sábado, 12 de agosto de 2017

*2«Sargento, ¿a qué esperar para comenzar la revolución?» ii/…n

*2«Sargento, ¿a qué esperar para comenzar la revolución?»
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(Miniserie, editada bajo la EDC)
Se cumplen 59 años de dictadura comunista en Cuba

"Un Asunto Cubano"

La Revolución del 33

Carbó, un periodista muy singular

Construir la república
A pesar de los augurios siniestros de intervencionismos permanentes, una parte sensible, decir; la porción lúcida de quienes piensan por sí mismos; de cada sector de opinión e intereses, cubanos y americanos; hizo un alto en los mareos y festejos. Así , ya consumada exitosamente la intervención de los EE.UU., ambos sectores de opinión se enfrascaron en aspectos tan complejos de la posible y costosa "Reconstrucción" del país completo, hasta alcanzar el diseño y montaje de una nueva nación democrática. Al final ambas vertientes estimaron saludable sazonar o no, acerca de los preludios y  síntesis beneficiosos o dañinos de una anexión de Cuba a EE.UU. La cordura hizo que triunfara el "no", rotundo e irrevocable del patriotismo (sentimentalismo) y finalmente, casi sin advertirlo, optaron pragmatismo de la Real Politik teutona. Con ello, nuestros fundadores, la Intelligenza criolla, desecharon las "comodidades" del apriorismo dogmático e ideológico; en boga por los marxista sobaqueros y arribaron al moderno y españolizado Realismo Político de nuestros tiempos. Las inexplicables 'cosas caribeñas' Luego, en el debut republicano, independiente y soberano; estaba la tarea de cómo tamizar los escombros de la magullada Cuba de posguerra, vista como una genuina ‘ópera prima’ 

Sería de observar en perspectiva 52 años más tarde, la retrospectiva del burdo pietaje de la hecatombe castristas (una genuina postal después de una guerra total, sin guerra) y el resto de los “avetontas comunistas” del ALBA; mas las otras culebrillas, sostenedoras del disparate (sus pueblos) quienes no dudaron en confluir en el desastre impuesto con el 'Socialismo del Siglo XXI' Solo ver la magnitud del éxodo cubano de quienes escapan del ‘paraíso comunistapor cualquier agujero y para cualquier lugar donde el árbol de la Libertad les de sombra y les acojan como personas, no en calidad de pets o peor, “animales de monta y tiro” rentados para el disfrute de reyezuelos y caides mafiosos y esclavistas, tercermundistas de la peor laya. Esta emigración permanente, por supuesto, incluye también a los agentes, sicarios e integrantes de las ‘turbas divinas’ de represión (ver los paramilitares de las benevolentes "Brigadas de Acción Rápida" gubernamentales o las beneméritas "Avispas Negras" una especie de paracaidistas o 'tonton macout' (el 'tipo' o "coco" del saco, con el que nos asustaban de niños, pero estos ultimos caballeros medievales, al estilo lo haitiano) imbricados y camuflados como ciudadanos afectos a los EE.UU., cuando son lo contrario; bajo estatus, objetivos, medios y otras trampas, 'hombres nuevos' destilados y destinados para actuar en tiempos operativos diferentes. 

A la óptica actual, imposible por su acronía histórica y dado lo no mesurable del tiempo, la cantidad de isleños de aquí y de allá, que sueñan (ya casi 2.5 millones) de escapados hacia la infinidad de diásporas diferentes, en cualquier lugar con quietud, afectos y floras de plantas y humanos; no de piedras inhóspitas que pululan por este planeta atribulado. No extrañar la afición cubana por el estilo de vida en Norteamérica.

Es que los cubanos de 1959 se las tuvieron que ver con una especie de hunos atilenses de la nouvelle ère de sobacos enrojecidos, los comunistas y sus maquinaria de destrucción total. Los patriotas de entonces, en un instante, se repletaron, fue natural, de suspicacias hacia una posible anexión. Bisabuelos de los que hasta ayer, suplicaban entregar (tal hicieron) la soberanía cubana a la inquebrantable amistad ruso-cubana. De modo similar, aunque permeados de otros motivos, durante el tiempo de la intervención norteamericana y a posteriori (hasta 1933) los variopintos enemigos de los EE.UU. enarbolaron en sus plataformas políticas y sociales, dominguillos amenazantes de una posterior anexión disimulada de los EE.UU. sobre la Isla de Cuba y su rico archipiélago.

Sucede que los patriotas independentista, no disponían de la "bola de cristal clásica, con la horrorosa narrativa real. Sin embargo, aquellos patriotas, no dudaron en emitir el "no"a la anexión, que todos conocemos. Porque no hubo nada de adhesiones ni circunloquios y lo cierto resultó en que España, repleta de su viejo y bien ganado orgullo civilizador, misericordioso y cristiano; tuvo que esfumarse de Cuba con sus quijotadas colgada de sus faroles, serenos, despabiladores y banderillas. Aunque no dejó de suspirar por su última prenda valiosa, a más de sus tanguillos y castañuelas. Según crónicas, no conocemos que algún criollo embadurnara con odios hacia los vencidos. Lo otro, negocios y fiestas, dieron paso al trabajo común y al "borrón y cuentas nuevas"quedando los afectos y amores, igual en las 24 horas siguientes a la partida del último soldado con la última peseta.

