"¡Silencio, que'león
duerme esta noche!"
II/II
Se cumplen 57 años de dictadura comunista en Cuba
Sin la venia ajena
Aura
"Un comunista
es aquel que ha leído a
Marx y Engel.
Un anticomunista
es aquel que ha leído a
Marx y Engel
y los ha
comprendido"
Ronald Reagan
“Un Asunto Cubano”
(Miniserie,
“Silencio que’leon duerme esta noche”)
Tánathos o Pulsión de Muerte
Tánathos
Guevara
no arribó solo a Guatemala. Resultaba imposible que el muestrario de sus rabias personales, no le acompañaran.
También los recuerdos que se les antojaban los más amargos de su juventud
turbulenta, anti gregaria y misógina, tan angustiosa como su frustración que se
le antojaba sin igual a otra existentes sobre el planeta Tierra. Claro que esas elucubraciones de recuerdos trágicos, a los que aludió sumido en sus
reverberaciones y psicopatías endógenas, fueron patrañas anidadas en su mente
distorsionada, como las ‘12 Pinturas
Negras de Goya’ Alucinaciones producto del delirium tremen por abusos del vino, recuerdan sus cuates. Un DUI moderno producto de
miserias marxistas y embriaguez de ruindades esquizofrénicas, apoyadas en baraturas
ideológicas zurdas y desde ha, taladradas de maoísmo, islamismo, babuvismo y no se conoce
cuantas otras, todas infundadas. Con ese cóctel,
se puede preparar el mejor de los monstruos comunistas. De lo cual, nuestro
presidente Ronald Reagan nos advertía, juicioso.
Ernesto Guevara de la Serna
(aka, "Che")
(Cortesía de risasinmas.com y
|
A Guevara le aplastaban las
realidades de que las estirpes Linch
y la Serna (la última, en realidad
"Sheinerman", según gorjean los entendidos a causa de su
ascendencia semita) eran apellidos portados por y de personas decentes.
Mientras que "Él",
tortuoso y vengativo contra la nada infernal de su entorno; devino ente de una
nada fracasada, el pas de deux
clásico del niño futivado de la Universidad como también siendo un escolar de
primaria, díscolo e ineficiente, extruido como el resto de su quehacer mundano, inútil. Un
ser anodino deshumanizado quien para justificar su morosidad se desplegó en
busca de los cómplices, que encontró en Tuxpan, México, exactamente a la vera
de los hermanos Castro; personajes que aunque les fueran ajenos, les hicieron tornarse
per se en simbiosis híbrida de un
célibe como el Conde Alexander Gagliostro (“El
Desalmado” cuyo símbolo secreto era “Ouroboros”
la serpiente que se muerde la cola). Cuestiones vampiresas muy paranormales
entre los izquierdistas fascistoides.
Para entonces, mucho dinero, dádivas y favores habían repartido los Castro a escala mundial siempre, a costa del hambreado
inmisericorde y andrajuras bochornosas de los cubanos, reducidos a un mal vivir
cavernario. Al crear verdaderas colonias de vaguerías izquierdistas, esa
izquierda sobaquera producto del “Manual
y Prontuario de Marxismo-Leninismo” mamadera y chupete preferido de intelectuales
liberaloides contemporáneos. Morones de toda laya a fin de que los idiotas, idealistas
ignorantes y analfabetos, lo tomen erradamente como paradigma a emular. Pero el
Manual, para entonces, ya se le había incrustado con raíces del mal y confundidas
con la pelambrera del sobaco
Y los epítetos no son gratis,
porque se los merecen al morir por los Castro, como este pibe Guevara o los infelices negros y mulatos cubanos lanzados al
África Negra, Medio Oriente, Mesoamérica, Asia, etc., todo porque su blancura caucasiana olía a colonialismo. Y a cualquier otro
infierno que sus megalomanías de resacas matutinas le dictara el centro director estratégico moscovita.
―”Moriré
como una piltrafa humana”―reflexionaba "Che" premonitorio de su destino, mientras
aullaba los últimos alaridos de lobo solitario. Quien al menos, decir con justeza histórica, murió de pie en espera de las ráfagas ya acordadas con sus ejecutores rangers, apuntandole a su plexo solar. Porque
le era ‘de tranca’ el verse
abandonado por "Manila" junto a sus hombres y a veces mujeres,
según el momento.
Porque no hay que olvidarse de la "Tania", aquella exuberancia de amazona comunista; una hembrota de cuatro cuartas por los cuatro costados; cazada como una liebrecilla agridulce el 31 de agosto de 1967; combatiendo con fiereza en Vado del Yeso, contra los campesinos rangers. A quienes los comunistas (recitando el vademécum) dijeron iban a redimir, hasta que una ráfaga de 7.62 mal dada, además vomitada por una máquina belga bípeda, la abatió para siempre. Lo que fue festín de las moscas tramposas de los manglares, unos cientos de metros río abajo donde quedó con los senos al aire, putrefacta a más no dar. Y lo peor, solitaria como la esposa de Prometeo, encadenada por igual en los Altos Tatras, donde los buitres le engullirían las entrañas. Es preludio de la Pulsión de Muerte que devora en todo momento a cada guerrillero.
Porque no hay que olvidarse de la "Tania", aquella exuberancia de amazona comunista; una hembrota de cuatro cuartas por los cuatro costados; cazada como una liebrecilla agridulce el 31 de agosto de 1967; combatiendo con fiereza en Vado del Yeso, contra los campesinos rangers. A quienes los comunistas (recitando el vademécum) dijeron iban a redimir, hasta que una ráfaga de 7.62 mal dada, además vomitada por una máquina belga bípeda, la abatió para siempre. Lo que fue festín de las moscas tramposas de los manglares, unos cientos de metros río abajo donde quedó con los senos al aire, putrefacta a más no dar. Y lo peor, solitaria como la esposa de Prometeo, encadenada por igual en los Altos Tatras, donde los buitres le engullirían las entrañas. Es preludio de la Pulsión de Muerte que devora en todo momento a cada guerrillero.
