jueves, 27 de abril de 2017

Un Benedetti descosido i/ii

Un Benedetti descosido
i/ii
Se cumplen 58 años de dictadura comunista en Cuba
"Un Asunto Cubano"
Flotó en su eterno lapsus calami
 y alabó a tiranos enrojecidos
defendió el terror en su Yo,
 anido malicias comunistas.
 “Tres Monos Sabios"
rigieron su Ego indecoroso.
Lionel Lejardi

"La palabra no es para encubrir la verdad, sino para decirla"
José Martí

Saga de un escritor extraviado en el Tropo de su Ego
La imbricación le descosió el camuflaje de virtuoso. Es exactamente de lo que se trata: desmitificar la entelequia ambigua y ropaje bufo de un sabio escritor, Mario Benedetti, cuya imagen se forjó entre las comodidades de la Oz, Martillo y Yunque bolcheviques. O lo que ajusta igual también con la mocha verdeolivo y de modo igual el "tentetieso" castristas, las barras trituradoras de cráneos camboyanos. Instrumentos todos del terror, con los cuales los comunistas de ayer y hoy, atormentan a los pueblos por ellos pisoteados. Un quehacer de distorsiones y falacias fascinantes, innatas y desconcientizadas, impregnadas a todo lo largo de su obra mendaz. Se trata de esa sordera y ceguera de cañón de estos picaruelos intelectuales y además; de mala muerte a pesar de oropeles, títulos, medallas y pergaminos; mientras le llovieran invitaciones con todos las dietas y condumios pagos con el sudor y explotación de los pueblos oprimidos a manos de los gerifaltes bolcheviques. Sus inefables cúmbilas y Líderes Máximos, a los cuales amó casi hasta un raro concubinato ideológico, inético y político. Tal hedor, se vincula inicialmente con la cruel Époque de la Terreur Stalinien, (Época del terror stalinista) de la cual el escritor hizo mutis estentóreo en Montparnasse y olvidó sus traspiés adolescentes. Como hizo con todo el horror que le antepusieron y siguió tal si los atropellos de sus cómplices del partido comunista, fuesen nimiedades. Porque para él –con lo cual también embarró al público de sus admiradores idiotizados–, las frases montadas por la troqueladora del Comintern y otras más del maniqueísmo zurdo, resultaron injusta de la cultura occidental, decía orondo raptada por los ‘capitalistas’
"Los Tres Monos Sabios"
Hidari Jingorō (1594-1634)
Cortesía del santuario Toshogu
 en Nikko (Japón)
            
            Decir: la carnicería bolchevique de antaño y la represión alienada de comunistas, izquierdistas, liberales, populistas y de otras yerbas inodoras de hogaño, uno de los tantos ejemplos reales que existen documentados perfectamente con más de cien millones de víctimas las cuales, para este amamantado del Comintern (Comité de la Internacional Comunista), nunca existieron en la realidad. Luego, los 7 u 8 millones de ucranianos asesinados (1931-1932) por la 'estarvación' tosiga inducida por Stalin y sus asesinos, nunca existió. Benedetti, siempre supo que sí era cierto. Tampoco sorprende, porque hoy algunas corrientes comunistas, fascistas, indigenistas, ateístas, musulmanas y antisemitas; entre otras banderolas esgrimidas por pillastres de igual talante; atestiguan también que los Konzentrationslager nazis y el Archipiélago GULAGs bolchevique, entre otras finuras represivas de los totalitarismos, nunca sucedieron. Los primeros, por ser tachada como calumnia de los segundos (siendo ambas pandillas, primo-hermanas de criminalidades); mientras que los segundos fueron atribuidos a la imaginación pequeño burguesa de un algún intelectual anti comunista verdadero, tal lo fue el escritor e historiador ruso Aleksandr Solzhenitsyn, Premio Nobel de Literatura (1970)

