domingo, 4 de noviembre de 2012

Lid de la utopía estadounidense vs. la ucronía castrista

Lid de la Utopía estadounidense vs. la Ucronía castrista
Se cumplen 55 años de dictadura comunista en Cuba
Sin la venia ajena

Epopeya de Gilgamesh
Si caigo, habré conquistado la fama.
La gente dirá: ¡Gilgamesh cayó
luchando contra el fiero Humbaba!...
Estoy decidido a penetrar
en el bosque de los cedros,
Hasta ahora es feliz mi corazón:
oigo este canto, veo una flor
y quiero fundar toda mi gloria.
Tablilla III, columna 4

“Motivos de los Lobos”

Lo que todo ciudadano decente ansía
Indudablemente, atenidos al fracaso de los totalitarismos y sus desastres históricos, políticos, económicos, morales, sociales y en especial éticos; y considerando cada uno de los factores humanistas distintivos de cualquier comunidad humana decente, la respuesta seria: no. Dicha negación responde al halo misantrópico de la idea y no a una actitud de oposición sistemática a  los totalitarismo. Sino, porque estos regímenes malignos son ofrecidos al público cándido, basados en formas que incluyen otros factores filosóficos desvirtuados por mendaces y disparatados, como sus distintivos, siempre abortados en los totalitarismos cotidianos como sistemas nefastos sin anti crítica, de naturaleza átona para los izquierdistas.

           Ahí yacen las promesas de no trabajar, sino vivir bajo un subsidio paternalista del estado, que toda persona decente ansia, pro que no todos merecen. Los totalitarismos, en particular los de izquierda, proponen el paternalismo a costa de las fuerzas productoras, sin hacer distingos entre los beneficiarios de la dádiva publica.

            En consecuencia, a estas tiranías les es necesario mantener al individuo sobre la forma en que se preocupe en como subsistirá en el día siguiente. De tal forma el conjunto de necesidades de las familiar que supeditados a la volitud estatal. Los bolcheviques, ensayaron variantes conducentes a doblegar al pueblo ruso. 

            Esta maniobra devino en el término Holodomor o sea, matar a las personas por el hambre y las enfermedades inducidas artificialmente por el estado totalitario que posee en sus manos todas las llaves. Esta forma opresiva es el elemento de control, alimentos, calzado, vestuario, vituallas, servicios, medicinas, empleo, movimiento, prebendas especiales de la Élite en el Poder, etc. 

"New Harmony", Indiana, EE.UU
Concepción de Utopía por Robert Owen

(Lit. de F. Bates, 1838)
            Toda actividad, por ínfima que sea, excluye el pensamiento individual y libre. Luego, estará supervisada y autorizada por organismos del estado totalitario y la burocracia estatal. Recordar que la clase oficialista parasitaria, la cual detenta todos los privilegios, como la excepción de la leva militar y otras corrupciones. Ello es debido a que la Inteligencia del Klan no puede poner en peligro la continuación de la dinastía castrista.

              Esta clase generacional de brote reciente, siempre anda en aumento por la incorporación de los nuevos nepóticos generacionales: hijos, parientes, concubinas y el resto de los cómplices del Klan reinante; arribados a la edad laboral para los cuales no existen plazas vacantes en el círculo de la Maffia opresora.

            Esa es una de las razones alucinantes de la deficiencia extrema de las sociedades socialistas, para no decir de las declaradas comunistas, una enajenación kafkiana inducente a la destrucción sistemática de la dignidad del individuo, la familia y los valladares morales y éticos de la sociedad judeo-cristiana (y no otra que se lo merezca), por ejemplo, en la “Utopía Comunista”, apoyar la “obliteración de las mujeres”, en aras de preservar la cruel cultura musulmana.   

            Nadie en la Distopía Castrista (ejemplo viviente, no teórico ni futurista) estará autorizado para plantearse metas personales. El Estado (o sea, el Máximo Líder) es quien decide a qué debes aspirar y la cantidad que el estado suministrará al individuo y su familia "si se porta bien" Además de recalcarle siempre, el resto de las necesidades (educación, medicina, etc. controlados por el Estado) que le Líder Máximo les provee y que a todos les preocupan.

            Otra consecuencia consiste en la creación de un aparato estatal burocrático inmenso, a los fines de controlar y vigilar a cada ciudadano. De toda esta estructura infernal, solo los miembros de la cúpula tienen acceso a la abundancia de los países libres y democráticos, al resto solo le corresponde la starvación permanente de todas (lo que es falso) sus necesidades.