Y otros territorios, fueron pasados a manos de unos EE.UU. vencedores tanto en ‘San Juan’, ‘Las Guásimas’ como en ‘Santiago’ con unos jinetes “Rough Riders” del First U.S. Volunteer Cavalry (regimiento) bajo el comando de Theodore (“Teddy”) Roosevelt. Porque llegaron envueltos con inviernos, tanto que olvidaron en Tampa sus cabalgaduras, en espera del dichoso tren cargado de cebollas. Así las cosas, menos parecidas en Puerto Rico y Cavite.  

Pero quizás el mal recuerdo y desastre total de aquella frase lapidaria de que “hasta el último hombre y la última peseta” que lanzó el Antonio Cánovas del Castillo, primer ministro del Gobierno de España, un realista restaurador de la monarquía española; se hizo polvo inmediato después que dichos rumores fueron regados por envidiosos y enemigos de la causa cubana y los EE.UU. pero sin que se diera ninguno de esos vaticinios lúgubres. En nada, sobrevino la calma chicha.

Así, la proclamación de la independencia de Cuba se materializaría a las 12:00 h del mediodía del 20 de mayo de 1902 sin tropiezo alguno, para roñas de los hostiles discrepantes y sempiternos enemigos de Cuba y los EE.UU. Luego, Cuba resultó ser, precisamente atenida al original y único objetivo de la certera "Joint Resolution”; una nación de espumas libre e independiente, aunque con ciertas regulaciones sobre su soberanía.

El 11 de abril de 1898, el Presidente de los EE.UU. William McKinley envió un mensaje a ambas cámaras  (Representantes y Senadores) referido a la guerra de independencia en Cuba contra la metrópolis española. El 19 de abril de 1898 el Congreso de los EE.UU. de ambas cámaras, emitió la denominada “Joint Resolution” (Resolución Conjunta); por la que se declaró “que el pueblo de la Isla de Cuba es y de derecho debe ser libre e independiente…”  El Congreso de los EE.UU. impelió con ello, todavía a observar su debut en el concierto de las naciones, a causa del temor de aliada a los EE.UU. de que el caudillismo que asolaba a las repúblicas centro y sudamericanas, echara raíces en Cuba.

Al final, los norteamericanos, dejaron enteramente en manos criollas el recién estrenado gobierno republicano, democrático y de un lleno constitucional. Todo de acuerdo a una disposición antiséptica impulsada por Washington; que los líderes cubanos debieron consentir en incorporar en calidad de una “enmienda tutelar” acerca de la libertad y la democracia, en la así denominada, "Enmienda Platt" (3) Esta enmienda debió ser incluida provisionalmente por los constituyentes en la primera Carta Magna oficial, la después estructurada como la Constitución de 1901.

La misma que entre sus variados acápites convenidos, uno de los cuales se relacionaba con la posible intervención de los EE.UU en los asuntos internos de Cuba, ante situaciones de tensión desestabilización, desorden interior o amenazas exteriores contra los intereses de los EE.UU y la soberanía propia de la Isla de Cuba, alcanzada entre fusilazos y machetazos, que resultaron puntos de debates álgidos por los constitucionalistas.

Ellos, los constituyentes, consideraron los efectos del plan de la inmediata reconstrucción total de la Isla de Cuba y además de ser de conveniencia plena a los cubanos. Hablamos de los resultados de la primera intervención de los EE.UU. en Cuba. Así, la proclamación de la independencia de Cuba se materializó a la ‘hora señalada’ donde los “chicos buenos se irían, en tanto los malos huirían” sin bandazo alguno, para roñas de los enemigos de la libertad y la armonía. Cuba y los EE.UU. caminarían y tiempo justo y luego Cuba resultó ser, la precisa  joya atenida al original y único objetivo de la "Joint Resolution”; una nación libre e independiente, aunque hasta más tarde en el 33.

Segunda Intervención
Sin embargo, paradójicamente, no transcurrió mucho tiempo en la Historia de Cuba sin que las riñas (a veces armadas) entre las facciones políticas, inmediato que fue proclamada la República. La segunda intervención militar de los EE.UU. en Cuba, resultó hecho lamentable, ocurrido durante el gobierno del primer presidente electo por los cubanos, Don Tomás Estrada Palma. Aunque tildado injustamente de flojo, Estrada Palma devino por la intención ilegal de este mismo presidente en prorrogar la duración de su mandato constitucional. Ante las protestas de los opositores, Estrada Palma solicitó la intervención militar norteamericana, la cual se inició en septiembre 12 de 1906. El interventor designado, en calidad de Gobernador Provisional de la Isla de Cuba, resultó ser Williams Howard Taft, quien posteriormente sería a su vez, Presidente de los EE.UU.

