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Martha
exclamó, «¡Noli me tangere, homo!»
ii/vii
(Miniserie, "Fulgencio y Martha")
(Miniserie, "Fulgencio y Martha")
Se cumplen 60 años de dictadura comunista en Cuba
Preludios
¿Acaso, esas voces
son de los pasteleros
de
Marie-Antoinette?
susurró Martha, incrédula.
No, señora, algo peor.
Son los malditos Mau-Mau,
Que
vienen por nosotros.
(Apuntó Nany, angustiada)
"Un Asunto Cubano"
« ¿Vendrán pasteleros o Mau-Mau?»
"La Débâcle", según el palíndromo
cartesiano
En la sala magna de la Casa Militar del Campamento de Columbia, transcurre una fiesta extraña, entre ánimos de las palomas
burocráticas civiles, siempre inertes y temerosas. Pero además, bajo el filo de las miradas aguiluchas y prepotentes de los gavilanes militares siempre duros; en especial los bodyguard del equipo presidencial. Algunos camuflados entre los asistentes y los husmeadores restantes, sin importancia, mozos, camareros, mochilas, curiosos y el resto de personal de
apoyo al acto final. Todos respondían a una expresión de desasosiego similar o igual de tormentosa, asustadiza como la de gente desorientada, temerosa de quienes saben sus fuentes de sustento ya agotadas, bajo una derrota irrecuperable. Tal si fuesen colibríes suspendidos
en el aire, sin advertir donde posarse, o en espera de alguna detonación que
les justificara huir. Aun entre libaciones y saludos nerviosos de esa, la conspicua extrañeza y fiesta última de “Fin de Año, 1958” El
reloj indicaba poco más de las 12:10 A.M., ya volcados en el nuevo año de 1959.
Cualquiera diría que se trataba, sin consenso de las partes, residuos de facciones
interiores y exteriores de ciudadanos en pugna, ansiosos por hacer ‘lo que les diera sus reales ganas’
En las mentes de quienes sustentaban en sus brazos los poderes de la Casa Militar de Columbia, no habrían terminado aún
el desencanto de las Cenicientas, cada una de las cuales se imaginaba montada
en una carroza supuesta calabacina; porque los vestidos caros o lujosos de marcas populares con las doce
campanadas se tornaron andrajos campiranos. También, a causa de que el asunto
era más complejo que lo dictado por la imaginación, dado que se trataba de apagar a cucharadas de agua, una nación envuelta en llamas. Resultado de la guerra fratricida
instigada por el odio entre dos líderes políticos y sus dinastías cargadas de medianias ocres, fraguadas
en el mismo melting pot donde
nacieron, en la provincia de Oriente. En nada tuvieron que ver los habaneros, ni antes ni ahora que se
iniciarían los brindis besos y abrazos temblorosos de la élite política gubernamental. Es que fueron pocos los olvidados a ese evento de compromiso concurrente. Un sarao oficial organizado con enormes genuflexiones protocolares; por la intendencia presidencial para las
actividades, más de fin de año 1958 que de inicios del 1959; estimado horroroso por pitonisas, brujos y el resto de ese otro ejército de penumbras y nigromancias, invisible a los profanos.
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Es que sucedió lo inevitable, con el fracaso del tren blindado enviado en ayuda de la ya cercada capital villaclareña. Todo, a pesar de que el Presidente de Cuba en funciones, Gral.
Fulgencio Batista y Zaldívar, investido como tal en unas elecciones
generales ‘democráticas' también dudosas, con la
participación de partidos políticos y seguidores de toda la gama de opiniones gubernamentales y
oposicionistas, cuando dio esperanzas de un arreglo con sus enemigos. Elecciones donde se incluyeron candidatos de la oposición, aunque fragmentada, la
de aquellos patriotas que eligieron probar la tesis electoral y participar por
su libre albedrío, al igual que otros sectores cuyos candidatos se postularon
libremente sin intervención estatal. En el peor de los casos, estas elecciones
fueron superiores a las anunciadas por el régimen castro-comunista actual (2018) veraneando incólume además de
impune, mientras apretaba el dogal en la garganta de la ciudadanía democrática,
a la que diezmó, desde el mismo 1959.
Es ver primero las advertencias recientes del régimen
comunista actual, por boca del delfín palatino en potencia, que además es
postulado como uno de las tantos errores attos
del régimen, ocultados tanto a la población y a sus seguidores; en aras de la
prepotencia y omnisciencia de la cúpula gubernamental. Y hay que decirlo: “un
tal ‘cuadro’ bien conocido en su
casa, seguramente impoluta y de apelativo, Ing.