Una beldad “isoturbiteriana” y su antípoda caucásica
Ese contingente de guerrilleros fue lanzado a una aventura sin retorno. De
falacia posible e iguales luctuosidades de traiciones, con el mismo sonajero
con que engañan a los niños. Y les duele porque provino de quienes debían
cuidarlos y protegerlos en lo interno y externo, "como a la niña de sus ojos", en el decir sabio y egoísta de
Trotsky. Pero ya los habían vendido y traicionado como piltrafas, desde mucho
antes de partir hacia Bolivia. Es que antes hubo el final de un viaje hacia
Guatemala. Itinerante se fijó en una muchacha de figura nevasca y experimentó
lo de un pez cuando lo ensartan. Hicieron migas de inmediato. Y se empecinó,
cuando sus nuevos amigos se rieron de él y su pareja, la muchacha regordeta que
nadie miraba, chaparra y sin encantos visibles o probables.
Cegado por la ofensa e inmerso en
su complejo de fracasado eterno, de no poder juntarse con una caucásica a las
que estimaba inalcanzables, hizo que más tarde se echara a la caminante como
amiga íntima. Lo lamentable es que éste líder, un sociópata empedernido,
desconocía los límites superiores e inferiores de aquella diferencia entre una
joven normal, agraciada o no, y otra sin muchos atractivos, aparentemente normal. Pero
es que él desconocía los antecedentes de la muchacha peruana inteligente, Licenciada en Economía. Imbricada como militante comunista bajo el lema maldito
de ‘Sendero
Luminoso’, una expresión (considerada maoísta) del pensador peruano, también
marxista-leninista (no carnicero), José Carlos Mariátegui La Chira. Luctuoso e infausto lema para los peruanos confundidos, como todo lo saturado del totalitarismo comunista.
Ella, repleta de experiencias
vividas y conculcada para ejecutar actividades políticas de cierto nivel para
sus jefes, propias de una militante del Partido
Comunista Peruano y los otros a los cuales les entregó su alma. Porque
tal era el caso, aunque el encuentro de ambos fuera casual, como el de los
asteroides, sin dulzuras. Dado que recién Guevara había arribado a la Guatemala a impregnarse de efervescencias con el gobierno de la extrema izquierda estrenado en 1951 por, el
Col Juan Jacobo Árbenz Guzmán y con el
cual se involucró en actividades represivas contra opositores. Para él y su
egolatría supina, este fue su estreno político enchumbado en violencia
edulcorada, a fin de ganar galones.
―”Sabes,
que ya me pagarán esa cochinada. Y los muy pendejos, se dicen mis amigos. ¡Cabrones, es lo
que son!” –le dijo a ella,
que intentó calmarlo.
Guevara, aun joven de pelo ondulado
casi hirsuto, hispido al oler la humedad como su carácter alebrestado; miró al
grupo de sus burladores sevillanos, sin nada de qué reírse y escupió el piso.
Siempre lo hacía por todo y a todos. Lo que alguien de su entorno selvático, le
escuchó maldecir en otro momento aciago. Tal era este, bajo los efectos de un
sinsentido aparente. Por lo que ahora, no hubo espacio para otros recuerdos de
juventinas y otras disipaciones impronunciables para este futuro matasanos.
"Che" e Hilda Gatea (1955)
Vacaciones en Yucatan
(Cortesía de wiki y Pinterest)
|
Y nada más apropiado para desechos
tan elocuentes ahora, que la opción del pronto enterramiento de su imagen por
la Historia, una inexorable sepulturera. No sorprendida con el nuevo cliente ni
por sus enemigos terrenales, porque eran muchos los acumulados por él para una
sola existencia de excesos enloquecidos. La farsa había comenzado, según sus
cronistas, cuando paseaba en una desvencijada bicicleta con motor, por cuanto
vericueto le brindo abrigo a sus destemplanzas tempranas. También quizás,
cuando olisqueó el primer cadáver siendo pretérito estudiante de medicina con
las intenciones de hacerse médico.
O por lo menos, mientras hacía el
paripé de que estudiaba "entre
comillas altas", según sus detractores. Los insolentes de Hollywood,
en ocasión de filmarse las tribulaciones de este otro reflejo “del inquieto Anacobero"1 durante su etapa de vagabundeo
sudamericano, tal parecen acostumbrar a estos inventores de patrañas.
Porque
los cineastas brindaron una versión cinematográfica 2
estampada con el gomígrafo de los entendidos, como un verdadero desastre. Claro
que no era su culpa lo del adefesio decir, desde el punto de vista del buen
contar y declamar en la ética cinematográfica.
El guionista lo bajó de la vulgar bicicleta
y no dudó en encaramarlo sobre una feroz motocicleta, como las usadas por las
bandas (musicales) anarquistas de EE.UU.
Porque
él había dilapidado años claves de su juventud haciendo bus stop por sus alrededores, entretenido (1954) en causas injustas
como la izquierdista de Arbenz en Guatemala. Actuó como buen mercenario comunista y toletero por
convicción. Y a punto de la bancarrota económica, hasta que una beldad
isoturbiteriana, antípoda evidente de su no ascendencia caucásica le mitigó el
hambre y la indigencia. Se trataba de una temba
(mujer madura) de 33 años, Hilda Gadea Acosta ya encaminada a la soltería permanente,
una unión cuasi tertuliana que al adjuntarse, intempestivamente, el choque devino en
salvación mutua.
Convergencias de una joya
rara de rosca izquierda
Ella,
entonces lobista experimentada del Partido
Comunista de Guatemala, le contó al amado sus cuitas
marxistas. Juntos, bajo zarapes de una ideología alucinante, se arroparon bajo el
manto infecundo del antiyanquismo oscurantista. Guevara, tomó aire y lleno sus
bolsas, enfilando rumbos hacia México, donde con posterioridad los amantes se
volverían a encontrar. La muchacha, consiguió, ya en México ostentar ser amante
inmediata del “Che”
Guevara pour les pires
moments, fue a la que al embarazarla, el galénico desposó. Ella
era una de las tantas veteranas feministas en actividades propias de las trotaconventos
ideológica regadas por todo Centro y Sudamérica bajo órdenes expresas del Partido Comunista (local o nacional) indistintamente.