Todo el alebrestamiento sin la intervención mediadora de los EE.UU. no debiera ser invocado por dicha enmiendas, dándole la razón a sus redactores y un mentís a sus detractores, del porqué de su inclusión como salvaguarda de la estabilidad nacional. Otra cláusula previsora de posibles alteraciones del marco democrático, tal como resultó en la narración histórica, fue incluida dentro de la Constitución de 1901. En la misma, se reiteró con claridad prístina que:

"Ningún presidente electo democráticamente y en funciones, podrá reelegirse por dos períodos consecutivos"

Todo apunta en que los intentos de vulneración de esta valiosa limitación respecto a la reelección, en calidad de sentencia incluida en la carta constitucional, fue ignorada en 1929 por el Id ególatra del entonces Presidente, Gral. Gerardo Machado y Morales, quien había resultado elegido en 1925 por un arrasador voto popular, en medio de gran simpatía por parte de los cubanos. El mismo político imberbe que por desdicha para su recuerdo, como exitoso presidente y veterano  independentista; demostró estar confundido y mal intérprete de dicho sentimiento afectivo, de los ciudadanos; tal si el aprecio del pueblo, fuera una carta blanca para violar la Constitución de la República, cuando se le antojase, en contra del mandato del propio pueblo.

Luego, el Asunto Cubano quedó envuelto en ascuas y este Presidente, su gobierno, su envidiable desempeño como Primer Mandatario de la nobel nación cubana y su prestigio personal, quedaron seriamente comprometidos. Los cubanos, todos a la una, decidieron restaurar su república democrática amenazada por una dictadura. Así, se entabló el combate entre el pueblo cubano y su gobierno, ya tildado finalmente de régimen despótico, el que entendía al pueblo que desde ese momento se le antojaba abominable, acción con la cual se inició la "Revolución de 1933" 

Agosto está caliente
Y eso sucedió hasta para los chivos de "La Quirino" en el barrio obrero de Pogolotti, en Marianao, corriendo en Cuba agosto 12 de 1933. Es que ya desde inicios de julio de ese mismo año, cuando en La Habana estalló la huelga general iniciada en un pequeño paradero situado en el barrio de La Víbora, en los suburbios del sudeste capitalino. Así, en esa fecha una junta cívico-militar (con el visto bueno de reojos de los EE.UU.) derrocó de manera incruenta lo restante del gobierno ilegitimo del entonces "presidente inconstitucional" de Cuba, Machado; quien se auto prorrogó en el poder desde 1929. Luego en esa fecha, el Gral. Gerardo Machado y Morales (1925-1933), quien horas antes había renunciado y abandonado el poder en unión de colaboradores cercanos, escapó en una aeronave trimotor militar, en busca de asilo político en Nassau.

Es que el Presidente Machado, se había salido del plato democrático en busca y nada menos, que de una reelección condenada explícita, en la Constitución. Se trataba de una acción ilegal sin salida posible, dado que esta opción no existía, dado que ya estaba vetada por la Constitución de 1901. Buena parte de los cubanos, quienes andaban bastante disgustados  con el comportamiento de los políticos y tampoco creían a plenitud en sus líderes. El pueblo, por medio de sus representantes, organizaciones, partidos políticos y la prensa libre, hizo conocer su desacuerdo absoluto con la auto reelección ilegal del presidente.

Una decisión también impensable en los tiempos actuales, frente a la dictadura del Dr. Fidel Castro Ruz y su cúpula militar, dinástica y fans comprometidos con los desmanes y desastres de sus procónsules y legionarios intervencionistas diseminados en el ámbito mundial. El lema político de este líder independentista, Gerardo Machado, durante su campaña electoral era: "Agua, Caminos y Escuelas" el cual se implementó con éxito enorme, bajo el mando dinámico del ministro de Obras Públicas Ing. Carlos Miguel T. de Céspedes y Ortiz. Al Presidente Machado, por su parte, le precedían su fama de militar y grados ganados corajudamente durante la Guerra de Independencia, luchando en contra de las fuerzas coloniales y autóctonas de dicha Metrópolis.

 La Cuba de 1925 nació llena de esperanzas, con algunos rasgos, planes, proyectos y facilidades económicas favorables, desde la otrora y anterior denominada "Danza de los Millones" disfrutada durante la etapa menocalista (presidencia del Ing. y Mayor Gral. Mario García Menocal y Deop, 1913-1921). Dos obras monumentales, marcaron a Machado favorablemente para siempre durante su primer mandato: El Capitolio Nacional en calidad de bicámara legislativa de Representantes y Senadores, en La Habana y La Carretera Central, una arteria nacional, que enlazaría todas las capitales provinciales, amén de la estimulación vigorosa de las pujantes industrias nacionales.

