domingo, 18 de junio de 2017

.La middáh intrusa del Dr. Fidel Castro Ruz i/iv

.La middáh intrusa del Dr. Fidel Castro Ruz 
i/iv
Se cumplen 58 años de dictadura comunista en Cuba
  
"Un Asunto Cubano"

A la sombra de su DUI filosófico
Tal vez, el disparate castrista no sucedió así, como pretenden algunos de sus historiadores; como una trifulca entre gansos virtuales, en el corral advertido virtual, en el teatro de comedias profanas y sociopaticas de la gerusia vasca . ¿O, quizás sí tales demócratas benevolentes, lo que nunca hacen? Cierto es, porque existe una coagulación emética como la única confesión pública del mea culpa conocida, del astroso historial político del Dr. Fidel Castro Ruz , en sus vaguedaDES y acerca de su fracaso en calidad de estadista. Sima, a borrar de todos los anales y narraciones como la torsión dantesca. Peor y más fracasada de la Historia de Cuba, como un baldón para las generaciones venideras. Tales son los restos de sus deshaceres alucinantes, porque la confesión desnudó a este 'grácil personaje', de la comedia cubana; como ente frívolo un chiquillo malcriado, mimado y admirado a la vez; en calidad indiscutible de proto líder de los bajos fondos (pègre) de la izquierda subversiva, demencial y destructora. Un egregio torpe en el pensar y actuar, además de impulsivo y desarreglado, empeñado en hacer fracasar todas las posiciones en que jugó algún papel motu proprio o sobre todo aquello que posó su mano, edificado o construido por otros emprendedores, patriotas, de épocas ya idas.


FIDEL CASTRO
Dr. Fidel Castro Ruz
Habana, 1978
Porque la Historia de Cuba no comenzó en enero 1, 1959, tal se empeñan los narradores y escribas y alabarderos del régimen; sino en agosto 12, 1492 con el portentoso "Descubrimiento de América" por esa pleyade de aguerridos españoles. Es que al final de su vida dedicó un espacio de tiempo exiguo para lo que le debía al pueblo cubano inerme y confesar a ese mismo pueblo, por qué razón barrió con la Isla de Cuba y todo lo bueno que tenía dentro. Porque en realidad, tales imperfecciones había y hay en todas partes, algo que barrer, sí, pero con una escoba democrática, no con la pérgola de las hebras terribles del hierro totalitario. Porque la magnitud y el cúmulo de sus pecados contemporáneos, de hoy, no son solo una especie de peccata minuta monstruosa; ahora que sus escribas y alabarderos envilecidos, quienes abaratan jubilosos su actuar, en esa especie de auto golpe de arrepentimiento tardío; que pudo ser un "mea culpa de toda mi sola y única culpa, y que toda la responsabilidad por sus consecuencias horribles, es mía y solo mía, no de mis cómplices" Y que su ideología funesta sembrada de lágrimas, muerte, estarvación, penurias, éxodos, fueron experimentos disparatados; inhumanos, envilecedores, pútridos y homicidas, contra un pueblo que era sano. No la Sodoma y Gomorra de hoy en que sus comandantes y comisarios crueles, han tornado zafios en la tal entelequia demonizada. Y lo peor, irreversible. Es que a manera del colofón, la narrativa de sus hazañas supuestas epopéyicas esperadas en las versiones de sus escribas; en los que este ya finado líder, se apoyó y confió para adulterar la historia de su conspicuo Señorío de pensamiento y obra medieval, fracasó también en medio de un planeta supra informado. Sin embargo uno de estos narradores de patrañas oficialistas cercano a su entorno, inspirado e inundado de lágrimas, propuso a  manera de epitafio, algo así como:

"Aquí yace sin posibilidades de retorno, uno de los Líderes Máximos tercermundistas. Este personaje, falleció atarugado de sociopatía mono psicótica y paranoia esquizofrénica de 4to. Grado (terminal); el cual azotó y destruyó Cuba de manera minuciosa y con saña sin igual, tal enfant terrible, una parte preciosa del Planeta Tierra"

           Ello,  aunque imbuido de pseudo marxismo ecléctico por antonomasia, y que el propio Dr. Fidel Castro, el siempre enfant drôle et terribles (un niño admirable, pero terrible) no lo valide. Ello, por una sentencia tácita del propio líder, cuando afirmo las causas de su fracaso no son atribuibles al "Él", Omnisciente y Omnipresente, sino a las imperfecciones revisionistas del marxismo-leninismo. También devino sorpresa para su Überich (Super ego) imparable, el cual por morón y descreído, no dio con el mismo confesionario que le había cerrado a sus mentores religiosos católicos jesuitas y al resto de todas las confesiones y denominaciones cristianas asentadas en Cuba. Luego, por avatares del destino, tampoco los ciudadanos encontraron las hostias que su soberbia omnisciente eliminó ("«porque el pueblo, adujo el líder,  necesita de esa harina para hacer pan»"

