lo mejor del sainete "Mascotas y Mascoteros" el criado las lleva no al jardín del comisionado, sino al de los vecinos.

            En los condominios u otras viviendas comunales, los animales hacen sus gracias en los elevadores, escaleras, lobby, césped, en cualquier lugar  Los mascoteros son tan aseados que todos los trapos de sus animales son lavados en las maquinas de la lavandería comunal. Todas esas dádivas divinas, por obra y gracia de nuestros amables y considerados Comisionados; los cuales gustan de "saludar con sombrero ajeno", o sea, hacerse los buenos con nuestros bolsillos.

            Siempre hay dudas cuando la polvareda del camuflaje es promovida por políticos holgazanes, pero que han logrado conmover a inteligencias impensables, para que desplieguen su piedad en apoyo de esta propuesta por vecinos lerdos y desconsiderados al comerles el poco cerebro que les queda con el asunto de las mascotas (tienen su pleno derecho, si es con el dinero de ellos) de manera que los contribuyentes mantengan de por vida tanto a los instigadores picaros de esta "piedad zoológica" típica del bulling anti-ciudadano.

            Sucede que ciertos dueños de mascotas muy afortunados, porque como todos los adinerados disponen de tres acres de terreno para que sus miserables mascotas se solacen;  hoy aplauden a un abigarrado y no menos dudoso comportamiento de funcionarios del Condado Miami-Dade los cuales, al parecer "confusos",  cosmetizaron y jerarquizaron los costos de los problemas generados por estos dueños de mascotas, irreflexivos, siguiendo propósitos y conveniencias en perjuicio permanente a la economía de los contribuyentes. Mas impuestos.

            Lo peor no es la barrabasada, sino lo decepcionante y penoso que unos avispones hayan logrado consenso para colgar la pregunta en la boleta de Noviembre 6 de 2012. Una vergüenza.

               Nada nos alertó salvo el despliegue represivo en los medios (anuncios costosos en la TV y la Radio); con un aluvión de propaganda acerca de una cuestión vinculante con nadie más que con los propios dueños de esas mascotas. Tal si ese grupo de Alekséi Ivánovich Abrikósov, el patólogo a cargo de la autopsia, se le ordenó probar que Lenin no murió de sífilis. Abrikósov no mencionó la sífilis en la autopsia, sin embargo, el daño vascular, la parálisis y otras incapacitaciones que citó eran típicas de la sífilis. de mascotas tuvieran el apoyo de estos funcionarios, en sus aspiraciones de que los contribuyentes les sufraguemos el chiste de sus hobbies con nuestro peculio. 

            Tales prácticas nocivas y escandalosas, no deben ser siquiera enunciadas por los funcionarios y legisladores a los cuales sufragamos el menudo de sus bolsillos y las vagancias de su inutilidad. Estas malas prácticas intencionales, por lo demás ilegales y abusivas, no hacen más que atraer la repulsa y odio tanto sobre los mascoteros aprovechados, como sobre las inocentes mascotas. 

               Los perjuicios que estas personas jurídicas inducen en contra de la candidez del pueblo, deben ser responsabilidad y por ende solucionados; por estos mismos ciudadanos aprovechados, tal vez, en complicidad con la avidez de legisladores oscurantistas.

            Es insano que tales gastos personales de los mascoteros, cargarlos a nuestros bolsillos, ajenos como somos a tales prácticas de piedad hipocritona, en. favor de intereses claramente burocráticos y particulares. La tenencia de esos animales fue elección de los dueños y por tanto de ellos, deben ser los costos y gastos que generen por la tenencia y sacrificio de esas mascotas abandonadas por esta sarta de hipocritonas. 

            Es el destino trágico de esas pequeñas payasas, tanto como por ser animales inútiles y que una mañana cercana se convertirán en basura, por ley de la vida, y la benevolencia de las mascoteras que tanto las aman.

            La basura que generamos en nuestra casa, no es el vecino mascotero quien nos paga su recogida. Estos malos políticos, han resaltado de manera artificial esta problemática  para elevarla ilegalmente a la consulta electoral condal, tal hicieron en noviembre de 2012. Debió ser nuestro deber atajarlas, desechando esa propuesta leonina articulada en medio de las sombras.