Solo que Machado no estaba al tanto o ignoraba (o, menospreciaba, posiblemente) la existencia en sus entrañas de unos entes alienígenos (*) cocidos en genuinas retortas moscovitas. Los cuales le había sido diseminados y plantados en el quehacer cubano, por la acción directa de ciertos líderes de bolsillos y agentes de mediopelo, todos, de voracidad insaciable. Tales así demostraron los comunistas agitadores depilados  profesionales, desde los años 30; los cuales no fueron sorpresa verlos ‘vivitos y coleando’ aun en los tiempos presentes (claro sin decir que no obviaron el deslumbre de pasar bautismos por el ‘agua bendita, batistiana y democrática’ entre 1940 y 1944, donde chuparon como “ministros sin cartera’) Porque ese fue el periodo democrático como presidente electo, limpio por las urnas, del Gral. Fulgencio Batista y Zaldívar.

Viene al caso, porque en agosto 16 de 1925, se fundó clandestino y de manera subrepticia (a sotto voce) el que denominaron “Partido Comunista de Cuba” en La Habana, por un exiguo y atorrante grupúsculo de activista. Los unos, marionetas nacionales cubanas, algunas roñosas desde 1902 y otras extranjeras (*) al servicio del Comintern. Este último fundado en Moscú por órdenes de Lenin, en marzo 2, 1918 a los fines de promover las doctrinas comunistas en el ámbito internacional (también conocido bajo otros akas: Internacional Comunista, III Internacional, etc.) controlado por y desde el Kremlin bajo estrategas bolcheviques y localmente, por lacayos autóctonos. La concepción final de Lenin’ y los bolcheviques rusos era fundar la denominada: República Internacional de los Soviet”, por supuesto con sede en Moscú, capital del Comunismo Mundial.  

(*)  Fabio Grobart, también (conocido por el aka Antonio Blanco) nació en Bialystok , Polonia el 30 de agosto de 1905 - 22 de octubre de 1994, su nombre de nacimiento era Abraham Grobart , conocido (también) como Abraham Simjovitch. (Fue) cofundador del Partido Comunista de Cuba (wiki)

No obstante durante el primer periodo de Machado, Cuba se pobló de innumerables industrias nacionales y extranjeras, además de las inversiones para rescate de la industria azucarera, siguiendo las pautas del Presidente saliente, Menocal, hacia manos cubanas. El poder creador de Machado con un ambicioso plan de construcciones, realizó obras monumentales para su tiempo, como la Carretera Central y el Capitolio Nacional de Cuba. La industria, riqueza agropecuaria y el comercio alcanzaron niveles considerados espectaculares, sin acudir a deudas externas onerosas.

Como todas las economías de la pos I Guerra Mundial, hasta que sobrevino "El Crac de 1929” o “Jueves Negro" del 24 de octubre de 1929; también conocida por "Crisis de 1929", "Crisis Bursátil de 1929", “La Gran Depresión”, etc. Resultó ser, la más devastadora caída del mercado de valores de la Bolsa de los Estados Unidos de América. Cuba no se escapó del desastre que estremeció a todo el planeta. El crac de 1929 fue devastador, tomando en consideración el alcance global y la larga duración de sus secuelas, dando lugar en consecuencia colateral a la Crisis Cubana de 1929. Este colapso de las acciones, no fue un hecho acontecido en un solo día.

La caída inicial ocurrió el Jueves 24 de octubre de 1929, pero fue el catastrófico deterioro del Lunes y el Martes (28 y 29 de octubre) el que precipitó la expansión del pánico y el comienzo de consecuencias sin precedentes y de largo plazo para los Estados Unidos. Machado, al final de su primer mandato en 1929, sucumbió a su capricho y compuso un segundo período de su controvertida reelección —para ello, alteró la Constitución de 1901— y además del frívolo mandato presidencial, la figura del presidente declinó en la opinión favorable mayoritaria del pueblo.

En especial, en la de aquellos grupos, fuerzas y élites intelectuales de izquierda tan vanguardistas como el Art Nouveau; todos los cuales lo consideraron o sus puntos de diversionismo continental (Comintern y otros) un dictador detestable y por lo tanto, derrocable. En la cúspide de la crisis pocos recordaron los años felices de la bonanza machadista. Los opositores nucleados alrededor de los estudiantes universitarios, intelectuales, fuerzas vivas iniciaron el ataque para el desmonte del gobierno, aplicando de manera inexorable medios y acciones terroristas de toda índole.

Sus acciones violentas, fueron fuertemente repostadas por los militantes machadistas y "La Porra", una organización paramilitar paralela de “apapipios”, al estilo de su homónima y gemela italiana; recién creada en calidad de una fuerza privada de protección a la figura del Presidente Machado y su gobierno como medio de represión, cometió actos represivos nunca antes vistos.

