martes, 20 de abril de 2010

¿Qué sucedió con los dramaturgos y demiurgos gnósticos, cubanos? I//II

¿Qué sucedió con los dramaturgos y demiurgos gnósticos, cubanos? I/II
Se cumplen 53 años de dictadura comunista en Cuba
Sin la venia ajena


Miami reúne a dramaturgos cubanos
Hace un tiempo, corría el final de marzo de 2010, la Universidad de Miami (UM) llevó a cabo un singular evento con estrategias retrospectivas, vinculadas a la creación teatral cubana. Aunque ya para esos tiempos, lo plausible habría sido intentar desempolvar los restos mortales de esa actividad ahogada, como todas las demás enlazadas a la creación literaria. El encuentro no fue convocado, entendido ni encajado exactamente dentro un intercambio cultural.

Todo indicó ser producto de una digresión privada afónica. Algo parecida a una resurrección tolstoyana, acerca de los interminables temas que atañen al Asunto Cubano y apuntemos uno de los más fluidos, además de controvertidos: la libertad de expresión y creación.

Una categoría de tanta importancia universal, que nuestros patricios no dudaron en tomarla como estandarte primado, tal quedó plasmada en la I Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica.

Los hay que se las arreglan para torcer el significado de esta enmienda, sin licencias liberaloides o fundamentalistas, de igual modo ha sucedido con la tan vapuleada y torcida XIV Enmienda, al gusto de los "ciudadanos soberanos" con respecto a los inmigrantes ilegales.

El nominativo de "intercambio" adolece de síntomas parecidos y es aplicado de manera indiscriminada por una estela de reseñadores, los cuales parecen no entender la diferencia entre un intercambio cultural o científico, serio por supuesto y otro que no lo es, siquiera en las calendas.

Es que hasta donde sabemos, la condición sine qua non para bailar un danzón implica la presencia de dos entidades humanas de sexos opuestos, decididas a obedecer las reglas del sarao. O, en caso de un careo sublimado como amistoso e institucional, tal es el promovido por la UM; suponiendo que las liebres están aptas para sentarse a discutir con los lobos.

Resalta lo obligado de la existencia de opiniones disímiles en puntos de vista aleatorios, para un deleite franco de los participantes en aras de la pureza del diálogo pretendido entre centros gobernadores de puntos de vista tan disímiles.

La segunda condición en términos académicos, implica un plan detallado entre los dos o más países emisores y receptores de los contrincantes, uno de cuyos sitios, es sede. Este preámbulo conduce a entender que un particular por sí mismo no es necesariamente un elemento del intercambio académico, aunque sea integrado por fuerza al cónclave.

Protagonistas de los 60
La UM convocó al conciliábulo etiquetado, "Protagonistas de los 60", al cual invitó a personas destacadas adheridas en alguna forma a la dramaturgia [ver el artículo de Olga Connor, "Miami reúne a dramaturgos cubanos", El Nuevo Herald, viernes 26 de marzo del 2010], esos hermosos destellos del arte teatral, en ocasiones cinematográfico e inicialmente literario.

En el mismo, cuyas sesiones corrieron durante marzo 27 del 2010, participó un grupo reducido de dramaturgos, periodistas y especialistas cubanos de intra y extramuros, se infiere, incluyendo un cierto número de espectadores. Se destaca que ninguno de los gobiernos en pugnas se declaró patrocinador de una actividad tan subyugante.

Los enterados de última hora que habitamos el patio miamense, nos quedamos con la curiosidad y en la oscuridad. Ello supone estrategias de investigación o indagación quirúrgica, dirigidas a hurgar exclusividades entre las telarañas enrarecedoras de una de las facetas más especializadas y sensibles del drama isleño, la dramaturgia.

 A esta actividad, a la cual como un todo de pesadez insoportable la envuelven jirones trágicos del Asunto Cubano, deviene en el drama peor de la trágica cubana. Luego, no es arriesgado aventurar que el fin supuesto a alcanzar, era el intercambio de experiencias entre ambos segmentos de creadores.