            Es mucho decir de tales padrinazgos deyectados por los hombres de bien y los intelectuales de moral y éticas prístinas, en los cuales hay mucho de la decencia que no atropella ni golpea el espíritu y carne de la gente inerme, ante las tropelías de estos hipocritones zurdos, detentadores del poder, terror y miedo absolutos., de los que tanto ellos gozan en sus veladas de "Grande Absente" de la Botánica de nuestros abuelos. La diafanidad, veracidad y credibilidad que el lector espera, sin que el escritor le haga trampas sutiles o al descaro; y que sean estas de avidez políticas o literarias; descansa en el entramado filosófico de  la textura moral y ética que le ofrezca puntual el escritor, sino en lo mostrado en las analepsias (flashback) de su vida entera. Es que tal, al apacible Benedetti le causaban gracias los atropellos de los comunistas, sus liaisons en saraos y kermesses de las tembladeras rojas. La palabra en manos de este hombre, nunca fue utilizada para decir la verdad, sino para encubrirla; en una antinomia burda al pensamiento diáfano de un patriota como nuestro José Julián Martí.

            Una ficción a la cual éste intelectual, quizás afectado por algún holismo psicosomático (o tal vez, de doble costura epistemológica, claro, nunca infantil), le integró de a porque sí, la negación de la negación del horror implantado por la dialéctica materialista preconizada y aplicada hasta el paroxismo por los comunistas y sus secuaces. Lo cual no es más que una destilación del ateísmo desalmado de los zurdos, hoy revertido por los comunistas de pacotilla, tal fue el caso de Hugo Chávez, ahora mal reverdecido por su faldero Maduro; quien aterrado ante la muerte cierta, hace evocaciones falsas constantes, a un Dios al cual se cansó de pisotear y vituperar en público. Ellos no desean advertir que este proto fetiche hollywoodense, perfecto para el cine mudo, nunca hizo alusión; ni siquiera por un lapsus calami; sobre la existencia por todos conocida de los Glavnoye Upravlenie ispravitel’no- LAGerei (GULAGs) bolcheviques, los Konzentrationslager nazis, las gloriosas (terminología oficial) Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAPs) armadas por los castristas o los alucinantes Camps D’Ëstermination (CDEs) del Khmer Rouge.

Claro que el grado de crueldad de cada uno de estos regímenes, como la mortandad, mutilación, desórdenes psíquicos, mentales y emocionales; dependía del vademécum sobre las torturas a los opositores, aquellos tenidos por tales o simples disidentes del status quo imperante. Decir expandir de la generalización del horror comunista.

            La indolencia y ceguera absoluta mostrada en el modus operandi gazmoño de Benedetti trasciende a sus cultores. Quienes en calidad de copycats perfectos, exceptúan las dádivas, prebendas y limosnas acostumbradas, restregadas en la gula desmedida de los literatos izquierdistas. Vale que el concepto supra ético, sea la Alma Mater de la dialéctica hegeliana, de la que tampoco el vate ni se dio por enterado; porque es allí donde valen los altos principios, verdad y justicia, existen y son considerados valederos e inalterables. Cierto es que a veces, instrumentos de la virtud resultan almohadillas ultra incómodas para algunos, cuando intentan disertar sobre los altos principios en los cuales, en su calidad de cínicos celebres, no creen y desprecian.

Trotsky y el marxismo sobaquero
Es el acíbar del cardumen propio de los "marxistas sobaqueros", que andan pipa en mano, sucios un gabán o saco viejo, sandalias y con el "Manual Práctico del Marxismo-Leninismo"  atornillado al sobaco de la axila zurda, irrespirables. Porque el tipo era algo así, dependiendo del tiempo y la latitud. También porque el Sr. Benedetti se pasó su vida inútil de medianía rutilante, eructando alabeos incesantes contra la hidalguía de quienes arremeten contra  la izquierda asesina. Pero de albricias raras, puesto que pugnó a brazo partido, a fin de adelantarse a otros juglares ansiosos de recibir el electrizante toque divino cargado de realismo mágico del Líder Máximo, por cierto un seudo habanero rechazado en todos los barrios capitalinos de los temidos Negros Curros guapos y susTembas Chancleteras” sinmiedos.