Miguel-Mario Díaz-Canel Bermúdez”; quien resultó destinado por
un dedazo del acucioso Gral. Raúl
Castro Ruz, como el “Líder Máximo” y ente idóneo a fungir sustituto en la nueva fecha (cambiazo
indefinido) fijado por ahora para marzo del propio 2018.
Ya rebasada la primera convocatoria fallida, según fuentes,
a causa de anuncios exógenos de ciertas sotto voce y otros cotilleos; siguiendo motivaciones de las ya
mencionadas 'pugnas intestinas' entre
la facciones dinástica y los peleadores sin ancestros fiables.
Aquellas candideces dichas monacales, supuestas para las siempre calideces inadvertidas de
la cúpula habanera actual, para febrero 24, 2018. Algo de esperar en un antisistema fallido,
auto titulado "republicano" hasta marzo, 2018, sin bombos ni platillos.
Curiosamente, donde los ciudadanos son espoleados por el mecanismo represivo
del régimen a 'ejercer' un derecho
del que no disfrutan por la ley comunista, a la ‘postulación libre’; donde además de otro espejismo sahariano
alucinante, se dicta que 'donde no
existen partidos oposicionistas independientes del gobierno' (este último
prepara a la carrera una 'oposición de
terciopelo') y para colmos represivos, sin permitir ningún "voto libre y secreto", genuino.
«¡Salud, salud!», anunció Batista
Pero nadie se sintió seguro esa
noche de despedida final, en la cual "El Hombre Fuerte" de entonces, Fulgencio Batista, dio sus acostumbrados parabienes y
con palabras intrascendentes leyó a los presentes un comunicado donde
escuetamente explicaba las razones de su renuncia y fuga precipitada, las que
finalizó con su habitual, pero ya inadvertido «¡Salud, salud!» Tal si todos los
participantes permanecerían hasta el final, nada distinto al de los años
anteriores. Solo que el triunfalismo mostrado en el primer evento de 1952, por buena parte de los asistentes; palidecía,
en quienes estaban esperanzados en alcanzar la paz nacional, ansiada por todos,
sin importar los bandos. Pero las palabras del Presidente, tal pólvora mojada,
retumbaron con el sonido de expresiones huecas. Parecía que los ciudadanos
estaban al tanto, de una orden que nunca Batista pronunciaría y menos, por su
boca de Presidente.
Sucedió que, tal si todos del
instante preciso tras el “salud” brindada por el Presidente, primero con
lentitud e inmediato que el Gral. Batista desapareció del salón, ello pareció
indicar a los asistentes el respirar profundo, el acto se tornó en la
solemnidad del silencio e intercambio de miradas en lo que después devino murmullo, no dicho, de
“sálvese quien pueda” De inmediato se
inició "La
Débâcle" (El desastre) o descomposición total, en
instantes, los restos del sistema gubernamental batistiano.
Las fuerzas y el resto de los
ciudadanos oposicionistas de todas las tendencias, incluyendo a los gazapos comunistas rugieron victorias en cada
punto del territorio nacional, donde errores de los resentidos sociales, predominaban.
Las máquinas de todo tipo y potencia, a esa hora de la madrugada, rodaban
colmadas de funcionarios, militares de todos los niveles de graduación, familiares más cercanos
y en algunos casos, funcionarios, sirvientes, "comecandelas" y bodygards;
según el palíndromo cartesiano, de aquellos que estuvieron festejando y que
ahora, huían despavoridos. Los carros se desplazaban raudos desde y hacia
diferentes lugares de la ciudad y sus entornos, hacia puntos comunes como
aeropuertos, puertos, embajadas y hacia todo aquello que les ofreciera una vía
de escape con seguridades.
Tales manifestaciones de júbilo entre las filas comunistas, afinaron los recuerdos
ciudadanos; puesto que las mismas contrastaban
con la normal suspicacia de ‘arribismo’ inherente a toda la gama izquierdista deambulantes por el territorio nacional cubano. Luego
estos personajes dieron la impresión de que los viejos comunistas, como
siempre, trataban de pescar en río revuelto, puesto que al ejecutarse el golpe de estado de Batista contra el
presidente Carlos Prío años atrás (10 de marzo de 1952), la opinión pública
rememoró que los comunistas, la
dirigencia y sus afiliados (Partido Socialista Popular o PSP) habían tomado la irrupción batistiana como
un factor a su favor al evocarles glorias pasadas a la sombra del batistato,
cuando 'su' líder Batista dominaba el espectro político cubano entre
1933 y 1944, al legalizarles el partido (entonces, semi ilegal), entregarles el
movimiento obrero e integrarlos al juego político; inclusive desempeñándose como funcionarios
del gabinete de Batista (ministros sin cartera) durante toda la II Guerra Mundial.