Entre tales funciones del menudeo
proselitista en las charcas y lodazales de la izquierda se distinguían el captar
futuros militantes, espionaje, diversionismo ideológico, colección de fondos,
sabotajes, terrorismo, etc. Incluyen el lobbismo de los partidos comunistas,
organizaciones fachadas (frentes) y todo lo que huela a pan izquierdismo y de esta forma
esparcir las obscenidades habituales del marxismo proto sobaquero,
propagandizado
por cada comunista. Una joya tan falsa como el circonio contra el diamante,
Gadea resultó ser el vehículo viviente que conectó al “Che” con los verdaderos y ciertos tipos de
aventureros, legionarios, mercenarios y toda clase de “ex” (veteranos de
otras guerras y conspiraciones de toda laya en otras tierras y por
motivos diversos) una parte de los cuales colmarían el contingente expedicionario del yate "Granma"
Un Arca de Noé sui generis
Estos
expedicionarios, enfrascados en una aventura pírrica presta a conducir
libertades para Cuba, estaban guiados por los líderes menos apropiados: los Castro.
Quienes, como otros tantos integrantes del Ejército de Ocupación
(westero) que hoy asola la capital cubana y el
resto del territorio nacional. Esta agrupación de confundidos, incluía idealistas remanentes de la “Generación del Centenario de José Martí” tirados a un lado desde 1953 como desideologizados impenitentes que, de manera patriótica, participaron en el fracasado
asalto al Cuartel “Moncada” (Santiago
de Cuba) en julio de 1953, También miembros de partidos políticos y otros
cubanos exiliados. Guevara, encontró en aquel nido de patriotas (y aventureros comunistas,
tal era él mismo) el caldo de cultivo ideal para saciar los apetitos gnosicos
físicos y ambicionales de este conspicuo argentino.
Dr. Ernesto ("Che") Guevara de la Serna (Cortesía de wiki y Pinterest) |
La agrupación de los conjurados en
México, ansiaban dotar a la tómbola de la expedición hacia Cuba con la
participación personal y ayuda financiera de los exiliados cubanos anti
batistianos (entonces) y en buena ley, los miamenses y alguna que otra dádiva
oculta apañada por los hermanos Castro succionadas o lamidas del Comintern. Siendo el México cardenista de
entonces, el país líder indoamericano que se aprestó como paño a devenir bajo cuerda en testaferro y
garante del izquierdismo mesoamericano y parte del europeo, que hacia muecas desde los Pirineos.
Por ejemplo, los cardenistas sin
sus guerras de pasteles, los anti cardenistas oficialistas
repletos de pasteles y otras mesadas del bureau
de los grotescos "sans culottes”
peronista, los después ridiculizados por las abuelas pícaras y subversivas (al
parecer, también tramposas de la ley) Aquellas de la Plaza de Mayo,
las de ayer y las de hoy. De cualquier forma, el maná de liquidez les fluía
incontenible a los castristas.
Lo que a este argentino subyugó,
en modo alguno similar a como piensan los rioplatenses laboriosos; era que los
líderes de estos ilusos disponían de su agenda secreta, mientras que la mayoría
iba embarcada de buena fe en la trama invasora a derramar sobre Cuba. Ninguno de los complotados superiores les avisó de la
malquerencia de aquella trama de telarañas zurdas. Nadie.
“De la Serna” en Guatemala a “Sheinerman”
en Guatepeor
Estos
ilusos de fila, no los líderes quienes como todos eran buenos pícaros, se auto
suponían ser luchadores por la futura democracia en Cuba, entonces obnubilada
bajo el gobierno autoritario del Gral. Fulgencio Batista y Zaldívar, de manera
curiosa, todos los enemigos eran coterráneos. Tales falacias aventureras les
indoctrinaban los viejos comunistas adheridos a ese contingente invasor de
mercenarios (indirectamente), una nueva esperanza de la Revolución Mundial Permanente auspiciada por un antológico carcamal
y conspirador subversivo, León Trotsky
(née Lev Davidovich Bronshtein) Los
integrantes de esta cáfila escogida para intervenir en el asunto boliviano, no
daban la menor muestra de trabajar como otros tantos, para ganarse el pan
diario.
Todos los implicados en aquella
conspiración, sencillamente, seguían el ejemplo del Líder
Máximo y el resto del Estado Mayor de aquella otra tropa de
revolucionarios bisoños, que fueron conducidos de manera irresponsable al “Moncada” en 1953. La
diferencia, en esos años 60s consistía en que tal sucede ahora con Venezuela,
los ejecutores en el campo de operaciones eran pastoreados con el forraje de una
ilusión que los cuidaría desde La Habana (Manila)
Es que la naturaleza de este proto líder le hacía emanar un flujo de rabias
verdosas contra cualquier cosa interpuesta en su camino. Como aquellos indios
campesinos centroamericanos que se les enfrentaron en Guatemala, en un retén
armado por sicarios auspiciados por los órganos represivos del propio Presidente Árbenz Guzmán.
De todos es sabido que Árbenz era
traidor al pueblo boliviano dado que en realidad fungía de ser un cuadro trotskista, confeso y convicto, que
trató de levantar alas a inicios de la Guerra Fría. El punto de intersección de
los indios a los arbenztistas estaba
situado en la vía sudeste hacia Santa Catarina de Pínula. Allí, fue
cuando Guevara ejerció ayudantías de infidencias, “tentetiesos” de represiones físicas contra
opositores democráticos a la dictadura izquierdista pretendida de implantar por
Árbenz (“…hasta que lleguen los camaradas
rusos…” decía el muy falaz) y algún que otro asesinato contra los
opositores. Tales tropelías, sucedieron inmediato que Guevara arribó a
Guatemala.
"Che"
(Cortesía de "Flick" y Pinecrest)
|
Allí, el argentino no vaciló en insertarse en
grupos paramilitares del Partido
Comunista Guatemalteco (PCG) al que ya pertenecía la Gadea; una
rama adscrita al Jefe de la Seguridad Interior de ese país, durante el gobierno
zurdo de Árbenz. Pero, ya en plena dictadura de los Castro y exactamente lo que
más le sublevaba a Guevara, siendo represor actuante como funcionario en Cuba;
fue aquella confesión inesperada y brutal de su madre (enferma de muerte)
cuando le dijo que su segundo apellido no era "de la Serna" sino "Sheinerman"
3 lo cual no aparecía como tal, en los
registros de inscripción de nacimientos argentinos.