Por lo general ambas facciones, no divorciadas intelectualmente muto propio, hablan un idioma casi común, sin dejar de ser raro,  a la luz de las 53 sombras transcurridas desde la implantación en Cuba de un gobierno despótico, totalitario y de redundancia absolutista regido por autócratas.
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Estuvimos en presencia del intento de practicar la autopsia a un sistema exógeno de ideologías transnacionales, incompatibles con los altos principios de la libertad y democracia. Pero que esta ahí, armado con toda su crueldad de efectos especiales consecuentes, los cuales resultaron devastadores para la creación artística y la prosperidad intelectual.

 De igual modo con su objetivo primo ―la destrucción minuciosa del tejido social, orgullo y autoestima ciudadana―, arrinconando la cultura nacional en todas sus manifestaciones; y creando en el sentido de fabricación robótica, sus patrones artísticos artificiales propios de la deliciosa chatura totalitaria.

La misma echada graciosamente a la cara de un público compuesto de espectadores envilecidos du berceau à la tombe (de la cuna a la tumba) por un régimen despiadado. Sólo repasar la vacuidad de los scripts cinematográficos y guiones insípidos de dramas intrascendentales impuestos por los comisarios, como línea de producción del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC).

Tal somia y sus síntomas, son características dependientes del miedo que alcanzan el resto de las dependencias del giro teatral, elaborados para el entendimiento de disléxicos mentales. Luego, el único tono permisible es el gris en cada manifestación artística o filosófica.

De teatristas y dramaturgos, a saltimbanquis de la pasarela oficialista
Suena fuerte, pero al miedo de estos conejillos del experimento comunista, el régimen no les deja espacio para más. En este caso, sucede en específico con las artes escénicas; estas ya estaban sumidas en ese imperecedero foreclosure custodiadas por el inexorable tentetieso de la Policía Política. Ello, desde iniciado e 1959, donde pace uno de los custodios del camposanto intelectual de las artes todas, el benemérito Sr. Antón Arrufat.

Los lectores exiliados, interesados en estos y otros aspectos de las Bellas Artes cubanas, las genuinas; consideraron que la dramaturgia isleña en ocasiones se viró valiente hacia el interior (muy difícil sin sufrir represalias y cuyas bajas fueron insustituibles) de la sociedad entera.

Tal quehacer era con intenciones naturales en las democracias, de escanear la magnitud del daño al carácter, principios e idiosincrasia de la nacionalidad cubana. Y de alguna forma, coadyuvar en explorar las posibilidades de dar voz a estos "secuestrados de Altona".

Tales aspectos de apoyo y enriquecimiento del acto cultural cerrado, de manera inexplicable para algunos, la UM dejó pasar por alto tal si fuera una norma punitiva, si esta era saltada por algún confundido. En tal lugar del exilio miamense, donde habitan los dramaturgos cubanos, que no estuvieron presentes en el encuentro, ni los motivos de su invaluable presencia y el por qué ahora, son incógnitas.

Los de afuera, salvo el reportaje de enunciación de El Nuevo Herald, nunca supimos la agenda de la convocatoria. A meses transcurridos, finalizado el evento, la redactora no nos ha deleitado dándonos señales sobre lo sucedido (tampoco la UM) en aquel cenáculo de eruditos, quizás sumidos entonces en un auto trance hipnótico de palabras congeladas e irreconocibles.

Luego, no es descartable que surjan conjeturas acerca de los objetivos mediatos y resultados de la convocatoria proclamada a todas voces en medio de un desierto intangible.

Como invitados al evento, participaron dramaturgos y especialistas notables residentes en Cuba como Antón Arrufat, Abelardo Estorino y Eduardo Arrocha (este último, escenógrafo); también Matías Montes Huidobro de Miami (¿es que tenemos uno sólo?) y Eduardo Manet de París.

Ahora, es que comienzan las especulaciones inevitables, mientras los integrantes del grupo selecto se embarca en otra digresión que intenta, ser conexa entre la bejuquera y marabuzales florecidos en el “más acá” del exilio cubano.

La saga continúa.

© Lionel Lejardi. Agosto, 2008
lejardil@bellsouth.net
Legacy Press

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