            Cierto que Utopía es una abstracción idealizada como un estado perfecto, el cual debe ajustarse sine qua non, a las necesidades y aspiraciones del ciudadano común, decente. Los delincuentes, tales residuos de la  vieja corrupción de los izquierdistas indoamericanos, son aupados por los comunistas como elementos de auto destrucción de las democracias. 

            Es entender que esa redención durante la vida carece de sentido. Al igual sucede con los fieles fervorosos del cristianismo. El concepto aclara que la vida no es un suplicio, sino, la gracia divina máxima de la cual debemos disfrutar como un regalo. Y no como castigo; vital, sin dañar al prójimo.

            El grupo de países integrantes del  Mercado Común Europeo, después de abandonar los criterios jingoístas que incluían las trifulcas permanentes elevadas a política de estado y tornarlas pacifistas, sentaron determinadas bases indispensables tendentes al utopismo, con aires de un socialismo popularizado. La unificación de monedas bajo el símbolo del "euro", fue uno de esos pasos.

             Los Estados Unidos de Norteamérica de manera igual, han venido trabajando por el bienestar de su población con propósitos semejantes, desde sus inicios, ha avanzado hacia el objetivo utopista, con pasos discretos y firmes. 

             Es entender que en un sector cumbre de esa pirámide-hábitat donde hoy bien convive una gran parte de la Humanidad; se asienta un grupo de las naciones más potentes del mundo libre y democrático, liderado por los Estados Unidos de Norteamérica, a manera de Utopía, junto con otras naciones todavía esforzadas con los rudimentos del pleno ejercicio de la democracia

             Desde ese sector privilegiado, hacia el abajo abismal, yace el resto de las comunidades las cuales muto proprio, renuentes al Gran Cambio que les enderece el camino. Es una histéresis de naciones fallidas, las cuales de alguna forma y etapa, fueron o son en la actualidad regentadas por los hilos del castrismo  retrógrado. 

             Allí  pernocta la tripa insaciable de la Ucronía, un conjunto secuencial integrado por conglomerados binarios, inevitables, devenidos de Distopías Malvadas.

             Aquel paraíso, todavía perdido como el de Milton; soñado por cada generación desde hace siglos, tantos, que la aspiración se remonta hasta el proyecto de Utopía (y aun antes en liturgias, tradiciones y leyendas de sociedades arcaicas), expuesto por el ateniense Platón (347 a.C.) en su “República”, una de sus obras imperecederas.

            Valdría decirles, basta, a estos depredadores. Sucede que las miserias humanas y chabacanerías que adornan a los líderes de esas turbas desclasadas y rambuleras, que integran los totalitarismos políticos y fundamentalismos religiosos contemporáneos (indo-latinoamericanos, africanos y asiáticos); como ejemplos significativos;  intentaron en vano colgarse de este resquicio histórico de la cultura judeo-cristiana

            Durante el Renacimiento surgieron otros proyectos con propósitos semejantes: hacer de este mundo un lugar agradable para todos sus habitantes, sin distingos de fueros, privilegios, razas e ideas políticas o religiosas.

            Esta bienandanza del pensamiento occidental, no encaja en el tribalismo fundamentalista de las sociedades atrasadas cuya finalidad única, dictada por la envidia, descansa en el terrorismo contra Occidente y todo lo que huela a civilizado.
 

"Jardin del Eden"
Hieronymus Bosh (El Bosco)
(Circa, 1450-1516)
           Anterior a la obra renacentista del inglés, Thomas More (Tomás Moro); existieron otros intentos algunos basados en leyendas, narraciones épicas o religiosas, dirigidas al mismo tema.

            Nadie podría suponer hoy día, que los viejos totalitarismos, ya desprestigiados por el crimen, genocidio contra sus pueblos, narcotráfico y corrupción galopante, promuevan la Utopía para la Humanidad.

             Tales fueron, como mundos justos y alternativos; la “Isla de la Inscripción Sagrada del griego Evémero (340-260 a.C.), “El Jardín de Gilgamesh” (del Edén, coincidente con el relato bíblico), Teogonía con los mitos de Hesíodo (VIII, a.C.) y otros.

            Desde el Renacimiento, cada proyecto tendente a alcanzar el ideal de la “sociedad perfecta” o “sociedad utópica”; es una mezcla de aspiraciones filosóficas, mitos, leyendas religiosas y razonamientos inherentes a cada sociedad en particular.

            Sin embargo la concepción parte, en buena medida, de la propuesta hecha por Tomás Moro (1478-1535) en 1516; momento en que presentó su obra definitiva “Utopía”; la cual dio nombre a otras utopías entre el  cúmulo de obras político-sociales sobre el mismo tema.