Condiciones del dueño y del hábitat
La tenencia de animales en calidad de mascotas (hobbies o entretenimientos) y su bienestar sin  molestias a la comunidad, dependen de la economía, entorno del hábitat y buen juicio del practicante del rito animal. Porque una cosa es vivir en una mansión quizás millonaria (vemos en la prensa), con todas las facilidades económicas para la manutención del animal; bajo buenas condiciones y un hábitat amplio, en bien del solaz y esparcimiento de dicha mascota y ademas; sujetos a todas las reglas de seguridad y salubridad que dicten las leyes, a fin de amparar al resto de los ciudadanos no tenēnts de mascotas e incluyendo el medio ambiente. 

             Lo que no dicen claramente es que, cierto número de desquiciados y por razones varias, pero ninguna identificable con el amor responsable hacia su mascota ; se retuerce en una filiación aberrada, cuando se trata de considerar una boa constrictor, culebras venenosas, pirañas, cocodrilos, vampiros, etc. en calidad de mascotas. Pero no, porque las autoridades condales de manera irresponsable, los consideran "mascotas".

             Bajo estas premisas, la invasión del espacio ajeno y perturbación de la seguridad y tranquilidad del otro; es vital que sea considerada, para la convivencia aceptable entre ambos puntos de vista. Dicho "punto de vista" (defensores y oponentes) atañe al sentido común del dueño de la mascota y las súplicas de quienes, inermes, hemos de sufrirlos a ambos.

           Un análisis eminentemente técnico y lógico, indica que no existe razón alguna para mantener una convivencia permanente del o los tenedores de animales cohabitantes, en locales comunes. Pero allá, es a donde van las fantasías de las mascoteras. Cierto, tal práctica o sus derivadas, es un asunto privado.

             Hay situaciones alejadas del hábito humano, como suceden en áreas rurales. Donde es mas sensible, porque en tales lugares se advierten los peligros de adquirir, a través de estos animales vectores con entidades  patógenas de una virulencia indubitable.

            Nadie ha podido explicar el posible entendimiento (encuentro de tercer grado, genuino) de afecto o comunicación entre un humano y una libélula o jirafa. Sin embargo y al parecer, algunos mascoteros han alcanzado entendimientos recíprocos con perros y gatos, a veces también con pájaros.

            En el plano corriente, con los animales posicionados puramente en calidad de hobbies; la actividad de la tenencia de mascotas (perros, gatos o pájaros domésticos, los mas comunes y menos dañinos) sin condiciones apropiadas, se encuentra en el otro extremo de la cuerda.

             Allí, en las comunidades, es como en una tierra de nadie donde reina el desorden y la desconsideración absoluta con los otros, los vecinos, aquellos infelices quienes no tienen nada que ver con estas prácticas zoológicas.

            Porque la mayoría de estos hobbies  no son precisamente de naturaleza apacible, inofensiva y culta. como constituye el coleccionar sellos postales (numismática) o la práctica del ajedrez.

            De igual modo, es diferente cuando el animal esta entrenado para actividades útiles a la sociedad. Tales son los animales de tiro, labranza, oteadores, salvamento, rastreadores, advertencia, mensajes, avisos, alerta, etc. Aquí se evidencia que la comunicación hombre-animal conduce a cultivar habilidades admirables en beneficio de aquellos, los otros, no en su perjuicio. 

            El resto de las animun recreare son para el mascotero, seres inofensivos, obedientes pero solo útiles para la contemplación pura. Esa es otra vertiente de la filosofía hobbista, con la adoración de trastos inútiles.

Mascoteros vulgâris o del amor piadoso a los animales e impiadoso hacia los humanos
Cierto es que la práctica de esta modalidad del entretenimiento, cuando irrumpimos en el territorio ocupado por la pléyade de barrio de los mascoteros vulgâris (no dicho en sentido peyorativo, sino por la elección irracional de sus entretenimientos preferidos); constatamos que es la más extendida y representa la de mayor preocupación para la comunidad. Ello, por la magnitud de la extensión del ámbito que abarca y la enorme variedad de especies, individuals, diferentes que participan o sea, tanto hombres como animales. 