Ello detonó al Nobel de literatura, el panteico  Gabriel (née, José de la Concordia) García Márquez, quien lo primero que hizo fue visitar a su empleador Dr. Fidel Castro y cuadrarse frente a su líder, en ‘atención plena” al estilo militar; quien lo recibió encaramado en una especie ara y el escritor  le solicitó órdenes. Recordar que este Intelectual Amos, un personaje de opereta fantasioso, lo fue desde 1959. Recordar que este agente empleado de los castristas como reportero de la oficialista Prensa Latina. No dejó de militar desde los 70 en las filas guerrilleras comunistas del “Movimiento 19 de abril” (de 1970) o mejor conocido como el (M-19) una copia al carbón de la épica castrista. El Dr. Fidel Castro y otros terroristas de igual cojera como el titulado Dr. Ernesto Guevara de la Serna (aka, “Che”), sin que por un instante a este lastimoso intelectual, le temblara la pluma, al volcar sus ditirambos sobre la imagen de este homicida, engañado por sus promotores y ahora prisionero dócil de los rangers bolivianos, rogando clemencias ya herido y desgarrado en combate.

            Sólo ver su ceguera irresoluta ante los desmanes de los comunistas en los cinco continentes, en especial las viejas satrapías satélites de Moscú, que integraron el Bloque Comunista. Este personaje, nunca se dolió por sus colegas encarcelados, estrujados y asesinados en las ergástulas de las granjas orwellianas europeas o caribeñas. Y este espécimen siempre insistió en que infiernos tales, nunca existieron. Luego, Benedetti derivó en caída libre hacia el extremismo jugoso en matices, abogado por pejes del calibre de León Trotsky.

Nuevo Twetter "Zunzuneo. com"
rompe aislamiento castrista
de redes sociales a cubanos
de la Isla (2014)

            Y resulta sorprendente, porque a finales del años 30 este otro mujik; viejo y cruento bolchevique; andaba en el tête-â-tête surréaliste con otro par de sus cuates, André Breton y Diego Rivera, después de su quimérico Manifeste pour un "art révolutionaire indépendent" (Manifiesto por un Arte Revolucionario Independiente), encarceló al decoro de los peleadores intelectuales uruguayos y se fue a pactar con los comunistas, al parecer, por encargos presidenciales.

            Lo no dicho por comunistas desnudos y los escondidos en el closet, es que "por cuestiones tácticas" su nombre (Trotsky) –embadurnado con la sangre del Soviet de Petrogrado fue uno de los responsable del todo el Holodomor ucraniano (muerte por hambre del pueblo de Ucrania, cercado por destacamentos chekistas) y otras lindezas habituales en el breviario comunista–, no apareciera como firmante del manifiesto. Buen oportunista rectificador de la filosofía roja.

¿Homme fatale?
El poeta Benedetti, siempre miró hacia el otro lado, donde imperaban las sombras, donde yacen las delis adormiladas entre cremas y los sabores de las heladeras del Saint Germain. Porque él, era un ente proclive a la ternura mórbida de cómo decaen las lágrimas en "Les fleurs du mal" (Las flores del mal) de Baudelaire, claro, sin el estorbo de la libido. De ahí la extraña pasión exótica de homme fatale del escritor Benedetti por los totalitarismos oscurantistas, en lugar de abrazar las democracias luminosas. Por estas cuevas del infortunio le encantó bregar, aunque nunca conocido, sin detenerse un instante a mirar de reojo a sus mecenas. Mostró la faz y carácter de un ser omnisciente e incapaz de admitir el mal que modela y menos, excusarse con aquellos a quienes les arañó las pupilas castas, con sus confusiones hieráticas. Es el intríngulis de un carácter hito sin ternuras, desorientado ante el camino perdido hacia la ética de grupo, tolerado sólo por su Superego de saltimbanqui oportunista. Una pieza bailable en la cual también danzaba sones y pasillos el otro peje de la suerte blanda comunista con los Nobel, José de Sousa Saramago, Premio Nobel de Literatura (1998). Es la implosión de los yerros y el resto de los intelectuales y políticos de estas polillas enrojecidas, como introitos a su medianía espirituales  de opacidades refulgentes entre las sombras totalitarias y las traiciones de la Academia Sueca a la libertad del hombre.

            Además de subyugantes extrañezas amargas; como seria definida en el decir maravilloso del argentino José Ingenieros, el peruano Mario Vargas Llosa, el mexicano Octavio Paz Lozano o el norteamericano Ernest Hemingway, entre otras luminarias nobeles. Algunas de estas personalidades descollantes entre las intelectualidades literarias, per se, se embriagaron cada uno en su tiempo de un liberalismo democrático, el cual bajo el barraje propagandístico de las dictaduras bolcheviques, derivaron confundidos a impulso de alisios apacibles en la barca del comunismo totalitario. Ejemplo notorio, la satrapía castro-comunista, de cuyos predios odiosos retornaron a las democracias. Era la catarsis inconclusa que trastorna a ciertos proto intelectuales, como en el caso de Benedetti, como partes y piezas de repuesto en la  juguetería de los progress mantenidos en cada país, por el Comintern y apuntalados por las destilaciones de sus procacidades cuasi adolescentes.