            El término lo concibió Moro para su obra ”Dē Optimo Rēpūblicae Statu de que Nova Ínsula Ūtopia”, donde Utopía es el nombre dado a una isla y a su comunidad ficticia que la habitaba; cuya organización política, económica y cultural contrastaba con las sociedades humanas de la época.

            Así, aparecieron durante el Renacimiento hasta bien entrado el siglo XIX proyectos de sociedades utópicas, que fueron desde la mencionada Utopía, pasando por las narraciones de Américo Vespucio sobre las recién avistadas islas de “Fernando de Noroña”, en 1532 y otras menos significativas.

            En general el espacio abierto por el descubrimiento de un Nuevo Mundo (América) a la imaginación, devino terreno fértil natural para que infinidad de factores imaginativos, estimularan el desarrollo de la ficha utópica de Tomás Moro.

            No todos los criterios desarrollados o simplemente propuestos en relación a la sociedad utópica, han sido considerados viables de manera tan idealizada, inicialmente, por estar alejados de la realidad. Y en la mayoría de los casos inabordable, por el valladar que representaban los intereses creados.

            Existen criterios que critican tal sociedad, entre otros factores, la tendencia a la morosidad y lenitud de los ciudadanos; tal como se ha demostrado en los experimentos comunistas, mundiales, con la instauración de dictaduras férreas (URSS, Cuba, hoy el Eje Apocalypto (ALBA), bloque de satélites europeos, etc.) por parte de los líderes, que se auto consideran eternos (por contar con la fuerza represiva, que no es la benevolente imaginada por Platón) para mantenerse en sus cargos.

Los socialistas utópicos, tocan a las puertas
Ya adentrados en 1800, fundamentalmente por el fenómeno de la burbuja creada en virtud de la incipiente revolución industrial y el liberalismo, alimentados por el ímpetu comercial y económico de Inglaterra; salieron de sus agujeros las riadas de sans culottes de intelectuales y sofistas, residuos de la añagaza cruenta de la Époque de la Terreur (Terror jacobino del siglo XVIII). Ellos, estaban ansiosos de retornar a los buenos tiempos de la guillotina del rompe y raja.

            Los más destacados de esta corriente fueron Robert Owen en Inglaterra, y Henri de Saint-Simon, Charles Fourier y Étienne Cabet en Francia entre otros de menos brillo. Rasgos comunes se pueden encontrar también en las facciones insurreccionalistas de Graco Babeuf, Filippo Buonarroti y Auguste Blanqui.

            No tardó que estas fuerzas dispersas se disolvieran hacia 1864, cuando un amplio movimiento socialista se agrupó en la Asociación Internacional de Trabajadores (1864-1876) ―nominalizada como la  "I Internacional Comunista"― según el ideario tan utópico como cruento por las ideas de Karl Marx y Mijail A. Bakunin. Y paso el tiempo.

            De tal modo, se sucedieron antes de la Primera Guerra Mundial (IGM) otras convocatorias; donde los seguidores del alemán Marx, artífice de su obra cumbre “Das Kapital” (El Capital), antecedido en 1848 con su incendiario “Manifest der Kommunistischen Partei” (Manifiesto del Partido Comunista), que no vacilaron en conectar con el extremismo izquierdista.

            Marx, logró después eliminar hábilmente a sus contrincantes ideológicos (Bakunin, Plejanov, etc.) cuyos puntos de vista hacia una sociedad justa, él repudiaba. De esta manera, presionó a los fines de que los puntos de vista suyos, prevalecieran.

            Vladimir Ilyich Ulyanov (aka, Lenin), procedente de una familia de terroristas ―antípoda de Bakunin―, entendió que la tesis marxista le venia como anillo al dedo de sus ambiciones vengativas.

            Tal odio a la familia imperial, se incubó en Lenin puesto que uno de sus hermanos, Aleksandr; miembro activo de una facción terrorista la Naródnaya Volia (Voluntad del Pueblo); había sido ahorcado por atentar en 1886 contra la vida del Zar Aleksandr III.

            En consecuencia, Lenin estructuró a sus adeptos en un partido político, cuyos fines eran derrocar el zarismo en Rusia e implantar la denominada "dictadura del proletariado", instrumento del Terror Rojo, desatar do por los bolcheviques sobre la burguesía citadina y rural, incluyendo los mujicks rusos.