Una lluvia vespertina humectó al machadato
Sucedió un día posterior a la sorprendente jornada iniciada el 12 de agosto de 1933. Era otro de los siempre alucinantes hechos que nos deparaba ‘El Asunto Cubano’ Ahora en desarrollo pleno a causa de una esperada convulsión con resultados exiguos semejante al narrado por Esopo en una de sus fabulas el "Parto de los Montes", que nos legó el detritus de la catilinaria guerrillera de los castristas. Hoy haciendo la "cola" habanera típica de los totalitarismos populistas, en especial y con turno judicial para sentencia en salas de la Escuela de Medicina Legal de la Historia. En espera temblorosa para ser sometida a un corte transversal, autópsico a manos de cronistas ciegos y mudos, como son todos los oficialistas de la Gerusia habanera actual. Pero que de cuya necropsia, pocos sabrán que fue en realidad las riadas de ratones ineptos paridos por montes recontra occidentales.

Algunos líderes locales (Miami), aparentan darse de ingenuos, trataron de coincidir en que el siniestro cubano contemporáneo y sus escombros inocultables; son un palíndromo caleidoscópico político-social simple; solo que a la inversa, comparable con la caída estrepitosa del gobierno machadista. Ello es tan falso como las monedas sintéticas emitidas de manera clandestina por los castrista, la denominada "CUC" Saber que la tasa de cambio vigente hasta enero 1 de 1959 era aproximado de 1 peso cubano = 1,02 USD

Estos Predestinados por la Providencia moscovita y que hoy detentan el poder en Cuba, por magias del totalitarismo babubista y sus guirnaldas fabianas, hicieron que el viejo peso cubano (que en 1958 valía más que el dólar (USD), decir que un peso cubano era aproximadamente igual a $1.05 USD. Sin embargo estos predestinados celestiales lograron que hoy un dólar (USD) sea semejante a $25 pesos cubanos, cuyo poder adquisitivo real es desconocido flotando en una economía indescifrable. Un el clímax de la devaluación comunista serian hoy unos $400 pesos cubanos por $1.00 USD. Ello hizo que los comunistas lograran en nada, que la "enorme deuda externa cubana", así denominada por los historiadores castristas, acumulada en 52 años de república libre y democrática, hasta la llegada de los castristas, alcanzaría la cifra (los castristas dijeron, “astronómica”) de $57 millones de (USD). A los castristas les fue cómodo vender a los políticos cubanos demócratas en funciones hasta 1958, como ineptos y desfalcadores.

Mientras que el régimen castrista, en sus años posteriores a partir de 1959 de desastres económicos, más lo que se estima escamoteado (según dicen los eruditos y fuentes confiables extranjeras) que suman unos $27,000 millones de USD actuales, ya depositados en bancos y bienes foráneos se considera, a fin de asegurar la bienandanza de la dinastía, lo que (parte de ello) puede ser chequeado en Internet. Se advierte que los comunistas lograron en sus retortas de alquimias astrosas, transmutar la deuda exterior total que heredaron de $57 millones de USD (1959) en $57,000 millones de (USD) (2015), sin contar las obligaciones financieras que tienen con el Club de París y el resto de los países a los que nunca les han pagado adeudos.

Volviendo al machadato, porque constatando hecho real y atropello por atropello del gobierno machadista democrático; aunque autoritario en sus finales o el batistiano, cierto también que autoritario desde sus inicios; y ambos acotados en sendos períodos de unos 7 u 8 años en el poder, nunca tuvieron exiliada casi un tercio de su población como los castristas que iniciaron su obra destructiva en 1959. En la actualidad más de 2 300 000 de exiliados en múltiples diásporas. Aparte, según estimados (aun no confirmados del todo), unos 40,000 fusilados, muertos en el mar o como bajas militares (mercenarios) en las guerras internacionalistas de conquistas en varios continentes.

Luego si cabe comparar ambos períodos, con los desmanes cruentos del régimen comunista totalitario impuesto al pueblo a perpetuidad. Nada más ver la ruina y miseria de los cubanos actuales. Ello es abusar y calumniar los tiempos pasados, en los cuales todos fuimos testigos y entendemos que dichos gobiernos no tuvieron por qué ser así.

Solo que por entonces, ni "Esopo" ni sus musarañas fabulosas, andaban por la cercanías. Sin embargo cierto que en ese verano de 1933 el tiempo parecía enloquecer, humectante y pegajoso, como en espera de los aguaceros veraniegos, vespertinos. La lluvia habanera de esos días aciagos, cargaba presagios raros. Más, porque desde la huida hacia el extranjero del Presidente de la República, Gral. Gerardo Machado, quien debió asilarse de manera expedita, en la colonia británica de Nassau, en Bahamas.