            Son sus mejores abluciones escalofriantes y cosas calenturientas, como las de viejos eritrocitos y otros glóbulos obnubilados con morbideces en el canal de las agujas hipodérmicas. Así cantaba sus baladas poéticas átonas a los Ángeles de la Muerte del Mar Rojo y desde cuyo lecho de injusticias corrompidas componía de la nada, un sainete chulampin. Porque esa mórbida generación american en términos de un lastimoso melting pot, en especial la uruguaya –si singularizamos la duda– y tan contemporánea como la de 1945, recién despertaba envuelta en los viejos coqueteos de sus líderes con los totalitarismos nazi-fascista y comunistas. Esta alucinación de la comodidad zurda, atañe por igual a casi todos los protagonistas de la interbellum (IGM-IIGM), para justificar sus coitos virtuales y desmayos eróticos de boudoirs caledonios, a manos de esos regímenes y filosofías anti democráticos, fueran comunistas o fascistas.

¿Les gustó la marcha de los pingüinos panzer?
Porque esa fue la trompetilla ganada por el indoamericanismos acusado por los demócratas genuinos de intelectualoides oportunistas, cuando las lides entre democracia y las troupes fascio-comunistas estaban por definirse. Los líderes intelectuales indoamericanos, en especial los castrenses, les dispensaron simpatías fascistoides a la Europa tambaleante ante el empuje teutón; según les batiera el viento enrarecido de las divisiones panzers en su marcha triunfal de pingüinos medio que rojinegros. Pero es que también les daba igual si esta brisa les soplara desde o hacia el altiplano, de barlovento o sotavento. Parte de las vergonzosas capitales indoamericanas,  de las cuales se apoderaron unos seres antropomorfos, apostaban cartas a cuál de los totalitarismos sonreírles con el colmillito de oro, en la compra-venta del destino de sus bananeras respectivas, a fin de no quedar sumidas en embelesos rambuleros. Este poeta oportunista (Benedetti) repleto de ilusiones muertas, le apostó en segundas nupcias exactamente al mingo rojo comunista en contra del fascista negro y ganó ‘por nariz’. Así,  el 8 de mayo de 1945 (lo de oportunista lo ponen ustedes los lectores), cuando los rusos tomaron por asalto el Reichstagsgebäude y el Hitlerbunker  en el corazón de Berlín, nuestro hombre de manilas, bailó algunas tarambanas de complacencia.

            Como por encanto, durante la preguerra (IIGM), las escuelas militares francesas o inglesas, perdieron atractivos para los segmentos militares indoamericanos. Un espacio que de inmediato ganaron las escuelas alemanes, belgas y otras. Casi igual sucedió con la literatura, ya adormilada en brazos trotskistas y stalinistas vigiladas por la KGB. Porque ya fue hábito insomne en estas elites intelectuales y académicas, el excusarse con esa especie de ‘prurito de nalgas’ ya definido desde el acomodaticio “donde me pongo” Una parte alocada de la masa intelectual decepcionada con sus propias idioteces, se mantenía prendada de "The ten days that shook the World" (Los diez días que conmovieron al mundo), una gesta casi de épica de baratura indudable, pero narrada apasionadamente sobre la marcha junto a los destacamentos bolcheviques durante la denominada "Revolución de Octubre”, por un periodista norteamericano comunista, John Silas (Jack) Reed.