Guevara no acababa de entender el
cambio del nombre original (paterno) de su madre de "Sheinerman" por "de
la Serna", alegado por ella aduciendo "pura seguridad" dada su ascendencia judía, lo que molestaba a
Guevara. Tal afirmación, dijo la madre, eran los tiempos en el que el Mundo
andaba en guerras y Domingo junto a María Eva Duarte (aka Evita
o Eva Perón),
coqueteaban y aterrorizaban descaradamente con sus pandillas paramilitares de
lúmpenes "sans-culottes"
reclutadas en los barrios bajos y puertos de Buenos Aires y otras urbes. Tales
fueron los motivo por el cual se rotulaba "de la Serna" y contándole además, el resto de la petite histoire familiar.
Esa mala calaña de los barrios
bajos argentinos al servicio de Perón y Evita, eran copycats o similares a las turbas fascistas de los “Camisas
Negras” de Mussolini, las agrupaciones de asalto nazi-fascistas de las “Sturmabteilung”
(SA), o las hoy “Avispas Negras” y las
turbas divinas de las “Brigadas de Respuesta Rápida”
popularizadas por los hermanos Castro contra el pueblo inerme, hoy con el zipper bucal cerrado a pulso. Y eso, nadie
lo creería, pensaba Guevara, además de que no estaba dispuesto a permanecer
impasible mientras se deshacía lentamente el narcisismo de su figura mundial a
la que tanto amaba ―tal si fuera una estatua de sal, convertido así por la
curiosidad insaciable ‘de la mujer de Lot’―,
para que nadie lo aliara a un "maldito
apellido judío"
Un nueve de octubre, que los
cubanos se alegran que no fuera un diez
Pero esas
eran viejas historias las cuales, aunque le desagradaban, no podía borrarlas de
su pasado. Por una razón muy simple: ahora estaba muerto y bien muerto, ya sin
leyendas heroicas ni los círculos de tizas caucasianos de Brecht, esgrimidos
por los falsos historiadores marxistas, para borrar lo feo. Cierto que toda
historia parte de un pasado y un presente y ese, era su caso. De lo que sí
estaba seguro, es que en ese día aciago, el destino le envió un mensaje
definitivo por medio de aquellos cubanos asesores militares (falso que fueran
ciudadanos norteamericanos, porque el protocolo militar así lo prohibía) y
agentes encubiertos del CIA, quienes entrenaron a los rangers: porque en su
leyenda apócrifa, no existirían partes alícuotas para disponer garantías de un
futuro luminoso y eterno.
También porque Il Grande Lupo (El Lobo Grande) no le permitiría ni atisbos de una
luminosidad mayor a la de Él mismo. Porque como líder cubano, él era por
antonomasia el Líder Máximo, de la
futura revolución Latinoamericana, como una vez le dijo, solemnemente y con rimbombancias
a Raúl.
―”A
la corona de un rey, muchas cabezas
aspiran. Y un buen rey, sabrá cómo suprimir esas cabezas”
―”Es
un buen numerito ―le contestó
el hermano, mojándole la pólvora―. Yo también lo
leí y creo que fue en un novela de Dickens”
Fidel Castro le echó una mirada
sibilina a fin de pulverizarlo.
—“Supra
imbécil” —masculló el Líder
Máximo, desde un rincón de la estancia.
También Castro quiso dejarlo claro,
como hizo con Guevara, pero ahora el argentino estaba muerto y oliendo a bien
muerto y sólo le restaba desandar su camino de confusiones por el “Valle de las Sombras”, donde de seguro
le considerarían un occiso que, por su mala cabeza, seria mal recibido.
El mediodía del 9 de octubre, 1967
había quedado al doblar del camino la tragedia, tras un par de ráfagas mortales
que a las 13:15 h le cruzaron el plexo solar a Guevara, en la santa humildad de
la escuelita de “La Higuera” Con ello se
cumplió lo de "ojo por ojo y diente por diente"
―independiente de lo que pensara Gandhi acerca de la tuertera
planetaria, si todos pensaran bíblicos― en medio de un silencio caído ínfimo
sobre ese aposento húmedo y mohoso. Un locutorio perfecto para una hermandad de
ranas cantarinas, enloquecidas, que no cesaron de croarle ni aún después de la
medianoche en la que de todas las brujas voladoras, andaban prestas al doblar
de noviembre.
Como en las cortes de moscas
aristocráticas, cortesanas y no menos pervertidas, además de intoxicadas con hashāsh como deliciosas pussycats de las pole dancers doradas, al retorno de sus alucinaciones y ebriedades
de tanta carne guerrillera engullida durante esos meses de fiestas carniceras.
La “Pulsión de Muerte”, tan serena como inexorable para las serpientes que se
muerden la cola.
Una muchacha “deutsch” de belleza inmisericorde
Ella
apareció rauda con su osamenta firme forrada de blancuras, hermosa para todas
las fieras abstenidas de sexo en las que más tarde serian ambas columnas
guerrilleras, confesaron las reminiscencias varoniles (¿y por qué, no?) de aquellos del “rompe y raja” aviesos de lujurias. La “Ella”
de furias apacibles, detentadora de excitaciones devenida rauda y perfumada
desde La Paz, hasta el vivac salvaje de
“Che” Guevara, en plena selva
boliviana. Pero a la cual, sin más, le alcanzaron fugaces las lluvias rojas
carniceras, en medio del reguero de fogonazos ensalivados que empapan las
carnes oblatas de ‘pan y vino’ hasta
de esa joya aporcelanada de Sèvres, teutona verdadera. La muchacha maja de mirada deutsch inmisericorde y auténtica, que en un sendero cualquiera
dejó flecos de su virginidad y sayas.
Una descomunal hembra erótica y venusina insaciable, de talante impositivo, resultó en la embaucadora revolucionaria atraída al torbellino guerrillero por el después guevarismo de moda, caída meses atrás en Vado del Yeso, ahora fraguando su propia trampa mortal. Entregada al enemigo en emboscada a la colimación de los Rangers, certeros en sus descargas musicales, por acción de los traidores de su amado Partido Comunista Alemán natal (en realidad el boliviano) La traición, un detalle chic muy propio de las ideologías conculcadas a las aliviadoras guerrilleras, unas hembras miserables, integradas a las impedimentas como soldaderas de rango alto.