Con este acto desesperado, un desasosiego general envolvió a los cubanos algunos machadistas rezagados, en lograr encontrar un lugar seguro entre amigos, donde guarecerse de la aun cabalgante, violencia política vengadora, recrudecida desde ese mismo 12 de agosto de 1933. Mucho desencanto afligía a los partidarios de quien fue primer mandatario de la nación y ahora, también el primero de los fugitivos tras la conmoción de la asonada cívico-militar que le propinaron las fuerzas opositoras mancomunadas. Porque este conspicuo y carismático líder, de filosofía y vida conservadora, además de fungir como presidente del Partido Liberal; agrupación gestora en 1917 de un movimiento político rebelde que después fue denominado como "Revolución de La Chambelona", resultó ser un líder político muy popular al momento de su elección en 1925. Y saber que lo fue elegido, Presidente de la República de Cuba por una impresionante mayoría del pueblo cubano.

            Por desgracia, Machado terminó su gestión presidencial acusado de “dictador”, en medio de un mar borrascoso de poderosas fuerzas opositoras. Entre estas se destacaron, por su crudeza el desatado por la Agrupación (secreta) o después Partido del ABC, tildado de aires fascistas, Directorio Estudiantil Universitario (DEU), Partido Comunista de Cuba (PCC), este último, una especie de agencia o franquicia del Kremlin, al estilo moscovita tal como se pudo probar de manera fehaciente con soberanía cubana entregada a la URSS, motivo por el cual Cuba fue miembro activo perteneciente al bloque de la Internacional Comunista (Comintern)

El Partido Comunista de Cuba
El Partido Comunista de Cuba (PCC) original fue fundado en 1925 por un abigarrado grupo de idealistas y extremistas fascinados con aquello de la "revolución proletaria mundial" Entre las cuales despuntaba un líder estudiantil nombrado con el alias o aka, de "Julio Antonio Mella"; un personaje de nombre falso fabricado por los comunistas, porque en la realidad el nombre propio del individuo era otro. Según crónicas, el nombre completo con el que inscribieron al nacer al tal líder; née, “Nicanor McPartland y Diez”, (hijo bastardo ‘habanero’  para algunos, de nacionalidad dudosa) y además en dicha concertación de juramentados (fundación del PCC), participaron otros complotados como Carlos Baliño, José Miguel Pérez y Alfonso Bernal del Riesgo y otros de antecedentes similares. Los comunistas constituían un partido político ilegal a los ojos del gobierno machadista, aunque en agosto de 1933 ya fallecido Mella desde 1929, estos oportunistas supuestos enemigos del ‘capitalismo salvaje’ no dudaron en pactar con el propio Machado, a los fines de traicionar a la oposición antimachadista genuina y apoyar la dictadura que trataba de sostenerse a como diera lugar. Pero el tiro les salió por la culata e hicieron el ridículo.

De manera curiosa, a nadie sorprendió que entre aquella élite, los promotores del Kremlin injertaran un experimentado agente terrorista y sicario de la CHEKA bolchevique; se arguye condenado a muerte por el gobierno polaco, enviado desde el Kremlin, el ciudadano polaco Fabio Grobart  (el "Picapedrero") un típico mercenario tipo, del Kremlin, de la cuadrilla de 'matasiete' dispuesta para ejecutar los trabajos ultra sucios por encargo d Stalin; junto a figuras intelectuales, anarquistas, marxistas locales, y otros desechos europeos de la pos guerra (I Guerra Mundial) Un menaje temible para la sociedad cubana. Los cronistas e historiadores comunistas y castristas tergiversaron todo el confuso y tormentoso nacimiento, historial personal, político y sentimental del líder apellidado "Mella" el cual era una especie de Golem invisible para los ciudadanos. Ello, porque en la realidad este líder fue un hijo bastardo de un sastre dominicano mestizo, ya casado y con familia; de nombre Nicanor Mella Brea en unión consensual de Cecilia Magdalena McPartland, una chiquilla blanca alocada, futivada de su casa materna en el Reino Unido; que al final de su periplo, fue a parar en brazos del dominicano.

Se confunde a propósito el sitio de nacimiento del tal Nicanor entre República Dominica y Cuba, en interés del PCC y el gobierno castrista (dueño de todos los registros civiles, judiciales, defunciones, etc.); aunque se desconocen si estos obraron a estos fines, aunque posible, del mismo modo en asignarle un "nome de guerre", Mella y apellidos, todos ficticios. Este líder carismático y popular entre el estudiantado universitario, actuó vigorosamente dentro de las filas estudiantiles habaneras, hasta que se exilió. Su última amante en México D.F., fue una miembro del Partido Comunista Mexicano (PCM), la exótica y perturbadora (pueden ver la extensa variedad de sus encantos y talentos corporales en Internet), aunque culta, fina de modales y excelente fotógrafa italiana "Tina" Modotti” (née, Assunta Adelaide Lluigi Modotti Mondini)