            Benedetti, anonadado con lo que nunca se atrevió y a quien además, nunca le cruzó por la mente poner en juego ese cómodo estado anímico, de ponerse al borde de la insurgencia; por su carencia absoluta de pantalones; no pudo resistir el llamado de la selva bolchevique. Eso sí, curioso, cuando ya todo era calma en el palo alto del gallinero zurdo. No le resultó difícil el integrarse plácido al oropel kermesse enfundado en los bombachos, a esa banda de jóvenes descoloridos quienes; cuidadosamente; nunca se asomaron ni por curiosidad a las oficinas bolcheviques de reclutamiento de las huestes de las letales "Brigadas Internacionales Comunistas" Era demasiado el embeleso caprino con las suavidades de la papilla roja, pródiga a los intelectuales descoloridos, juntados después en el lacayuno “bloque comunista

            Es que la nueva entente de la lujuria por lo capitalista, hizo que los zurdos repartieran invitaciones gratis para sus saraos y ferias (incluyendo los tragos y platos fríos); además del consabido remeneo con las jóvenes komsomolas, impregnadas de olores a "flor de muerto", las uñas sucias y la mitad del trasero al aire libre. Una realidad que a aquellos solterones con levitas, no les hedía. Es que por aquellos tiempos, fue racha entre los intelectuales indoamericanos, el soñar con las piernas hermosas de las komsomolas  (mejor si eran blancas caucásicas) resembrando amapolas falsas (de papel rojo) con los vientos primaverales, enfundadas en sus zayas de línea escocesa bien cortas, como ordenaron los líderes para deleite de los curiosos invitados con todos los gastos pagos, a ver el “Disneyland” del zoo comunista. Para estos curiosos con levitas, lo bueno sobrevenía cuando las komsomolas se  inclinaban sobre los canteros en la Plaza Roja de Moscú.

Cánticos de erotismo político disfuncional
Todo dependió de una espiral biconvexa, ya a inicios de la Guerra Fría, ya se habían fomentado la ONU y la OEA. Entonces, el gobierno democrático y constitucional de Cuba yacía envuelto entre incertidumbres de un buen amigo coyuntural de los comunistas criollos, el ya Presidente Gral. Fulgencio Batista y Zaldívar y el ojo insomne de un curioso óptico eskenazi del “Callejón del Cristo” en la Habana Vieja, Pan Yavich Zarajan. Los EE.UU. país integrante de la coalición anti-fascista de los "Aliados”, durante la Segunda Guerra Mundial (IIGM); no tuvo reparos en la acción de Batista, como hicieron otros países de Centro y Sudamérica con sus ácaros comunistas, aliados al final (no todos) a las fuerzas democráticas. Saber que la pequeña Cuba, fue promotora de la "Declaración Universal de los Derechos Humanos" Un obligado complemento de la “Declaración Universal de los derechos del Hombre” de finales del siglo XVIII en Francia, la que originalmente se nombró en específico, "Déclaration des droits de l'Homme et du citoyenen", (Declaración de los Derechos del Hombre y los Ciudadanos)

             Derrotada la Entente del Eje de Acero (Alemania, Italia, Japón y sus otros aliados europeos y musulmanes de África, Asia y Oceanía), el planeta se polarizó casi a ciegas entre dos grupos de naciones; las demócratas ajustadas a la civilización judeo-cristiana occidental y las comunistas, conductoras hacia regímenes totalitarios, amorales, ateos y destructivos, tal demostraron más cerca que tarde, de lo pensado. Nuestro escritor, el fementido "buen maese Benedetti" no dudó en abanderarse con la filosofía marxista –es lo grave– sustentadora de los despotismos comunistas, regímenes totalitarios impregnados de marionetas teleguiadas entonces por el Comintern por encargo y fondos del Kremlin, como siempre, robados al pueblo ruso. A estos gobiernos rufianes, Benedetti les prestó su pluma humillante tan genuflexa como su cintura, a los cuales este personaje siempre equivocado en su oportunismo, defendió denodado hasta sus días finales. Benedetti, se desvaneció sin reconocer nunca; tozudo; que se equivocó no del bando digno, sino del sitio probo y decoroso del que habló esplendores José Martí. Un sitio, impregnado de bondades ciudadanas, donde gobernaba la justicia y donde la iniquidad era repudiada por todas las puertas y ventanas.