La escoba auténtica, que fue ortodoxa
Saber
que durante la etapa de los “auténticos’
(1944-1952) los comunistas fueron mantenidos
a raya, al demostrarse de ser agentes declarados del Comintern.
Por lo que de hecho y eran
perseguidos como lo que siempre fueron y son, agentes extranjeros, y por lo
tanto, enemigos de la democracia y aliados de la ya amenazante Unión Soviética
(URSS) expulsada del ámbito internacional, por el gobierno norteamericano a
cargo del presidente Harry S. Truman . Ello, como consecuencia de un Batista
retornante ahora como ferviente anticomunista y aliado de las democracias,
junto a los EE.UU. En esencia, en 1944, al cesar la influencia de Batista, los
comunistas criollos se ‘quedaron en la
calle y sin llavín’ Una advertencia del Comintern,
les llego desde México, relacionada con el defenestramiento del gobierno de
Fulgencio Batista, la que en realidad a los Castro, les resultó oportuna y
subyugadora a sus ansias mesiánicas.
Con el triunfo de revolución
opositora al gobierno de facto de
Batista, mientras este último preparaba una elecciones a su favor (el candidato
de la coalición gubernamental) con la promesa a la oposición de marcharse por
sus pies a un segundo auto destierro; le sobrevino la pérdida de puntos
estratégicos y neurálgicos importantes, más la pérdida del favor de los EE.UU
(armas, pertrechos, inteligencia, reconocimiento, etc.) Mientras los dos
bloques hegemónicos (las democracias
al lado de los EE.UU y el bloque comunista,
sujeto a Moscú), todo mientras rusos y americanos atravesaban por el período
de distensión (détente) La URSS buscó otras vías para vencer a
Occidente, se inició la ‘carrera armamentista’ y los Castro, ya enredados en
trifulcas con los EE.UU. con sus experimentos (todos fallidos después) ensayaba
revivir de sus cenizas una Dictadura del Proletariado; cariada y estrellada
desde sus inicios en 1917. Estos mensajeros moscovitas arribaron a playas
cubanas en manadas, las cuales ya traían planes elaborados por el Comintern, disfrazaron el conflicto de
intereses en otro político al declararse aliados de la URSS y enemigo de los
EE.UU.
Luego, con la huida de Batista y el
derrumbe de su gobierno, el Dr. Fidel Castro Ruz enredó a los rusos en sus
pesadillas indoamericanas (con posterioridad, ultramarinas) reavivando los
viejos proyectos trotskistas de "la revolución
mundial" auspiciados siempre por fuerzas exógenas del Comintern. En esencia se trató de
convencer a esos tontuelos de capirote (los rusos) totalmente, tras pintarle a
los bolos una quimera apolillada de
contratación moscovita de tropas cubanas fáciles y baratas; adiestradas,
avitualladas y armadas con parque (occidental) a un 'costo ínfimo de manera que
no se destacara las manos de la URSS en esta subversión extranjeras. Los castristas, decir Cuba, con el tono de
su desprecio acostumbrado por la vida ajena (sus ciudadanos) suministraría a la
URSS (en la primera versión del contrato
espurio e intervencionista) un número determinado a fijar entre las partes, de
tropas y técnicos a un "precio anual per cápita módico, pagadero en moneda
libremente convertible en dólares (USD)" de apoyarlo para conquistar
Centro, Sudamérica y el Caribe.
En la etapa siguiente el quid pro quo (toma y daca) y los rusos
le pidieron el suministro de tropas mercenarias (especialmente de cubanos negros) para las aventuras tercermundista privilegiadas de Moscú con vistas al África y Medio Oriente y Asia. En 1961 los EE.UU. no
admitieron el chantaje comunista respecto a Berlín y los comunistas levantaron
el astroso Berliner
Mauer (Muro de Berlín) el cual
fue derribado 1989. La ‘Guerra Fría’ según algunos historiador corrió
con el periodo 1961-1989, otros indican su inicio en 1945, inmediato a la caída
de Berlín en Mayo 1945 y el triunfo arrollador de la coalición de los Aliados. Para 1948 la URSS y sus peones comunistas ya se habían tragado lo mejor de Europa.