Esta dama (compañera sentimental) era quien acompañaba a Mella durante su estancia en Ciudad México, hasta el momento en que este líder fue baleado y muerto a traición (enero de 1929), por un trío de sicarios presumidos como estalinistas, cubanos comunistas y otros hitmen pululantes de la época . Más tarde el asunto se aclaró, aunque se descartó que fuera obra de un agente machadista. Ya Mella, igual que Sandalio Junco asesinado también de modo similar, "acusados como traidores al Partido Comunista de Cuba" se estaba separando del PCC (cubano y estalinista) y contactado ya en inteligencias con los seguidores de Trotsky en Ciudad México. Otros comunistas, en especial el conocidísimo sicario del Comintern en México, Vittorio Vidali le había vaticinado y amenazado en público a Mella (México):

            "No te olvides que de la Internacional (Comintern) nadie se escapa. Sales expulsado, vilipendiado o muerto"

Quizás, no sea improbable que el Dr. Fidel Castro Ruz , hoy paseante perpetuo por predios de Hades (ojala no se encuentre con “Fluffy” , en algún tardío hálito de arrepentimiento, salve algo del honor patrio y confiese en favor de la ciudadanía cubana, al menos, este pecadillo de falacia histórica (peccata minuta, entre otros asuntos sensibles) tergiversado hasta el paroxismo por las plumas envilecidas; de esa suya vieja pléyade interminable de historiadores, narradores, periodistas e intelectuales oficialistas chatos. Porque “Kiko” Magriñát, a quien los comunistas , los mismos que se saben de memoria todos sus manuales ideológicos, consultan para aplicar en lo diario “su Biblia”, el jugoso “Manual del Perfecto Sinvergüenza”;  le ‘cargaron el muerto’ Porque los testigos e investigadores dicen que no aparece Magriñát como ser quien asesinó a Mella por orden del Presidente Machado, en México. Es que según lo presenta la prensa comunista cubana, sus cacófonos, megáfonos, “admiradores” indoamericanos, entre vedados en sus embelesos, no fueron otros que los del bonche del  ‘italianito’ Vittorio Vidali junto con otros mafiosos de la Cohorte Zurda, sus cómplices habituales, otros de los tantos fans sicarios rojos del Comintern.
 
Como nunca antes, ninguno de los presidentes que antecedieron a Machado; debió vérselas con un bloque de opositores tan violentos y cuya actividad política estuviera basada en un terrorismo propio de las bandas anarquistas, populistas, nazis, fascistas y otras campeantes durante los años 20. Porque así sucedió en Cuba. Todas, bandas violentas similares (era lo normal durante la pos guerra en cualquier lugar) a los destacamentos que en 1917 asaltaron el Palacio de Invierno de Petrogrado, derogaron a la coalición democrática del Gobierno Provisional Democrático de Kérenski y que tomaron el poder en la Rusia zarista, tras abdicar el Zar, todavía vivo con su familia antes de ser todos asesinados por los comunistas, al mando del sanguinario Sverdlov, siguiendo órdenes expresas de Lenin’ no las de ningún otro asesino.

Y para más desgracias, Machado debió lidiar en medio del ludibrio infamante y dentera de un comunista y escritor despechado, Rubén  Martínez Villena; conocido idealista demagogo, culto e inteligente; el cual nunca se atrevió; ni por asomo; criticar a sus compinches cruentos del Kremlin, los cuales ya andaban en sus degollinas secretas. Machado, tras la caída de su gobierno el 12 de agosto de 1933, empujado por una huelga general (la misma que en secreto los comunistas le prometieron al presidente desbaratar) debió huir al exilio en unos hidroaviones trimotor facilitados por el Ejército cubano, en unión de algunos colaboradores, aquellos que a duras penas cupieron en la aeronave.

            (Para más detalles del intríngulis consensual de Mella con su amante la Modotti, el autor recomienda ver otras fuentes de Internet), como:

“La Jornada Semanal”, domingo 6 de abril del 2003 núm. 422

Carbó, le da cuerda a la musa revolucionaria
En tanto, el popular y opositor antimachadista, Sergio Carbó Morera, en medio de su hermoso prestigio como periodista y opositor democrático y beligerante; elucubraba ideas para solucionar, a como diera lugar; el estado de incertidumbre reinante durante el tiempo (casi un interregno) en que el Gobierno Provisional armado en sustitución del machadista, hacia intentos para la normalización del país, todavía en ascuas. Primero los habaneros y más tarde el resto de los lectores nacionales del periódico “La Semana”, hojearon con cierta confusión sino con algo de escepticismo, el editorial de dicho semanario firmado por el director del rotativo, el propio Sergio Carbó. Entonces el primero entre sus iguales y más tarde; en medio de la ordalía guerrillera de los hermanos Castro, aquel que los fustigó con los bríos de su pluma llameante.