            Según uno de los principios marxista, lo social se mueve en una espiral biconvexa; lo que contradice el movimiento del universo físico; de ahí que la tesis de la praxis marxista enunciada como poseedora del estamento empírico de que en ella yace el criterio de la verdad, es tan falsa como un billete norteamericano de tres dólares. Vimos que los vetustos Frentes Populares (gestores de las bandas de progress) azuzados por el Comintern de antaño y la fascinación ante la entelequia castrista de hogaño, indujeron a sus cuadros aventureros insertados en toda Latinoamérica, al asalto del poder no por elecciones democráticas, sino por medios violentos. De ello, por supuesto, el autor nunca se dio por enterado, sumido en sus comparsas walkirianas, druídicas y de duendes etilizados. La rapiña bolchevique en Asia y este de Europa y el consecuente descalabro económico con la miseria y pobreza de los pueblos raptados hacia el barrio bajo comunista, resultaron catarsis hipnótica para los Partidos Comunistas de todas las Américas. Estas bandas, se alinearon hambrientas en pos de las riquezas nacionales, en las cuales no habían invertido ni una gota de sudor, ni un centavo de sus bolsillos. Una fuente del saber destructivo de esta seudo filosofía, es colgada del Internet Rojo del Dr. Fidel Castro Rus, sus asociados y la Cuba actual estrangulada y después despedazada a nivel de basurero.

            La mise en scène abrupta de los guerrilleros castristas, subvirtió de manera inusitada la imagen influyente del viejo cartel bolchevique, el cual fue tomado (casi) por sorpresa ante la inmediata alineación de los intelectuales; hacia la nueva fuente cercana, sensual, de igual idioma y ciertas idiosincrasias étnicas de carácter variopinto. El autor, precavido, echaba su ancla flotante en cada tormenta y elucubraba los ditirambos de su próxima comparecencia pública ante un auditorio de gente desordenada moral, ética y sin principios.

Unos "rangers" oportunos chapean el marabuzal guevariano
La cuña subversiva puesta en marcha en Bolivia (1965-66) por el régimen castrista, estuvo liderada por el Dr. Ernesto Guevara de la Serna (aka, "Che") El Dr. Fidel Castro adhirió a este competidor (en la realidad, Guevara se lo creyó) a un grupo de escopeteros de fidelidad perruna a su "Superego" oriental, en calidad de cómplices enceguecidos y en segundo término, a "Manila" (La Habana) Se trataba de una banda mercenaria de forajidos, de tipo patibularios, los cuales y a pesar de ello no dejaron de mostrar, la constancia de su valor personal y fiereza de “tipos duros”, en los combates contra los rangers de las fuerzas democráticas bolivianas, que los acosaron sin darle cuartel hasta su exterminio final en la escuelita de “La Higuera”, en Valle Grande, Bolivia. Guevara –uno de los lugartenientes dilectos del Líder Máximo del castrismo, al menos en público– fue eliminado a posteriori  en ese intento efímero, por "hacerle sombra" al dictador Castro (dicen enviados de las moscas verdes angoleñas) algo intolerable para los Máximos-Mínimos vitalicios de cualquier latitud. En específico: los hermanos Fidel y Raúl Castro Rus. Con la aventura guevarista "Manila" pretendía fomentar bolsones guerrilleros, con miras al Lebensraum (expansión territorial) clásico de los hitlerianos, bajo el supuesto prestigio a ganar por su banda de escopeteros colgados en Bolivia.

            Nadie se sumó a la pandilla guevarista, ni siquiera la membresía del Partido Comunista Boliviano. Abandonados a su suerte, los integrantes de la banda facinerosa sucumbieron como licántropos rotos a palos por los rangers bolivianos. Sus restos-símbolos, aparecieron después dispersados al olvido, en las vitrinas de los promos castristas. El rotundo fracaso de la intentona, por la decidida acción de los rangers y el gobierno boliviano, bajo la excelente asesoría de instructores norteamericanos y cubanos, anticomunistas todos, paró en seco otros planes expansionistas urdidos desde La Habana. Donde Bolivia seria el epicentro de la conspiración a expandir en círculos concéntricos. La izquierda intelectual dominada por los comunistas, puso sordina a estos complots contra sus propios países. Los comunistas uruguayos enyuntaron con una facción terrorista de opositores ("Tupamaros") controlada por los castristas. En 1971 fundaron una agrupación proto terrorista que se integró a la coalición izquierdista del Frente Amplio (“Movimiento 26 de Marzo”)

            Ver que este autor nació en 1920, en "Paso de los Toros", Uruguay (nombrado con la tónica ajedrecista de: Mario (née, Orlando Hamlet Hardy Brenno) Benedetti Farugia; finalmente mentado (aka, "Mario Benedetti") Para 1949, Benedetti entró en conflicto con el gobierno uruguayo, cuando su partido le hizo criticar el Tratado Militar con los Estados Unidos.