            Esta práctica y los costos que generen estas personas, no pueden ser impuestos del condado dado que no es asunto del interés público porque de lo contrario seria es una desconsideración por la que todos debamos de pagar, obligatoriamente, por causa de un hobbygate generado por particulares. ¿Por que no ellos, exclusivamente, siendo los generadores del problema?

            El censo de estos infractores puede ser iniciado por los récords en manos de los veterinarios y comenzar a cargarles directamente a estas personas, los gastos que generen al condado. Porque tarde o tempranos son estos mascoteros quienes  se aburren y se deshacen de los animales donde mejor les place.

            Tales estamentos sociales, una especie de componentes de los estados generales en épocas de Luis XIV, adoran sus mascotas-esclavas (bajo una especie de lívido, casi nunca no interactuante de manera recíproca), ellos abren sus abanicos donde pululan desde viudas negras hasta cocodrilos o desde mariposas hasta leones. Todas les sirven de aliviadero a sus emociones reprimidas. 

            Su imaginación afectiva, no tiene límites y que en ciertos casos puede ser morbosa. Esta liaison no es nueva sino proviene perdida desde la noche de los tiempos, solo que ahora está comercializada.

            Resulta indudable que ciertos factores y rasgos coincidentes en los tenēnts de mascotas, así como el amplio abanico de especies diferentes, pueden indicar la conjunción de estilos  imbricados con  personalidades introvertidas, fetichistas (adoradores), compulsivas y en cierta forma reprimidas; las cuales pueden ocultar su propia personalidad sentimentalista, aberrante, auto protectiva o destructiva.

            Ello pretende derivar en que algunos hobbistas cultivan una alineación mental con sus mascotas, al extremo de soñar con parecerse físicamente al objeto de su adoración, e inclusive intentar comunicarse con su mascota por medio de sonidos guturales (onomatopéyicos o combinatorias como hacen en Africa los tribenos  bosquimanas) y lo peor del desquicie consiste en:

            Darles mayor importancia a sus protegidos (animales) que a los seres queridos que los rodean, concediéndoles sus preferencias a los animales, en lugar de las merecidas por los humanos, esa manada donde pacen sus hijos, esposos, familiares y amigos

Mascotas, con abulia deslizante hacia un posible terrorismo inadvertido
En esencia, el hobbismo no es más que eso: un entretenimiento que en la mayoría de los casos es pasajero. No se trata de coleccionismo personal o comercial. Sino el acto de poseer algo vivo que de alguna forma le brinda al mascotero algún tipo de satisfacción, de intercambio obediente en el mejor de los casos, sin respuesta, si se trata de cierto tipo de seres vivos como un perro, no una mosca. Esta zoofilia a contrapelo del mundo real de Morpheus, anda de manos con esoterismos compulsivos. 

            El mascotero en la mayoría de las ocasiones se inicia en el rito desde niño, inducido por los adultos de su entorno cercano. No se dan cuenta de que a pesar de las malas prácticas de algunos pocos comerciantes, la ignorancia del que da a otro la mascota en adopción o si estas son recogidas fortuitamente en las calles, pueden acarrear consecuencias terribles.

            La mascota, un perro por ejemplo, es un ser tan vivo como el humano y puede portar tanto vectores patógenos; así como presentar una estado mental demencial anormal, no advertido; congénito o circunstancial. Y de pronto, puede entrar en crisis de locura repentina, de donde se producen ataques inexplicables a humanos (niños) a los cuales mutilan o matan.

            En cierta etapa (le sucede a todas las mayoría) el dueño de la mascota se aburre, esta le incomoda, estorba o molesta. Las causas son diversas. Es ahí donde comienza a reflexionar como deshacerse de estas ya fastidiosas "compañeras de infortunios", anteriores.