            Tal sucedió en octubre de 1918, finalizando la IGM, cuando destacamentos bolcheviques comandados de manera certera por Trotsky; uno de los lugartenientes de Lenin; tomaron apaciblemente el Palacio de Invierno en Petrogrado, desatando una verdadera carnicería entre los defensores ya rendidos, incluyendo a las heroínas del  “Batallón de Mujeres”, fieles al Zar; las cuales fueron violadas y después masacradas por la ordalía bolchevique.

La ordalía bolchevique
Durante los siguientes 60 años, la ordalía sangrienta desenlazada por los bolcheviques; entonces rebautizados comunistas; continuó inexorable; a fin de desentenderse de las masacres de los sicarios bolcheviques originales implicados en el asesinato innecesario de la familia imperial y millones de ciudadanos rusos y de otras nacionalidades, entre un sinnúmero de barbaridades.

            En el intervalo de paz entre el inicio de la IGM y la IIGM, en Europa sucedieron acontecimientos extraordinarios. Entonces el continente se estremeció por el ascenso al poder político de otros sociópatas ―Adolph Hitler en Alemania con su ideología nazi y Benito Mussolini en Italia, fundador del fascismo―; incluyendo masacres  genocidas como las perpetradas por los nazis contra las minorías judías, gitanas, homosexuales, discapacitados, etc.

            Emergida la URSS triunfante entre las potencias vencedoras contra el nazi-fascismo, los comunistas rusos armaron el cerco en torno a sus nuevas posesiones anexadas en la Europa del Este, instalando “repúblicas populares” (tiránicas). La fiesta macabra se le terminó a Moscú (y a La Habana) con la caída del Muro de Berlín (Berliner Mauer).

            Desde mucho antes, en 1959, el Dr. Fidel Castro Rúz; auxiliado por fuerzas mercenarias nacionales y foráneas confabuladas en el extranjero (México); dirigidas por el Comintern (Internacional Comunista); desalojó del poder al Presidente Fulgencio Batista y Zaldívar e instaló en la silla republicana una dictadura comunista.

            Los guerrilleros, ofrecieron al pueblo la “igualdad social y la abundancia de Jauja, sin esfuerzos mayores", iguales a las existentes en el campo socialista. Una demagogia absoluta, dado que ello era falso, aunque si aherrojo a los cubanos en medio de la satelitería  europea comunista, supeditada al Kremlin.

            Al final, se apoderaron de todos los bienes públicos y privados, fusilaron a los opositores y exiliaron a dos millones y medio de ciudadanos. Nada nuevo en las tituladas “revoluciones”, la cual se apoltrono en el poder desde hace más de 50 años.

            Sobre la Isla de Cuba y sus cayos adyacentes, no tardó en cernirse una sombra siniestra. La Isla de Cuba fue cercada con un Muro de Azúcar Amargo, idéntico al Muro de Berlín y en su interior, conformaron  una sociedad coincidente con la narración de George Orwell en su “Animal Farms: A Fairy Story”. Donde:

            "En la granja ―apuntaba el dueño cada recién llegado, apresado, esclavizado o capturado―, todos los animales son iguales, excepto que algunos animales, son mas iguales que otros

Utopía democrática vs Ucronía totalitaria
El tiempo desastroso de la pos guerra (Primera Guerra Mundial, IGM) se deslizaba sin mayores desatinos. Un día, Adolph Hitler, veterano de la misma y condecorado con dos “Cruz de Hierro”; decidió que era el tiempo  fin de poner en marcha su viejo proyecto eugenésico de implantar su utopía racial  “en el bien de Alemania y del Drittes Reich (Tercer Reich)”, salvadores de la Humanidad. Hitler, apoyaba la tesis de "Eugenesia es la auto dirección de la evolución humana"

            Sueño-pesadilla se reverdeció, a partir del momento cuanto fue nombrado Reichskanzler (Canciller Imperial) de la todavía República de Weimar, por el Presidente de Alemania, Paúl von Hinderburg, en 1933. De inmediato implanto la dictadura nazi. En 1939 Europa estalló en llamas.

            Sus huestes blindadas no tardaron en hacer desaparecer a todas las naciones europeas independientes, las cuales fueron ocupadas por los ejércitos a alemanes. Mientras, los  rusos ya puestos de acuerdo con sus primos nazis y deseosos de ensanchar su imperio, ocuparon y se zamparon las repúblicas bálticas independientes de Estonia, Letonia  y Lituania.

            Sin embargo, ambas potencias, autos titulados como promotores de un "Nuevo Orden Utópico para toda la Humanidad", no tardaron en entrar en conflictos de intereses a causa de sus ambiciones respectivas. En 1941, Hitler puso en marcha el “Plan Barbarosa” y no dudó en invadir la tierra rusa.