Al parecer, aflora y se ve la conspiración iniciada por
rieles de subversión paralela (anteriormente sin la intervención cubana, por
supuesto y pactada (en la Entente
Comunista articulada entre
los "Caballeros de la Orden del Mal"
(recordar las advertencias posteriores de Ronald Reagan) iniciada en Moscú antes de
Agosto 29, 1949 y cuyos planes de puesta en marcha fueron activados entre los
veranos 1948-1949, inmediato antes que los rusos detonaron su primera bomba
atómica sucia (del tipo RDS-1), en el polígono de Semipalátinsk, Kazajstán, URSS.
Los planes fueron discutidos en una conferencia secreta
efectuada en Moscú, entre Joseph Stalin,
Mao-Tse tung, “Jo” Chi Minh y posiblemente, Palmiro
Togliatti y otras "focas
amaestradas por el Kremlin" (un parangón cubano) y los indispensables
cerebros de la Inteligencia, Contra Inteligencia, Seguridad y Defensa de la
URSS de estos países conspiradores. El asunto único no tenía relación aparente
con las cefaleas de los ya sutiles o declarados conflictos geopolíticos entre
hegemonías, sino que trillaba un tema ausente, irrelevante entonces de los
intríngulis cotidianos entre pupilas de las potencias y sus desagravios mutuos:
la intervención y armado bajo cuerda del “Narcotráfico”
Los fines, envenenar a los jóvenes
occidentales y tornarlos ineptos, según la burda estrategia de aquellos
tiempos, para integrar los futuros ejércitos de las democracias.
Defenestrado el gobierno de Batista y con la huida del líder
castrense, comunista, remanentes de la Guerra
Civil Española y otros conflictos de Centro y Sudamérica; clamaron tales
quinceañeros emocionados con lo que el destino les ofrecía. Sin embargo, castristas y comunistas, tal si no se conocieran desde antes frente a la opinión
pública, clamaron por ser los únicos a los cuales la ciudadanía debía reconocer
como depositarios del botín de guerra, nada menos que la parte del león, en el
desguace de la “Isla de Cuba” con
todo lo que tenía dentro. Solo que los más ansiados, eran los aeropuertos,
puertos y las marinas situadas en la costa norte de La Habana, que les significaba
la salvación, de la bien conocida furia y crueldad de sus enemigos, los Mau-Mau.
El encuentro de divergencias se inició de inmediato entre los castro–comunistas
y las fuerzas revolucionarias del Directorio
Estudiantil Universitario (DEU, a veces FEU), 2do. Frente Nacional del Escambray, Organización Auténtica y otras fuerzas políticas cubanas,
democráticas.
Primero, mujeres y niños
Sucedió
en el aeropuerto aledaño al Campamento Militar de Columbia. En este como casi
todos, era de naturaleza civil y militar, más lo segundo que lo primero, porque
en tiempo regular pequeñas y medianas compañías de vuelo públicos y privados
operaban las aerolíneas civiles como "Aerovías Q"
y "Aeropostal Venezolana” y
algunas que otras, operadoras de cargas comerciales de todo tipo y otros
particulares; mientras que el aeropuerto internacional de Rancho Boyeros,
operaban líneas regulares registradas internacionales norteamericanas,
españolas, mexicanas, etc., recargadas del augurios malos. El intenso drama
entre las facciones cubanas en pugna, culminó inmediato que se conoció de la
huida del Presidente, Gral. Fulgencio Batista (su familia excepto el más pequeño)
y el resto de sus colaboradores más cercanos y sus bodygards. Sus hijos mayores, ya al tanto de la situación militar y
el rechazo de Washington en enviarle armas y pertrechos y otras ayudas o
respaldo público contra los comunistas; todo lo cual le impelieron a enviar de
antemano al extranjero a sus hijos menores, el lunes 29 de Diciembre de
1958, el cuidado de Manuel Pérez
Benitoa, encargado de las Aduanas. Como sucedió otrora con el machadato, el
batistato dejó de existir a consecuencias de una eutanasia combinada de
descreimiento y terrorismo por parte de los extremistas a cuya cabeza urbana
(la más identificada y de influencia en
la ciudadanía) destacaban las filas de jóvenes de la nueva generación, en particular
aquellos simpatizantes del M26J, con su bandera y brazaletes de colores
rojinegros.