            Cuando cambiamos los neumáticos o la batería del carro, debemos de pagar porque se lleven la basura. Esto, es igual, y no cargárselo a quienes no tienen automóviles. Los extremos se tocan en entregarlos a asilos de animales o, simplemente dejarlos en la vía pública o soltarlos en los bosques.

            Esta última decisión puede tornarse peligrosa para el hábitat y el resto de la población inocente de esta práctica malsana. Son conocidas la consecuencias de soltar en terrenos, parques, etc. estos seres irracionales que pueden ir desde serpientes venenosas sudamericanas hasta babosas africanas, etc., todas, dañinas y depredadoras.

            Buena parte del territorio floridano ha estado y está sujeto a las actividades ilícitas encubiertas de los mascoteros. Reptiles, insectos, especies marinas e infinidad de otras animales de todo tipo y tamaños, ademas de letalidades, ya infestan nuestros bosques y aguas. 

            Es ahí, exactamente en ese punto, donde se hace lugar a las posibilidades de deslices hacia lo posible de interpretar como sabotaje y terrorismo; por parte de nuestros enemigos o por los propios mascoteros, inadvertidamente, a causa de la ignorancia. ¿O, sí? 

            Los enemigos de los EE.UU, indo-latinoamericanos, africanos, asiáticos  árabes  musulmanes y envidiosos terroristas de toda laya; siempre andan atentos a las fisuras que pueden presentar actividades descontroladas en nuestros país, como las de este sector de hobbistas casi todos, irresponsables.

            No muy tarde, especies terrestres y marinas depredadoras, han sido soltadas intencionalmente en nuestra aguas costera y fluviales, según han denunciados las autoridades de los EE.UU especializadas en flora y fauna. Mientras que otras alimañas proviene de los mascoteros aburridos.
            
            Estos monstruos, son peces enormes que devoran todo lo que encuentran a su paso, desde fauna marina, esponjas, corales y hasta animales terrestres, dado que se pueden desplazar al exterior desde las playas o utilizando alcantarillas hasta alcanzar la tierra firme.

            Tal puede ser el caso de los peces devoradores importados por Cuba desde Vietnam y otras zonas. Los castristas según alegaron, ello fue por motivos alimenticios y no como armas de agresión contra los EE.UU  Sin embargo, cualquiera sabrá quien los echó en nuestras aguas.

Una idea siniestra mimetizada en las boletas
Dichos antecedentes han derivado inexorablemente en que, a una mente "lúcida y de inteligencia rondando el cenit o non plus ultra del IQ einsteiniano"; y que no deja de contar con fans luminosos que les alientan el desvarío;  haya dado un calor raro de apariencia caritativa a un sentimentalismo extemporáneo. En realidad no es malo, pero solo cuando se ejerce con el bolsillo propio y no con el ajeno. El hito, plantea en una propuesta peregrina donde se aboga por otro impuesto a nombre del gobierno del condado Miami-Dade; para proteger la proliferación inminente de la ya muchedumbre de mascotas que nos asolan, por culpa única de los mascoteros, una banda incontrolable.

            Es de pensar que los políticos siguen enturbiando con burocratismos inventados las aguas de la decencia, sin escarmentar, que pierdan completamente la confianza de los electores. Es indudable que esta sarta atontada con las novelas y  partidos deportivos, no les interesan. Todo, por culpa de los mascoteros.

            Parece que estos políticos piensan que somos idiotas o disléxicos mentales con trazas de mongolismo, para no entender el trasfondo de esta movida, vieja y carcomida. Lo único que se les ha ocurrido es hacernos pagar errores de otros, para beneficiar a burócratas que habremos de mantener por siempre jamas, quienes no tenemos ni nos interesan las bondades y bellezas de las mascotas.

            Se trata de incluir entre las preguntas a presentar a los votantes para las elecciones de noviembre 6 de 2012, una graciosa auto multa anual que nos impondríamos jubilosos los contribuyentes, que garantizaría, al parecer casual, la estabilidad crónica de una nueva burocracia condal indudablemente ya estructurada y escondida esperando tras las alguna puerta.