Es
que las mujeres comunistas tempranas (piensan los historiadores) parecen haber
nacido con bisagras automáticas. Ver las consideraciones
amorales de la mujer de Lenin, todo un asco y quien tampoco se la merecía mejor;
porque casi todas las mujeres de los Superlíderes comunistas, al menos las
europeas conocidas de antaño; eran unos bicharracos y porque este anticuario de
beldades, hacía un dueto infausto con la Nadezhda Krupskaya, una especie de
duende especializado y entendido como la necrofilia sexual de marras.
Esta muchacha, por otro lado, era
hija de padre alemán y madre polaca, ambos judíos comunistas emigrados a la
Argentina huyendo de los nazis. Y así Tania, al igual al igual que la madre de
Guevara nació judía de Buenos Aires. Ella, la de suave piel casi alabastrina, una conspicua y no menos
brava mujer en el combate; se le conoció como Haydée (Tamara) Bunke Bider, aka “Tania”, entre otros Kampf Namen.
Tamara (née, Haydée) Bunke Bider, (aka, “Tania”) |
Pero es que lo de ella fue otra
cosa sucedida allá donde el río se estrecha y baja lo suficiente para el cruce
a pie en Vado del Yeso, con nuevas oleadas de moscas capitalistas aprestando
sus bolsas infames, repletas de hueveras devoradoras de todo lo que un día fue
humano. Porque la comedura de ambos guerrilleros por las moscas, sucedió en
sitios distintos. Sabiendo que en los paraísos proletarios no hay moscas ni
cucarachas, dado que no hay nada que comer. Y también porque el líder de la
banda armada invasora del suelo boliviano, en su mejor momento, le dijo a ella,
sin aviso previo:
―"¿Sabés
Tania, que ya se te acabaron todas las pendejadas y que no habrán más correos
del “llevaitrae” a La Paz? Y a mi me importan tres bledos que ese ingenierito con el que casastes por orden la Stasi, se quede con las ganas. Porque te quedás clavada aquí con nosotros en medio
de la selva, nuestra amada floresta repleta de campesinos mierderos y cobardes, iguales a los militantes de su Partido Comunista traidor"
Quizás, pensó ella con razón en su
error de ambiciones onomásticas y de reculeos, a la manera de las soldaderas
entre los miasmas rugientes de aquella manada de lobos, excitados con el olor a
la hembra descomunal. Después, Tamara se viró encolerizada dándole las espaldas
al líder guerrillero y partió rumbo a las letrinas del campamento, mientras
murmuraba otras imprecaciones, en el alemán que se confundiría con la jerga más
fina del barrio berlinés de Schöneberg, de donde también era oriunda la
Dietrich.
―"Cacho
de cabrón ―rezongó ella, ahora desde un rincón de su tienda, ya
aburrida de toda aquella farsa trágica, repleta de engaños y furias―. Todo porque esta mierda donde nos embarcó el Líder Máximo
del Internacionalismo, ya se está jodiendo y él (Guevara), no quiere irse sólo. Mira lo bien gracioso que es este
hijo de la gran puta.
―Y lo que más
me jode, es que aquellos dos huevones están muy campantes en bebederas y
hartaderas, echándose fresco en los cojones, allá en La Habana, en medio del
aire acondicionado de su "castillo de naipes" ―y
terminó de escupir ella su frustración, premonitora de que pronto seria
destruida, al igual que el resto de aquella jauría de paranormales
Se trataba de algo desesperanzador
y que para ella, pensaba en lo pronosticado por aquella “Sangoma” sudafricana, sería la trampa artera de sus patrocinadores.
Lo más temido por los comunistas. Estaba claro: Nada de retornos a La Paz como
antes hizo, con aquel par de ilusionistas estrafalarios, también intelectuales
comunistas; el pintor y guerrillero argentino Ciro Bustos (née, “Ciro Roberto Bustos
Marco” también aka "Pelado") y otros sobrenombres, junto con el afamado
periodista, profesor y escritor francés Régis Debray (née, Jules-Régis Debray), auto nombrado, con el aka de "Dantón", a los que los rangers capturaron al volver a lo civilizado.
La ‘Piel de Zapa’ y sus mensajeros de cierra-ojos y letanías
Para
entonces, aquella figura desmadejada en la lavandería, seria campo fértil a
colmenares y kermesses de este otro
bellaco rojizo ya irreconocible de entre sus máscaras. Porque hubo y habría
tales muertos de igual prosapia de terrores y violencias, pastos de las moscas
verdes tsé-tsé africanas y las de
pelambres teñidos de multicolores carnavalescos, con corrimientos hacia el rojo
einsteniano, siempre presente en cada alegoría del Doomsday especulativo. Y
por qué no también sus prima hermanas de traiciones, coleteando rojuras, como
las sabandijas comunistas peruanas. Es que toda estas pieles chatas y toscas
del bestiario zurdo, no son incogibles tal lo fuera aquel del pacto diabólico
en "La Piel de Zapa"
De igual modo era esa figura con
ojos saltones y serpenteantes, desmadejada sobre el mármol del vertedero.
Figura antes temida y odiada en la Cuba castrista, tierra calcinada enhiesta de
auto elogios y hoy desflorado y maldito por la miseria en que los comunistas le
han convertido su bolsa marsupial. Pero
de ese instante, su imagen de fantasma
terrible de conductor y protector de sombras, descansaba quebrada y solitaria
en pose tan estrambótica como la maraña de su cabellera.
Pero
que desde instantes, su imagen de fantasma terrible de conductor y protector de
las sombras, descansaba quebrada y solitaria en pose tan estrambótica como la
maraña de su cabellera. Y, por fin, alguien cristiano se dignó cerrarle la
transparencia de sus ojos. Cualquier poeta del Diablo, le describiría durmiente
entre pliegues de miríadas de sus fantasmas victimados. Casi todos desdoblados
en terríficas pesadillas vengativas, de igual volar y serpenteo al de las
brujas goyescas coitantes at æternum en la umbrocidad de sus pinturas negras.