Considerar que la tensión a la que estuvo sometida la ciudadanía embargada en la situación política y económica reinante en el país cubano, en plena recesión económica, no dejaba espacio para otras alternativas consoladoras. Con el azúcar cubano a menos de un centavo la libra, tanto el gobierno machadista como el provisional, instaurado por los revolucionarios oposicionistas, rayaban en una insolvencia y el gobierno con la falta absoluta de liquidez, estaba la encrucijada al parecer insalvable de inmediato.

Machado, arrinconado entre su tozudez y el desastre de la banca y finanzas mundiales, debió abandonar la Presidencia de la República de Cuba ante la profunda crisis económica por la que atravesaba la nación cubana; donde los ciudadanos descontentos habían decidido entrar en revolución para salir del impasse político, suponían, derrocando al Presidente. El rotativo “La Semana” fue la voz líder más popular de la oposición al ya por entonces defenestrado presidente Machado, arquetipo de una caprichosa dictadura con la cual hizo cábalas y ritos, esperanzado en mantenerse en el poder aunque que fuera de una manera espuria.

Y ahora, el periodista Carbó continuaba entre los líderes afamados de la oposición al nuevo Gobierno Provisional, conducido a duras penas y sin haber hecho absolutamente nada al entrar en funciones, por el ‘elegido’ como designado, Presidente (interino) de la República, Dr. Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, un líder anodino, situado por compromiso. Machado y su carácter autoritario, se confabularon para echar por tierra todo su prestigio acumulado desde las jornadas mambisas que antecedieron a su carrera política. Tanto fue el daño auto infringido de quien fue un líder producto genuino, sin estridencias,  de las guerras independentistas.

Sus aduladores, a sabiendas de que a los líderes auto proclamados ‘providenciales’ por su egoísmo; gustan de que sus criados les den el "sí" a todos sus deseos o errores, le condujeron hacia un abismo inesperado. Sin considerar que con la difuminación de la presencia aglutinadora de su líder, ellos se hundirán en el vacío de manera irremediable. Sin embargos, la mayoría de los ciudadanos en aquel entonces pensaron lo contrario  a su justificación y en un santiamén decidieron lo paradójico y se las arreglaron para armar ante el Presidente, un frente oposicionista tan formidable, que pusieron en ascuas a toda la estructura gubernamental machadista. Sacar del poder a Machado, se convirtió para la ciudadanía en un fin casi sagrado. En acto tendente a la preservación de los valores democráticos; en los cuales yacía la esperanza del pueblo cubano, tan vapuleado, arruinado y envilecido por la crisis económica mundial.

Si observamos un cierto paralelismo de las inconformidades del pueblo y el pliego de demandas de la oposición beligerante, ante la respuesta violenta del gobierno machadista a sus críticos; la postal hierática de la superficialidad frívola de la actual férrea dictadura castrista en Cuba, esta última complementa con creces la entonces indignación de los anti machadistas. Machado vio sus sueños convertidos en agua y sal, exactamente un minuto después que el hidroavión levantó vuelo con rumbo noreste, hacia playas de Nassau. Elevándose con piruetas peligrosas por la sobrecarga de fugitivos, desde el aeropuerto de la Ciudad de Columbia, al oeste en La Habana.

Atrás, quedaban los resultados llorosos de una pésima decisión política, avivada por los malos consejos de sus adeptos y dependientes; unidos todos a la egolatría y terquedad en un líder que se embriagó de poder, innecesariamente, en aras de satisfacer su capricho y ganar la aversión de sus conciudadanos, por simples necesidades. Las expectativas del hombre cubano común, rebozaba la copa de la paciencia ya en vilo desde la caída del gobierno machadista el 12 de agosto de 1933. Carbó, con su avispada inquietud, dio forma a esta expectativa considerándola justa; por lo que interpretó que el pueblo se había quedado a medias en lo esperado tras el derroque del gobierno machadista, inicialmente democrático y honrado, en otro autoritario con tendencias dictatoriales.

El periódico  semanal La Semana,  dirigido por Sergio Carbó Morera, el popular líder oposicionista y también por entonces; el periodista de mayor empuje e influencia en la política nacional y líder en combatir las vicisitudes y escabrosidades de "El Asunto Cubano"; hizo que su semanario satírico publicara un sugestivo artículo editorial que el propio Carbó tituló:

«¿A qué esperar para comenzar la revolución?»

            El sino cuasi inescrutable del archipiélago cubano, pareció despertar de su letargo, contenido en ese verano de agosto-septiembre de 1933. El país se estremeció a todo lo largo y ancho del territorio insular. Fue entonces, dicen que así sucedió "según advirtieron los “Magos de Otranto” Que para Cuba, ya exhausta bajo tan vil opresión, devino la terrible paradoja de un intríngulis enigmático forrado de amiantos, porque fue entonces cuando “comenzó la gran llamarada de lo bueno

            La saga, continúa,

© Lionel Lejardi. Septiembre, 2011
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Legacy Press
Addendum

1…..(En construcción)

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