            Para mayo de 1945, sobrevino el doble desastre a la nación alemana, con la victoria de los Aliados contra el Eje de Acero y por su parte, sobrevino la ocupación de parte de su territorio por los ejércitos bolcheviques.

            El Comintern se percató de la posibilidad de inmiscuirse en el traspatio norteamericano e hizo varios intentos de montar revoluciones, en Centro y Sudamérica y el Caribe, con el pretexto agrario y la justicia social

            El Jóker Cubano, el Dr. Fidel Castro Rúz  logró engatusar a un grupo de jóvenes idealistas y en unión de sus propios secuaces, invadió Cuba desde México y desató en la isla una cruenta guerra de guerrillas, montada sobre el terrorismo. La democracia en Cuba seria enterrada, sin ningún miramiento.

            Tras dos años de confrontación contra las fuerzas armadas del Presidente Fulgencio Batista y Zaldívar, finalmente tomó el poder  por métodos violentos e instauró en Cuba; la que este líder denominó “dictadura del proletariado”, de franco corte marxista y al estilo sanguinario de los bolcheviques rusos comandados por Stalin.

            Los castristas, anunciaron después la construcción de una utopía popular comunista, basada en el marxismo-leninismo y abjuraron de todo vestigio de democracia y derechos ciudadanos. Las libertades civiles y los derechos humanos fueron sepultados, basados en el terror de estado desplegado por el régimen castrista, sobre los atribulados e inermes ciudadanos.

Fracaso del experimento castrista
La Utopía (o “lugar que no existe”), cuya versión satánica los comunistas intentaron enraizar en Cuba, nunca primó en la realidad. El intento malsano, no tuvo oportunidad de cuajar y les resultó a los castristas y a sus émulos indoamericanos, un rotundo fracaso. Tal sociedad utópica, en la pesadilla bolchevique, supuso un bodrio inerte y así hicieron creer a los cubanos; que los bienes y servicios colgaban de los árboles, como en mítica Jauja 1.  Allí, nadie debía ni tenía que trabajar, todo preconizado y auspiciado bajo una ideología paternalista, falsa, actuando como decoración siniestra.

            Como resultó natural, era la receta perfecta para convertir un país laborioso y emprendedor en un territorio donde pastarían los morones, sin mover un dedo. El caldo, resultó desastre desde sus inicios.

            Las Utopías falsas como las castristas y sus versiones indoamericanas, africanas y asiáticas, como tales, devinieron en sus antónimos o sea, distopías (cacotopías o utopías perversas) contrarias a sociedad libre y civilizada.

            En la etapa distópica, el estado totalitario se torna en maquinaria trituradora de la libertad y la decencia de sus miembros e incluso, conducente al exterminio de ciudadanos pacíficos bajo una fachada benevolente.

            Hacia su final, algo que sus líderes demagogos saben de antemano, nunca lograrán arribar al “punto Jonbar de inflexión” a fin de invertir la historia. Dicha abstracción letal les conduce a una "Ucronía" o “momento que no existió”, como parte de una historia contra factual, alternativa. Bajo esta premisa, la historia habría tomado otros derroteros.

            En las Ucronías clásicas (generadas dentro de una anomalía virtual), ya en su estado sublimal, por ejemplo se enuncia: “Hitler no fue derrotado sino que venció a los Aliados

            Un ejemplo clásico ucrónico ha sido propagado en un intento de reescribir la Historia, cuando comunistas y fundamentalistas islámicos afirman que: "El Holocausto de los Judíos, nunca existió"

            La práctica de la libre empresa y la democracia, muestran que el fracaso ideológico de las Utopías Radicales deviene en Distopías Malignas clavadas en el pasado y suspendidas sobre el abismo de una Ucronía enajenante, de cuyo virtual binario no hay retorno al mundo real donde se disuelven.

            “En las ideas expuestas en este artículo, cualquier símil o análisis de la lid republicana-demócrata vinculada al proceso electoral convocado para Noviembre 6 de 2012, es pura coincidencia”.

Lionel Lejardi. Noviembre, 2012
lejardil@bellsouth.net
Legacy Press

1    País de Cucaña o La Cucaña (también País de Jauja o Jauja) es un país mitológico del cual se hablaba frecuentemente durante la Edad Media. En esta tierra mitológica no era necesario trabajar y el alimento era abundante. Se suponía que quienes lo habitaban vivían entre ríos de vino y leche, y que montañas de queso y lechones ya asados pendían de los árboles ya con una faca en el lomo, listos para ser prontamente degustados.
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