            Más tarde, todavía deslumbrado por la saga guerrillera castrista; integra la Mesa Ejecutiva del Frente Amplio, agrupación izquierdista de profundas proyecciones sediciosas, sin que el escritor diera muestras de sus ansias de participar en las escaramuzas. Entonces, Benedetti viajó a Cuba y participó en el jurado del concurso de “Casa de las Américas

La troqueladora intelectual hincha velas
De ahí salta al encuentro sobre "Rubén Darío" Viaja a México y coadyuva en el II Congreso Latinoamericano de Escritores, orquestado por La Habana. Junto a la camada azteca izquierdista, actúa en el Congreso Cultural de La Habana proponiendo un disparate perfecto, apologético de la violencia y del "macho cabrío predestinado” Su tesis involutiva la apodó, "Sobre las relaciones entre el hombre de acción y el intelectual"  Se embobece en brazos del primero y repta bajo el ala del segundo. Le solicitan para el Consejo de Dirección de Casa de las Américas –un INDEX oficialista excluyente, por supuesto, de los escritores demócratas y anti comunistas del patio latinoamericano–; y Benedetti, al parecer, se torna en "Cirujano Torquemada Literario e Intelectual" de sus colegas, pero ahora en calidad de “Compañero Índice Expurgatorio” (censor literario oficial del régimen del Dr. Fidel Castro y el comunismo indoamericano. En 1968 funda por órdenes y fondos de Castro, el Centro de Investigaciones Literarias (sobre las obras comunistas, por supuesto, no las demócratas) de Casa de las Américas.

El golpe de estado de junio 27 de 1973, le hace abandonar Uruguay rumbo al exilio en Buenos Aires. Después a Perú, donde fue detenido, deportado y amnistiado; para saltar nuevamente al puerto seguro para cosarios y piratas literarios, al GULAG cubano, esta vez como “exiliado”. Su reincorporación al Consejo de Dirección de Casa de las Américas, es el acto final para la consumación de su idolatría por el Líder Máximo. Sucedió que La Habana, ya desde 1959, había montado un aparato de auspicio de la intelectualidad adicta a los Castro y su régimen comunista. Así este intelectual de moneda de cambio fácil, vendió las imágenes de los atontados latinoamericanos a la troqueladora del bloque comunista, de donde se obtuvieron pingües ganancias propagandísticas, tanto para la causa castrista como para la pléyade chata de sus promocionados.

             Desde 1980 Benedetti recibió múltiples honores como la "Orden Félix Varela", Cuba; "Premio Jristo Bote", Bulgaria; "Llama de Oro de Amnistía Internacional (¿...a un cardumen que apoyó los totalitarismos?" Bélgica; "Medalla Haydée Santamaría" (‘suicidada’ ésta, por disparidades con el Dr. Castro), Cuba; "Premio Maricela de Plata", Uruguay; "Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral", Chile. De modo igual se le orló “Doctor Honoris Causa”, Alicante; igual en Valladolid; "Premio León Felipe", España; “Doctor Honoris Causa en Ciencias Filológicas"; Cuba. En 1999 "VIII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana"; España, habilitado con 6, 000,000 Ptas. Por la mano del propio Castro, "I Premio Iberoamericano José Martí", España. "Ciudadano ilustre", Uruguay; "Premio Etnosur", España. Roma, en 2004, exhibe un documenta, "Mario Benedetti y otras sorpresas" Este escritor, participó en el "Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano", Cuba; "XIX Festival del Cinema Latinoamericano di Trieste" y "Festival Internacional de Cine de Santo Domingo"

«Terræ filius meus: Pecunia non olet »¹
Es conocido, que en tiempos del Imperio Romano, el emperador Vespaciano se encontró con las arcas imperiales vacías, a causa de las obras públicas y la vida licenciosa de la corte. Al parecer, uno de los recaudadores de impuestos le propuso gravar las letrinas públicas (incluyendo los urinarios) con un impuesto especial. Su hijo Tito, regañó al padre reprochándole que obtuviera dinero de los servicios sanitarios, por ser unos sitios malolientes (lo que no era completamente cierto en aquellos tiempos imperiales) El emperador se justificó mediante una sentencia que decía algo así como:

            «Terræ filius meus: Pecunia non olet»” (Hijo mío, recuerda que, el dinero no huele),  le aclaró el emperador, con profunda ironía.