Demoró mucho que los cubanos advirtieran tras la gran
bambalina la diferencia marcada entre los cantos victoriosos de los opositores del
espectro democrático y los aullidos roncos de la lobada comunista. Ruiseñores contra mugidos de rana-toros, como los mercenarios del Saruman de turno y sus fieles hordas de Isengardos, cantos entonados por la
plana mayor de los comunistas de la vieja guardia agazapaba tales camaleones,
forrados interiormente con abundante ropaje stalinista. Aunque tiempos atrás,
se cambiaban no ya con los días, sino por horas, que ahora la dinámica les
impelía determinar el trasplante de pieles, como las de “zapa”, con algunas
faces interiores desde Plejanov, Bakunin y otros; hasta carenar eventualmente
en Trotsky; ya por entonces asesinado por el español Ramón Mercader, un sicario
gallego stalinista destacado por la KGB en Ciudad México D.F. durante la
preguerra (IIGM) estaban los comunistas en el trasfondo teatral, como se
demostró después.
Y así, con los días, el relajo se
hizo orden, con la salida a la palestra pública de los primeros combatientes
urbanos oposicionistas, los "descamisados”, no con la furia enciclopedista
de los sans-culottes y sus
caramañolas parisinas de la Vendôme;
tampoco nada parecido a los de “La Bastille”, donde la población penal,
supuesta de decenas o cientos de patriotas anti realistas; solo encontraron un
huésped somñoliento, que ni siquiera conocía la razón de su encierro. Tales
fueron en parte, los pretextos baladíes de aquellos ‘visionarios’ Porque esta
crápula del lumpen proletariat
habanero, también nacionalmente desparramada venia de ’El Pontón’ o ‘Pueblo Nuevo,
‘Pajarito’ o ‘Pan con Timba’ y otros. Y en
verdad que eran distintos con el piquiti-pa-pa-pa
de las tumbas arrabaleras.
«Nos asesinarán, como hicieron en Rusia con el
Zar, su familia y el resto de la nobleza»
—clamaron los más comprometidos. Mientras allá por el Castillo de “El Príncipe” los cuidadores futuros,
aquellos entendidos en grillos y cadenas, sonrieron.
Así también aseveraron y gimieron en la
huida, los seguidores de poca monta del presidente depuesto. Igual de
aterrados, porque los fugitivos temían las ya anunciadas represalias de los
revolucionarios; especialmente los castristas; cuyos efectivos guerrilleros
correteaban siniestros por los montes, pueblos y ciudades, incluyendo las
capitales de provincia y la propia capital de La Habana, apoyados por
milicianos paramilitares urbanos armados con aquello arrebatado a los aforados
gubernamentales o con lo que pudiera servirles de arma. Estos últimos,
terroristas urbanos confesos, cierto que se las habían estado "jugando al
canelo" día a día, perseguidos por la policía y otros órganos represivos.
En realidad, con el enemigo en fugas, no eran necesarias esas armas salvo para
contener a los saqueadores, exacerbados por los líderes de la revuelta
triunfante.
Sin embargo durante la guerra de
guerrillas, los subversivos castristas, auto apuntalados como vencedores; no se
dieron por enterados y desconocieron las actividades casi suicidas de otros
grupos oposicionista y continuaron en sus preparativos minuciosos para el
'Asalto al Palacio Presidencial'. Tal fue el episodio de los integrantes de la
Federación Estudiantil Universitaria (FEU) combatientes demócratas, cuando el
13 de marzo de 1957, uno de cuyos comandos llevó a cabo el “Asalto al Palacio Presidencial de Cuba”,
con el objetivo de matar al Presidente, Fulgencio Batista.
Para ello, los comunistas
domésticos estuvieron bien asesorados por los estrategas del Comintern, tal confesaron los castristas
más tarde. Los guerrilleros, fueron alertados contra el reclamo justo de sus
competidores; apoyados por otras facciones revolucionarias también beligerantes
y armados, compuestas de demócratas genuinos. Todo el quehacer castrista, fue
el efecto con miras a que estos demócratas no les demandaran una parte
alícuota, justa, en el gobierno que ellos estimaban "su" botín exclusivo.
Casi todos los fugitivos de esa noche trágica, eran políticos, militares,
miembros prominente de partidos políticos o negociantes vinculados al gobierno
batistiano. Otros, consideraban que las represalias podían alcanzar a
cualesquiera de las fuerzas cívicas y sociales, aunque no beligerantes, que a
los vencedores les olieran o les conviniera tildarlos como colaboradores
gubernamentales o calificados de contra revolucionarios.