            Cierto es que en algunos casos de mascotas, los defensores no parecen darse cuenta de los límites que les impondrían el sentido común, porque sus acciones públicas, al parecer casual, propenden a propiciar  nuevos impuestos sobre la comunidad exhausta.

            El chiste es a fin de exteriorizar su ternura, "saludando a la dernière piadosa", graciosamente en saraos y páginas sociales, con los dineros y sombreros ajenos, los nuestros.

            Y otra cara de la moneda es de aquellos que debemos compartir en comunidades donde no hay espacio ni para respirar la fetidez de las mascotas. Pero a los hobbistas todos, pudientes o no, es sabido que ello les importa tres pepinos, no por malvados, sino por egoísmo o simple ignorancia.
           
            En la nuestra, vemos a diario decenas de decenas de mascotas y sus dueños diligentes, que cada día riegan sus gracias en nuestros jardines y aceras. Son Tons (toneladas) de excrementos y gals (galones) de urea que nos dejan de regalo cada año y además, esperando que les demos las gracias por el adorno.

            Los mascoteros no limpian las deyecciones de sus mascotas  “que siempre hacen en la propiedad vecina, no en la propia”. Esa rara "piedad" es con sus animales no con los vecinos ni niños ajenos a los cuales perjudican.

            Debemos votar un retundo  “No” a la propuesta. Hay personas que monta trampas para hacer lugar y colocar en las nóminas estatales (cuando se confabulan protegidos)  a parientes y amigos. No es pesar mal, pero es un chiclet ya viejo pasado de boca en boca, pero acechante por siempre.

Delicias de vivir en Oz o en el sendero del Queseyoquesecuando
Es un conato de burócratas futuros que se vislumbra, sus prebendas y retiros millonarios a garantizados con el impuesto a sancionar. Es que, de la manera que huele, si este animal tiene cuatro patas, rabo y maúlla, ...es gato.

           Así, en 5 años tenderemos 200,000 o mas  nuevos fabricantes de desperdicios, mientras los piadosos vivirán contentos dentro de la siempre creciente espiral de heces y micciones de sus mascotas amadas, sus Zergs del Pokemon, incluyendo la satisfacción del haberse salido con la suya y amargar la vida de sus vecinos. Habría que ver como tienen y huelen sus viviendas por dentro

            La propuesta del mentor, quizás en la realidad celestial representa una candidez inocente. Pero es que a la misma la  engalanan todos los síntomas de irracionalidad y no parece ser para salvar perros, gatos, cocuyos y lombrices, sino para auxiliar a gatunos y perrunos, unas cariñosas mascotas de dos patas que andan por ahí, escondidos por alguna una rinconera, esperando por la cruz que les hagan los votantes para que salgan de la recesión.

            Y que nos perdonen si son santos verdaderos, pero esa es la impresión que nos provoca tal propuesta salvadora, porque dada la recesión reinante, el asunto parece oscuro y nos huele a queso. Saber que ya estamos hartos. Ojalá nos equivoquemos. 

            No obstante, hacemos un llamado a la ciudadanía: No se dejen engatusar y menos, que le hagan soltar un centavo para nuevas burocracias.

            Lástima que nuestro Alcalde Fuerte se haya  perdido este "sal'pa'fuera" de mascotas y  mascoteros. Aunque en su favor, al parecer, vive en la Galaxia de Andrómeda o en el mismo Reino de Oz que, ciertamente, son lugares deliciosos y románticos, como "El Don Apacible". 

            Yo, no. Porque vivo a ras de tierra, exactamente en el sendero tapizado con las rutilantes Queseyoquesecuando (las heces fecales y micciones de las mascotas amadas, que en buen criollo seria, cagadas y meadas) que viven en los palos altos del gallinero. 

            Sucede una mueca agridulce que perduró durante la justa mascotera. Pero entonces no disponíamos de la fuerza del Alcalde Fuerte. Lástima para nosotros, los victimados. Por eso, él, me decepcionó y no lo mencionaré mas en mis oraciones.

© Lionel Lejardi, Noviembre, 2012
lejardil@bellsouth.net
Legacy Press

Serás bienvenido a mis blogs alternos:
2821