            Tal sentencia, no sorprendió que fuera el faro, guía y objetivo cardinal de todo el quehacer literario enchumbado con la ideología pseudo marxista, una falacia intencional urdida cómodamente por la vida muelle y disipada de la intelectualidad izquierdista y de la cual, la locuacidad de la moronura benedecttina, del propio Mario Benedetti, le resultó imposible de sustraerse como el resto de los pensantes zurdos. El escritor no pudo ocultar que estuvo domeñado por avideces de famas y riquezas, toda la añoranza de  sueño perfectamente humano; por lo que nunca rechazó distinciones y dineros. Hasta de las democracias; cínicamente y sin menor escrúpulo; a las que él y el resto de medianías de mediocridad semejantes ansiaban destruir, al menos en teoría.

            Porque el estatus y beneficios de “clase media”, son bondades las cuales, ninguno de estos demagogos que andan en sandalias, ponen en juego. Al menos esa era la imagen pública que proyectó Benedetti. Obvio, incluyendo a las dos manos, las incesantes dádivas en dinero y especies que le fluían de dictaduras, países u organizaciones izquierdistas y comunistas y otros sitios e ideologías impronunciables, apuntan opiniones cercanas. Tal es el caso vergonzoso de la Cuba castrista, todavía considerada hoy entre los países comunistas que apoyan el terrorismo. Quizás, para el autor se trató de una simple cuestión de paladares o de "no escrúpulos pecaminosos" propios de los tipos campiranos. En esencia, él se nos muestra como un autor minusvalorado, para representar algo tan serio como el aplicar los principios austeros de la vieja y selecta rectitud romana, implícita de los grandes caracteres. Y menos la Lex Oppia (un anatema exorcizante para los payasos garibaldinos), de los mismos compas fulleros que antaño envolvieron en asfixias a Catón, "El Viejo"

            Fueron décadas en el Jardín de las Delicias, de fiestas, pietajes, brindis y solazamientos al estilo Satiricón –cierto que de "éxtasis de crueldad abrumadora, tal sucede en toda francachela bohemia"–; durante su calvario maravilloso a través del mundo occidental; al que envidian y odian los intelectuales descosidos, no auténticos como él mismo (un enfant terrible de la nada picassiana), que nos da escozor durante todas las primaveras aleutianas. A Benedetti le resultó suave accionar desde adentro los resortes democráticos, para obrar plumas necias contra el mismo Occidente democrático que le abrigó y al que despreció, como es dogma y endemia de cada indoamericano irreverente con la democracia, de la cual vive. Aprovechó cada rendija para loar tiranos o, hacerse el loco cómplice, al estilo de la irresistible indita Menchú. La sugerente aborigen de siete suelas, esbelta, hermosa como una sílfide o walkiria nórdica o quizás tal ondina en Emaús, en espera del Cristo redentor y además, anti sex-appeal por excelencia, frente a los desmanes de la canalla roja dorada. Espiritual, ética e ideológicamente, Mario Benedetti resultó ser otra de las "La Gran Estafa"; tal se diría en el buen estilo de un peruano ex comunista e intelectual valiente, asesinado por el Comintern, Eudocio Rabines; pócima deletérea, dañina y decepcionante para las juventudes latinoamericanas.

            Es el tiempo presente, un día antes, cuando aún estaba vivo y de cuando yo pensaba que un toque divino le haría arrepentirse. Pero el personaje, cruel hasta con los ripios de su mala sombra, no lo hizo antes de "estirar la pata" ¡Solavayas!

La saga continúa.

© Lionel Lejardi. Abril, 2012
lejardil@bellsouth.net
Legacy Press

ADDENDUM

1   Suetonio y Dio Cassius, recogieron la frase en sus tratados.  Balzac se ayuda de la misma en su "Sarrasine". Mientras que Fitzgerald le da espacio en su "The Great Gatsby" (wik)
2  Ver la segunda y última parte ”Un Benedetti desvertebrado ii/ii”

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