Eventos tales que sucedieron en
realidad, con exterminios masivos inmediatos, desatados por los guerrilleros
contra los implicados con el gobierno y los opositores demócratas que los
criticaban o que habían defendido el sistema republicano. Del mismo modo
continuado en Cuba por Batista, pero con un autoritarismo de intensidad media.
Aun durante la etapa más álgida del gobierno de facto, las libertades de
expresión, imprenta, prensa, radio y TV, contratación, inversión, formación,
importación y exportación de capitales y propiedad privada de las tierras, bienes
inmuebles, minas, riqueza agropecuaria, no frenó a las inversiones nacionales o
extranjeras.
Los viejos comunistas cubanos,
quienes hasta la fecha se mostraban ante el pueblo como dechados de demócratas
y humanistas; no dejaron ser más que combatientes simbólicos que nunca
pelearon; y que tras la victoria de los alzados desplegaron igual furia
implacable contra sus adversarios, sirviendo a los castristas como música de
fondo y pretexto para eliminarlos si ello les fuera útil, ante cualquier
reacción de Washington. Todos los prófugos de esa madrugada, se ufanaban en
obtener para sí un puesto salvador en los aviones, militares y civiles, que
rugían en las pistas y salidas de los hangares.
No hubo santos y patronas a los
cuales, estos ciudadanos en desgracia no recurrieron in articulo mortis. Dado
que eran personas consideradas culpables, a priori, ante la opinión pública de
los ciudadanos; de haberles impuesto un gobierno autoritario (dictablanda, tal
le denominaban sus simpatizantes y en el decir de algunos cronistas
desapasionados), pero que a los ciudadanos les pareció sofocante. Resultó
curioso que los enemigos del Presidente,
tutelados por un gobierno de facto e incluyendo los opositores pacíficos,
hacían lo que les daban sus reales ganas democráticas, comparada con el
totalitarismo absolutista cernido después sobre Cuba, bajo la férula impuesta
por el Dr. Fidel Castro Ruz y sus seguidores.
“Gallo Bolo de
un punto cubano" (para laúd y tres, allegro)
Esta
realidad perfectamente documentada, hizo que los apasionados con el hipnotismo
comunista; se desilusionaran de los promotores de la edición nueva de la época
del terror jacobino (Époque de la Terreur), durante la Revolución Francesa.
Decía su Líder del Extremismo Máximo,
«El Terror de Estado,
no es más que la justicia rápida,
severa
e inflexible»
Maximilen
Robespierre
Una máxima cínica apuntada y
ejecutada en virtud de la “Ley de Pradial,
año II de junio 10 de 1794”, por el
denominado “Comité de Salvación Pública”,
brazo del terror de estado de los
extremistas enquistados en la Revolución
Francesa, cuyo lema les ordenaba arrasar con todos los
opositores, matarlos con sus familias completas y confiscarles sus bienes. El Comunismo,
Fascismo,
Nazismo
y sus variantes derivadas como el Cambodismo y ciertas fases del Castrismo;
y otros sistemas emanados hoy del movimiento actual denominado “Socialismo del siglo XXI”; entre otros
movimientos políticos deletéreos a la Humanidad, no dejaron de pasar por alto,
esta forma novedosa (aunque medieval sin la componente religiosa) de eliminar a
sus oponentes, disidentes y adversarios políticos, de una y por todas las
veces.
La “Vieille Garde Communiste” (Vieja Guardia Comunista) de inicio, se
mantuvo en espera de las órdenes a emitir por el Comintern;
ávidos como estaban, de hurtar y apoderarse (como hicieron) de las riquezas de
los burgueses y arcas de la nación cubana entera, antes de poner la soberanía
de la isla en manos de la gerontocracia stalinista anidada entonces en Moscú,
desde 1917. No tardó que este nuevo "Líder
Providencial" —quien de inmediato regodeó su Ego endémico frustrante
al disfrazarse como él mismo, sólo que esta vez el teatro fue montado en Cuba—
se declarará en medio del ulular de su grey de idólatras ávidos:
"El
Dr. Fidel Castro Rus, fue proclamado dictador vitalicio de la República de
Cuba, gracias a su Revolución Humanista, tan verde como las palmas"
Esta práctica populista, resultó
cartabón para el destape subversivo de las izquierdas mal encasilladas como
gajos de la misma mata de guao "democráticas, progresistas o radicales”
(Arévalo, Betancourt, Haya de la Torre, Estenssoro Perón, Cárdenas y otros)
comenzando por las entronizadas de manera encubierta en Indoamérica, inmediato
que sobrevino la etapa de la pos II
Guerra Mundial (IIGM).