Es que el líder guerrillero y sus
seguidores del destacamento, valdrían como secuaces perfectos en cualquiera de
las bandas apostadas en caminos. Cierto fue que en justas verdades, estos
subversivos alebrestados, pelearon con las tres furias tales si fuesen leones, desde el
primero hasta el último día de su gran tragedia. Un modo de actuar inimaginable
―por lo inético― en sus enviadores desde la "Manila" siempre
apacible, ya desinteresada de sus mensajeros letales.
Los preludios de aquel aire de
muerte, tan absurdo como desentonado; finalizó sin los ditirambos grisáceos y
tramposos de los camisa rojas garibaldinas y sus escarapelas girondinas,
siempre en calidad de mensajeros de la muerte y el "odio inconmensurable al enemigo", decía Guevara. Y porque los rangers hicieron que así le fuera "de aquí hasta la eternidad" y para
siempre, con su inusitada perfección de cirujanos en día fecundo para la
democracia y la libertad plena del hombre. Ya se hablaría de la jornada por la libertad
paralizadora de los mensajeros totalitarios enviados a mansalva por “Manila” a Bolivia; con las agravantes de
nocturnidad, ventaja, alevosía y premeditación.
Una titulada “rebelión”
confeccionada con ruinas y falsedades, más parecida en las agravantes
circunstanciales, a la conspiración de unos desorejados para cometer un
asesinato. Claro que en este caso, se trataba nada menos que derrocar por
medios violentos, la democracia en Bolivia.
Una fiera Difunta Mayor, de
entre otras ya interfectas
No era
demasiado el espacio en la escuela de Quebrada del Yuro (“La
Higuera”) , para albergar a ese Difunto Mayor de entre otros
tantos difuntos, y no sólo en Bolivia; sino que desde antes en la Cuba aterrada
y en el África, Asia, Indoamérica y Oriente Medio, tan amadas por ser hijastras
de sus actividades desastrosas. Porque siempre fue un ente macabro, el Poeta de
las Penumbras, bien que fue evacuado por su mala sombra de pechuga andina, por la falta de oxígeno ya acentuado con el asma que no le abandonaba. Ni dudar que este era el cuerpo del escándalo inerte que
unos minutos antes, fue un guerrillero derrotado y auto humillado, en una
guerra que el mismo armó donde nadie le llamó, a fin de que terciara con sus
injerencias pro castristas. Los arpegios anexionistas bolivianos, compuestos
por un dudoso ‘procónsul’ argentino.
Porque,
el tal ‘libertador’ portaba un
mensaje equívoco conducente a coincidencias con los mismos ptialismos de
Angola, Etiopía, Zimbabwe, Vietnam, Sudáfrica y otros territorios; que a los pronosticadores
habaneros en la cima de sus espasmos demenciales y agresiones contra los países
democráticos; les dio por bautizar como “provincias
de ultramar” reales, al mejor estilo de las ex metrópolis ibéricas (España
y Portugal). Eran los sueños revertidos de somnolienta proto colonia kremliniana,
con sus testaferros indoamericanos.
―”Pero
Usted, señor Guevara —le
observó el asesor del CIA, — fue un extranjero quien les invadió a los bolivianos su
país con un contingente subversivo de mercenarios. Usted y sus hombres, fueron entrenados,
financiados y enviados a Bolivia desde La Habana, “Manila” como ustedes les
decían en clave, con planes específicos de derrocar al gobierno de este país”
“Y lo
peor, asesinaron a ciudadanos bolivianos en su propia tierra y todo, siguiendo
órdenes de un gobierno extranjero. Los bolivianos patriotas y nosotros los
asesores, no sabemos ‘qué’ diablos hacen aquí, usted y sus cómplices 4”
Tal punto de vista le aclaró Félix
Ismael Rodríguez Mendigutía, al parecer, el principal asesor cubano enviados a
Bolivia como apoyo contra-insurgente amenazada por una agresión por guerrilleros
comunista, exógena. La interlocución sucedió durante el cambio de impresiones (en
esencia, nada parecido a un interrogatorio formal) cuando Guevara era solo un guerrillero,
entre los otros prisioneros en la ultima refriega de los rangers contra los invasores,
desde que los guerrilleros pisaron suelo boliviano. Su interlocutor era el estratega
del grupo operativo que organizó la estrategia y táctica de búsqueda y captura
del futuro interfecto argentino y sus hombres, quien finalmente, resultó ser el que
lo había ensartado, andrajoso y herido en una pierna.
Ernesto "Che" GuevaraCamiseta del "Che"(Cortesía de Emilio Quintana) |
Pero este era especial. Había sido
capturado en medio del combate concluido. Capturado herido e
inexplicablemente apresado vivo con todo su armamento y parque, en estado
perfecto. Resultó sorprendente, dado que (como todos los comunistas) siempre
anuncian su inmolación de "mentiritas" antes de ser capturados vivos
por el enemigo, no como las ennoblecidas con hechos, de los altivos “Samurái Daimyõ” Pero no acaeció tal
historicismo épico, quizás arrepentido por habérselo aflojado las piernas, en
el que pudo ser el mejor de sus momentos. El último pedazo de “La Piel de Zapa”
(La peau de chagrín) protectora de la aventura guevarista había
desaparecido agotada por el quehacer del líder argentino y sus seguidores, tal
como le alertó el duende cuando le entregó el cuero mágico.
Castro, echó a rodar el rumor de
que al Dr. Ernesto (“Che”)
Guevara de la Serna (el de "hasta
victoria siempre"), lo capturaron (no rendido pacífico sino, motu proprio) a causa de que
sus armas le fallaron, sin mencionar las heridas y llagas de las piernas y pie. Lo cual
fue descartado en las investigaciones iniciales.