Aunque después, tal sucede en todos los totalitarismos y el resto de las matracas izquierdistas; tampoco hubo hostias, pan y ni el agua bendita para asearse o siquiera para beber. Hoy, hablando de aguas, la Nueva Clase de los Hombres Nuevos de la gerontocracia gobernante, solo se atreve a tocar el ‘agua especial tridestilada y cuatridesinfestada’, solo apta para la clase alta de Líderes Máximos y dirigentes mínimos’, tan segura y cristalina embotellada, calidad “Pellegrino” Límpida, hermosa y tan reluciente como diamantes líquidos. Y de forma alguna, tampoco apareció el cura del barrio alto, donde los Líderes Máximos (en mayúsculas y también residuos de los en minúsculas) todos vivíparos del hábitat y moldura de la “región más transparente” del régimen, viven una existencia apacible, a todo tren su solaz y esparcimiento, disfrutando y mostrando al vulgo las bondades de la cornucopia de un emporio paternalista. Al prelado, cuidador alegórico virtual no real del jardín de los cerezos y “las Fleurs du Mal” al cual el ‘comisario de jardines’ aterrorizó ordenando que sus turbas divinas le dieran un "mitin de repudio", a fin de que al menos este pobre diablo (dicen que imposible de envilecer), se apiadara y les comulgara sus ya inoperables irredenciones.

Todo ello, saber, es inútil cuando se trata de un Dr. Fidel Castro cuya "luz agonizaba" siniestra desde que abrió los ojos. Quizás como la llama del film homónimo de la Bergman. Resulta de tal modo, puesto que la mise en scène de la picaresca del régimen, que en ocasiones de éxtasis luce como un evento de seres monstruosos, tales fenómenos dignos de ferias; es donde las pitonisas y augures del régimen, despliegan sus malas artes oleaginosas de los comunistas del ‘plan piyama de los destetados' ya en desgracia. También alguno que otro disidente, todavía "no-exresidente legal permanente de intramuros" converso al buen vivir, mejor pensar y hablar en libertad, además de "en todavía" atormentado por su bipolaridad espiritual en cuerpo ajeno.

Tales saltimbanquis del rebaño izquierdista, ignoran cuál es su papel real, en ese drama descomunal en que sus 'caballos infalibles' hundieron Cuba. La misma donde se acostumbra injustamente eliminar, encarcelar o en el mejor de los casos, exiliar físicamente a ciudadanos pacíficos, "ich kôra, ale nehryzie" En no pocas ocasiones, indictados judicialmente sin delitos, como pretexto de prisión o aterrorizados por el “Ojo de Saurón” de la seguridad (los agentes encubiertos del barrio) Luego, a nadie debe extrañar que aquellas furias que el Dr. Fidel Castro tenía atragantadas en la gargantua filial desde tan temprano como 1959; dieran comienzo a la época más nefasta y tenebrosa por la que ha transcurrido la Isla de Cuba; con todas las almas vivientes 'deterioradas hasta el paroxismo de lo inhumano', ya por seis decenios de escupitajos mutuos, la kermes deslumbrante de una gen, con los cinco sentidos bloqueados por la gerusia comunista, sujeta a un minucioso plan de borrado. Hay quienes aseguran que la destrucción comunista sobre el pueblo de Cuba, ha sido tan cuidadosa como la de Lidice, el pueblito moravo del ex protectorado alemán de los países checos, barrido por gestapaky (seguridad interior) solícitos, en junio de 1942. Entre las diferencias ostensibles se destaca el hecho de que en Cuba, una paradoja indudable, nunca hemos estado en guerras devastadoras con los vecinos.

En esta noche de absurdos, espejo de paciencia y advertencia valedera para toda Indoamérica, se narra una parte de la entelequia imaginada bajo los tremoles tensoriales de la ignorancia aborigen, entre aguamaniles y oscuridades canallescas. Se despliegan y desplayan candideces a todo trapo, en medio de liturgias tiránicas totalitarias, tan alucinantes como los estallidos de un "gooool!" idiotizado de los fans balonpedistas introvertidos de la "Jauja" andina.

         La saga continúa.
                                      
© Lionel Lejardi. Mayo, 2010
lejardil@bellsouth.net
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