«Cristo
apareció en Emaús. Y yo aquí, en Cuba»
—aseveró Castro, repleto de autosuficiencia.
Lo sorprendente del gobierno del
presidente Batista, es que se mantuvo funcionado con el mismo guión de críticas
y desórdenes públicos de los oposicionistas, protestas ciudadanas, actividades
contestatarias legales e incluyendo su inevitable batallar contra el
terrorismos de los castristas y esporádicamente,
los comunistas. Tales situaciones,
eran perfectamente adjudicables y de hecho lo eran, a cualquiera de las
facciones subversivas (no opositoras) oponentes, paseantes por Latinoamérica,
inmersas camufladas en el batallar democrático convencional. Esta forma de
gobernar en democracia y sus vicisitudes, resultaban imposibles para los
radicales subversivos y de ello, su reluctancia a pasar por la confirmación del
pueblo en las urnas, hacer trampas electorales (siempre bajo su control) y sí, su incorporación a los campamentos
guerrilleros.
El ‘Doomsday’
cubano
Este
horror a vistas, en unos casos fue articulado en segmentos por la oposición
honesta, que aspiraba un retorno al sistema republicano, democrático y de
libertad plena, fracturado inexplicablemente por Batista en marzo de 1952. Eran
los inicios del inexorable Doomsday
cubano, tras una guerra civil cruenta e incontenible. Mientras, la otra facción
de oposicionistas violentos, patrocinada por los comunistas (castristas, anarquistas, libertarios, aventureros,
mercenarios extranjeros, etc.) afilaba sus "cuchillos largos fascistas" tendentes a sumir la Isla de Cuba,
para siempre, en las tinieblas de las redes totalitarias típicas de las "Animal Farms" orwellianas sembradas por la bondad bolchevique en Europa Oriental. Un conjunto de inconcebibles
pócimas sociopáticas y psicopáticas, idénticas a las sembradas por los rusos en
sus satélites detrás de “(Das) Ein Eeiserner Vorhang" (Una Cortina
de Hierro), a partir de 1948. Una visión semántica (erróneamente achacada a
Winston Churchill) sobre la cual ya había alertado el líder nazi y Ministro de Propaganda, Joseph Goebbels;
tan temprano como en febrero de 1945, desde el órgano oficial semanal de los
nazis “Das Reich” (El Imperio), en el artículo futurista, "Das
Jahr 2000" (El Año 2000). Lo que el cierre de filas absoluto de las
prestigiosas democracias, impidió que este engendro se consolidara. Tanto los
errores y respuestas violentas del gobierno de Batista, ante el acoso del
terror descomunal de los oposicionistas radicales; como la excelente propaganda
desarrollada a su vez por la candidez de los opositores demócratas y la muy
profesionalmente violencia activa de los comunistas y sus activistas locales
(en Cuba y los EE.UU), mantenían al gobierno batistiano a la defensiva.
A ello se sumaban los siempre
acechantes cultores de la izquierda
liberal del periodismo, literatura, intelectuales y cine norteamericanos.