Como cuando a uno de sus
lugartenientes más aguerridos Dariel Alarcón Ramírez ("Benigno"), sobreviviente de la aventura boliviana y después exiliado
anticastrista en París, igual que a otros de la banda, Guevara le soltó a este sierramaestrino curtido una de
las demagogias a las que el mismo nunca les hizo caso:
―"Un
revolucionario verdadero, jamás se rinde
ni se deja apresar vivo por el enemigo. Primero, se inmola"
Claro que nadie dio valor a esta,
una de las tantas payasadas de los comunistas, que nunca se ofrendan en
sacrificio. Porque, como era de esperar, el león calló y no se expió, tal se
comprometió (dicen) a confesar detalles de su quehacer en la nómina castrista. Aunque
después, cuando tras ser apresado cobró bríos alucinantes y desafiantes; se
atrevió a rugir con fiereza en la escuelita rural donde lo encerraron. Allí
armó un soliloquio de incoherencias en el que se hacía preguntas del sí y el
no, donde en cada una de las mismas, sin importar la respuesta, le iba la vida. Su absurda vida ambulante por
caminos, selvas y parajes abruptos; como ente boliviano; pero que ninguno de
los cuales nunca fueron de los suyos, ni le condujo a lugar alguno. Lo mejor de la
cháchara: en el delicioso lunfardo de las favelas rioplatenses. Hablaba a las
furias y a los duendes anidados en Manila.
Un parte escueto del Ejército
Boliviano,
"El
Ejército Boliviano no toma prisioneros enemigos vivos y menos, de aquellos mercenarios quienes
invadan nuestra tierra, dice así la Ley Boliviana y esta, hay que cumplirla”
Más tarde sobrevino la orden
inevitable desde el Estado Mayor y Presidencia Boliviana. Una orden militar
legal, que ni los Castro ni los comunistas osaron refutar o protestar, además
porque quedaba en manos de otros el eliminar al conejo que molestaba tanto
dentro del sombrero como de la familia Castro, a todos. Rumores, hablan de un "Acuerdo Negro" entre La Habana y La
Paz, nunca confirmados y sin pruebas. También, porque para los Castro el
guerrillero tendría ya delineadas desde antes de la aventura boliviana, dos
figuras de propaganda elíptica. En cada foco una historia tremebunda, una para
el vencedor y otra para muerto.
"El león campante, que no lo
esperaba, fue medido por los bolivianos con la misma vara con la cual él,
personalmente, midió a sus prisioneros demócratas cubanos, antes de
ejecutarlos. Partiendo del asesinato alevoso de los indefensos, hasta los
desertores congoleños azorados, a los cuales asesinó cuando dicen que dijo: “... para dar el
ejemplo a los negros"
Ello fue el resultado de acudir
orondo al llamado musical de unos Castro disfrazados de "Flautista de Hamelin" Cuya flauta
siempre estuvo equivocada de melodías entre el llamado a los niños y el de las
ratas marugas; porque él y su entraña repleta de roñas y ambiciones, no cabían
en la fila de humanos de diferentes prosapias. Lo que le incitó ambiciones del
poder absoluto sobre todas las cabezas pensantes, que le contradijeran su otro
ego de maoísmo fabiano, antes de que
le arrebatara la muerte. Igual que los ave-tontas montoneros, tupamaros y el
resto de los tirapiedras sesenteros, hoy dispersos por los basureros
presidenciales del Eje Apocalypto (ALBA).
Era humillante para un líder
ridículamente capturado vivo, obsesionado en moldear sus delirios de grandeza,
por supuesto, alejado de la Sombra Mayor
interpuesta como trampa de luces entre el guerrillero peleador y el cubano
vanidoso. Su mentor y
promotor, Dr. Fidel Castro Rús y los estertores de la suya propia, idiotizado cuando
saltó como un jigüe trota caminos, en medio de la selva boliviana. Porque a
este líder abatido no le correspondía el sueño de los justos, porque también
resultó ser una fiera acorralada víctima de sus propios odios, sañas y de las
ánimas clamantes de sus prisioneros vejados, atormentados y asesinados a sangre
fría tras el triunfo de la guerrilla cubana.
Un ser del cual fluían deudas,
flecos de sobrestima y quejas desnudas de sus presas inermes asesinadas en la
Fortaleza de San Luis de La Cabaña, La Habana, ara y pedestal de ese comunismo
del "¡ahé,
ahé, ahé la Chambelona!", al ritmo de los tiros de gracia. Ese, el
mismo patrocinado por los "hermanos
sufridos del Norte revuelto y brutal" que no escatiman admiraciones y
siempre dispuestos a adular a los Castro, mientras levantan las ventanillas de
su Cadillac color "punzó", que tanto les gusta, en nombre de una fementida igualdad racial. Son
destrozadores de la encantadora "Habana Colonial" de la historia propia y presencia de la cubanidad
arrastrada por cuanto basurero se les antojó.
Ahora aquel tipo que exudada los
miasmas y fetideces propias de su vida torva y equivocada, aunque todavía con sus
sueños no descompuesto, mal envuelto en mortajas de mil encostraduras
sanguinolentas y exudaciones desesperadas, tuvo antecedentes que él y sus
compinches trataron de arrancar de una Historia violada al peor estilo. Se
intentó de alterar el paso fresco de las democracias, a cambio de un infame
placebo totalitario del ajiaco habanero, todavía enquistado hoy en algunas de
las mentes variopintas del cocusal zurdo indoamericano. Tal destilación, fue la
que diseñó en su retorta alquimista, el Good Shepherd Major castrista.
Génesis del aka "Che"
Uno de
los expedicionarios del Granma, idealista devoto de Castro, Antonio
"Ñico" López, quien husmeaba junto con Hilda Gadea entre círculos
comunistas en Ciudad México, dicen que fue quien lo apodó "Che"
Se trataba, nada más ni nada menos que del Dr. Ernesto Guevara de la Serna 5 Otros aseguran que fue su colega
(por breve, pues al parecer resultó eliminado; segundo hombre en la escala del
poder) el Comandante (Mayor) Camilo Cienfuegos Gorriarán; un personaje clave en la
opereta de los comunistas auto “inventados”,
el cual; como tantas otras sombras; desapareció convenientemente tal le sucedió
al globo-nauta cubano, Matías Pérez. Casi de igual lomo y canto a la diseñada y
escrita ―con guión dogmático― por el confundidor nato por excelencia, Vladimir
Ilich Ulyiánov, (aka
"Lenin") un controvertido fanático de Karl Marx, Friedrich Engels y
también de su propio Superego. Guevara, el "vivo de
entonces" (no el después muerto), se convenció de un presentimiento que
nunca existió, pero hacia el cual avanzó inexorable entre los destrozos de su
vanidad herida de muerte.
Este, con su andar y portar atento
a la Voz del Amo, sin embargo, hizo real y mandatorio el tarareo de las
cantatas impregnadas en el romancero gallego de los Castro y saltó al vacío en
la matta boliviana. Y todo porque el
Líder Máximo casi le cortó las ansias de emular con Babeuf 6 guillotinando a todos los burgueses a quienes
pudiera echarles mano. Porque al desplomarse la democracia en Cuba, se le
excitó la avidez idéntica de los Cirilo y Metodio anidados en la Plaza Roja;
ansiosos por bañar sus groserías de mujicks, anales y genitales ―unos cheos
irredimibles como camisetas en tendederas―, volcados sobre las playas cubanas.
El león, despechado por sus
misiones fracasadas, terció en los malabarismos preliminares que años más tarde
cercenaron la soberanía cubana en favor y hasta lograr que Cuba con todo lo que
tenía dentro, cayeran en desmayo típico de un homosexual, en brazos de la URSS.
Una acción vergonzosa que fructificó en extender pasaporte válido al vasallaje
de La Habana a Moscú; pos obitum; en
la titulada "Constitución Socialista de 1976"
El león se consideraba un discípulo
apasionado del líder, pero aspiró profundo y se le ocurrió en mala hora rugir
diabluras en las inmediaciones de la acera donde Castro dramatizaba su
misantropía de "optimista alegre" Fatal le resultó que tal dualidad de famas,
era intolerable por el Líder Máximo y la cofradía envidiosa (la populosa caterva de apparatchiks) de quienes "se la estaban jugando con su quiniela al canelo" aquellos los guerrilleros, a quienes le auscultaban los sobacos por intrusos. Este pujo
emulativo, unido a sus devaneos con la jauría comunista pequinesa, el grupo de
los que más tarde se convirtieron en "la
pandilla de los cuatro" ya envuelta en calideces de oxidación y lanzó al león durmiente, de súbito, por un derrotero de peligros.
Castro, especulan ciertos historiadores, activó sus neuronas y armó
un artilugio similar al que esfumó del juego político al que al parecer era
entonces su alfil preferido: el mentado Camilo Cienfuegos Gorriarán, otro polo
sombra de mayor simpatía que la suya. Pero ahora, estaba enfocado en defenestrar a un Guevara que ensayo la temeridad de pensar por sí mismo y se le escabulló por entre los dedos.
Peri Em Heru
Pero ni
Guevara ni su león interior, también de mayor proclividad a la muerte 7, se percataron eufóricos de
que dicha Constitución Socialista con la cual soñaban; no se trataba más que
del viejo "Libro de los Muertos"
(Peri Em Heru o "Libro para salir al día") Porque a
eso propendía el legajo, leer las inscripciones en las paredes interiores de sus respectivos sarcófagos, de abrir las doce puertas y vencer cada obstáculo antes de
comparecer frente a Asir. Es que el fin consistía en ser enviado definitivamente
donde Ammit, "el devorador"
y de esta forma expedita, ser borrado del Libro, para siempre. Quizás alguna
Sangoma sudafricana, de las traída por Castro en su periplo entre ritos de
santerías por el África Negra, o encargada después o desde antes; le tomó las
medidas a la mala-sombra del “Che” mientras dormitaba, tal vez tras sus
tareas matutinas de fusilazos en los patios de “San Luís de La Cabaña”
Ni de que hábiles egipcios, quizás
recolectados desde el delta del Nilo; taladraban, hendían y ahuecaban a partir
de cada medianoche y con el mayor sigilo; oquedades al hilo maderal de la
franja blanca de la cabecera del sarcófago de sicómoro, en una madera sagrada. Esos
artesanos del país extraño, obraban carpinterías secretas sobre un tronco
inmenso de sicómoro, como si fuera de acero negro. Era la madera mítica por
incorruptible con la que desde ha, se hacían los ataúdes de los faraones,
privilegio del cual él, “Che”,
nunca disfrutó.
Al igual que el resto de esos
placeres mundanos, propios del boato ecléctico y sibarita que siempre imperó e
impera a todo tren, en la Corte de Poma
(La Habana) Al parecer, lo que sí le produjo arrebatos fue saber de aquella
nota irónica sellada, proveniente de "Manila",
que le trajo el último correo arribado desde Santa Cruz: "¿Sabés pibecito que lo del
sicómoro, será solo para nosotros dos, los Castro inmortales"?
La saga continúa.
© Lionel Lejardi, Octubre 8, 2012
lejardil@bellsouth.net
Legacy Press
Addendum
1 Daniel Santos (El Inquieto Anacobero)
2 Ver el film ¡"Che"! de Omar
Sharif, dirigido por Richard Fleischer, 1969 USA y "Che” (part, I)"
de Benicio del Toro, dirigido por Steven Soderbergh, 2008 USA.
3 En ocasiones adjetivado "Dr." y en
realidad, el segundo apellido de Guevara debiera ser "Sheinerman" no "de
la Serna". Se afirma. Así, después de investigaciones, el CIA propone
el apellido de "Sheinerman".
Para detalles de esta sorprendente revelación, ver el "ehC,
el genoma sinistrorso" en
cualquiera de estos (mis) blogs personales o sociales.
4 El dialogo es una versión libre. Ver "El Guerrero de las Sombras" de
Félix Ismael Rodríguez Mendigutía y John Weisman. New York: Simón &
Schuster, 1989.
5 Ver de Sigmund Freud, "Zur Einführung des Naizβmus"
(Introducción del Narcisismo)
6 Ver de Françoise-Noël Babeuf, la "Conjuration des Égaux o Le Manifeste des
Égaux" (La Conspiración (manifiesto) de los Iguales)
7 Ver de Sigmund Freud, "Jenseits des Lustprinzips" (Más
allá del principio del placer). Donde plantea el Tánathos o Pulsión de Muerte.
Serás
bienvenido a mis blogs alternos:
EDC-6984
No hay comentarios:
Publicar un comentario