Uno de cuyos íconos más dañinos —casi de la textura de idiotez cósmica e
irracional del Presidente Jimmy Carter— fue el conocido editorialista (maoísta de la extrema izquierda) del “The New York Times”, Herbert Lionel
Matthew. Este periodista pro izquierdista del estilo peor, convencido y apasionado por los crímenes de Mao-Tse
tung, devino un maoísta virulento, como todos repleto de ansias de destruir la
ansia de “adoptar,
a como fuese, el american way of life”
Ello devino desde sus inicios en un
furibundo defensor de los pillos y pillajes de la triquiñuela roja en el ámbito
mundial; sustentados a su vez en sus fechorías por las bandas bolcheviques. Mao-Tse-tung, el líder comunista chino,
recibió los plácemes y halagos de Matthews durante el período de “La Gran Marcha”
Amok (meng-âmok)
Ya
entrada la mañana del 8 de enero de 1959, el Dr. Fidel Castro citó a sus
comandantes más cercanos, a una reunión en el Salón de Juntas del Gabinete
Presidencial, de las tantas que después se convertirían en sus interminables peroratas de auto elogio y amenazas a sus opositores. Pero no
todo le aconteció favorable porque, curiosamente, cuando el Líder Máximo dirigió su discurso humectado
de nosologías freudianas a la casi dos decenas de jefes guerrilleros (Comandantes y capitanes, destinados a ser los futuros Generales) agrupados alrededor de una mesa ovalada; todos advertían
todavía permanecer activados con el Amok
(meng-âmok) de la savia sierramaestrina. Los allí presentes (excluidos de
la reunión los solícitos y todavía no bien definidos, aide-de-camp) quedaron sorprendidos con aseveraciones del Líder Máximo, ahora transformado en vocero
y defensor irredento de una patología democrática rara (sin derechos ni libertades); cargada de ciertos conceptos militares,
filosóficos y sociales, al dejar de escapar unas pocas sentencias tétricas devenidas
trágicas para el destino ya bolchevizado por seis decenios bajo una visión supra destructiva sobre la Isla de Cuba:
«Compañeros
combatientes -anunció el dictador Castro-, hoy es un día histórico. Saber, que desde el veintiséis de julio
de mil novecientos cincuenta y tres; trazamos con nuestra gesta moncadista las líneas generales y planes para implantar una Revolución Socialista y Humanista, verde como las palmas y no Comunista tal 'melón del traidor Vulcano' pero definitiva. La misma
que hoy advertimos como triunfante. Esta acción refleja la victoria de la democracia sin cortapisas, limitaciones
o influencias extranjeras. Es la misma Revolución que nos dicta, en aras de su
presentación, pureza nacional de los principios y bienestar del pueblo cubano
todo; a implantar de inmediato en todo el territorio nacional; como primicias y que, extenderemos para siempre, en toda la
Indoamérica. La nuestra, la cual devendrá en la primera y genuina ‘Dictadura del Proletariado’ en el continente
americano, donde auguramos una Era de Revolución Permanente en que habrá “pan con libertad, sin terror totalitario” La misma, será fundamentada y así creerlo, en los
principios y dogmas democráticos, humanistas, inconmovibles e irreversibles del
Marxismo-Leninismo.
Claro, que todo lo aquí escuchado por
ustedes es de secreto máximo, hasta que decidamos permear la realidad hasta esa
‘masa de
adoradores crédulos’ que hoy nos aplaude confiada»(apok)
Transcurridos seis decenios de angustias y horrores indescriptibles, por nuestra parte doliente, nos valdría agregar como colofón que,
«Es sorprendente que tanto
Batista como Castro, "coterráneos" y "paisas", evidenciaron iguales aspiraciones quiméricas
y espíritus de grandezas imbricados en un alto nivel de ambiciones por los atractivos
desbordantes del poder absoluto; del cual disfrutaron bajo formas distintas, durante
intervalos temporales diferentes. Tales líderes y dictadores de toda laya, absolutos como los Castro o autoritarios parlamentarios como los Batista; decidieron gobernar rodeados de fuerzas exógenas y endógenas del ámbito internacional, hegemónicas por su naturaleza; comunismo de Animal Farms (Castro) y democracias autoritarias de gestion parlamentaria (Batista) Porque ellos se enfrascaron en una lid, supuesta entre caballeros; que la razón de los enciclopedistas humanitarios siempre recomendaba dilucidar en las urnas y no en maniguas salvajes; donde al final, la ficción irracional totalitaria del Comunismo perdió
“el rabo y
las patas” ante su derrota definitiva
frente a las Democracias,
en el ámbito planetario. No obstante, tanto Castro con su objetivo de ambición talante
ya obsoleto y desacreditado del Lebensraum (espacio vital) tercermundista (ver las futuras “provincias
de ultramar cubanas”), y el inapropiado
en Batista, sujeto a su calidad de ex presidente constitucional y legítimo; alejado de
su propia gestión exitosa de entonces. Nos hacer gemir que ambos equivocaron de
manera tan alegre como irresponsable, la visión cinematográfica de “El Chicuelo” de
Chaplin con “El Chivo” de la Quirino del barrio Pogolotti. Algo así tan burdo y desconsiderado como
trocar o confundir Democracias con Autocracias» Decir, 'magnesias' con 'gimnasias'
La saga continúa,
© Lionel Lejardi.
Enero, 2012
lejardil@bellsouth.net
Legacy Press
Addendum
Serás
bienvenido a mis blogs alternos
EDC-4903/ pag. 16/16
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