miércoles, 11 de febrero de 2015

El espejismo distópico de los Castro i/ii

El espejismo distópico de los Castro
i/ii
Se cumplen 58 años de dictadura comunista en Cuba

"Un comunista es alguien
que ha leído y recita
a Karl Marx.
Un anticomunista es alguien
que ha leído y entendido
 a Karl Marx"
Ronald W. Reagan

"Un asunto Cubano"




Confesión de un marxista fracasado a la sombra de su DUI filosófico
La Distopía Castrista: Fisiología de una oda nórdica tropicalizada
La confesión del Líder Máximo acerca de su fracaso como estadista y en todo lo demás que cualquier miembro de la dinastía castrista toca o se involucra; desnudó a este grácil y admirado proto dictador que administra ineficiente los bajos fondos subversivos y pseudo marxista por antonomasia, el inverecundo y deletéreo, Dr. Fidel Castro Rús. También le resultó sorpresa para su Überich (Super ego) quien por morón y descreído no dio con el confesionario que le había cerrado y atropellados a los religiosos cubanos hace mas de medio siglo. 

            Luego, ahora se delata porque tampoco encontró las hostias que su soberbia omnisciente eliminó. Decir al vuelo que el pueblo descreído adujo -una falsedad- no necesitar de esa harina del cuerpo de Cristo para hacer pan, aunque después tampoco hubo pan, ni el agua bendita, ni al cura del barrio alto donde vive el líder y sus cómplices; al cual aterrorizó ordenando que le dieran un mitin de repudio, a fin de que al menos, se apiadara y le comulgara sus irredenciones.


            Todo ello es inútil cuando se trata de un Fidel Castro, cuya luz política agoniza entre balbuceos ininteligibles. Quizás como abluciones de aquel drama homónimo de la Bergman. Resulta de tal modo, puesto que la mise en scène de la picaresca del régimen, luce como un evento de feria, donde despliegan sus malas artes oleaginosas los comunistas en desgracia, disidentes, conversos al buen vivir y atormentados por su bipolaridad.

Random a la entrada de confesionario
El concepto random está ligado de manera indisoluble a la incertidumbre, hasta que las probabilidades y estadísticas contadas de su anatomía subliminal (es el efecto Poetzle, pero de tendencia proclive al mal), arrojen algo fiable. El castrismo etimológico, también radom, permanece indisolublemente ligado a la cuarta quimera. Es la hermana bastarda de las tres originales. Y basta. La Incertidumbre, es el telón de fondo de cada evento o proceso sinistrorso random. Lo aleatorio (random), siempre está vinculado con el azar.

            En esencia, el término “aleatorio” implica la carencia, causa y orden de la motivación. También analiza estadísticas mensurables, como en los casos de conglomerados humanos, pero es impostergable ponderar que de inicio en esta premisa, no están claras las tendencias y correlaciones.

            En un Mundo Random, resalta, de manera exclusiva por lo curioso, una cierta ósmosis con las Ciencias y las Filosofías, sin considerar sus categorías subliminales. Claro que no necesariamente sine qua non, en su estado puro. 
"Lo mismo de lo mismo"
visto por Omar Santana
(Jueves 19 de septiembre 2013
Cortesía del Nuevo Herald)
            De hecho, la distopía castrista, en su calidad parasitaria del marxismo clásico (chulerías, como las que succiona el pez piloto del tiburón) ha logrado por efecto osmótico, el haber contaminado a casi toda su fuente matriz: la idea catacumbica de Marx, sus seguidores fantasmagóricos y todo el espectro de su disparate ideológico. Ello, pretendido  deslizarse auxiliado de tácticas subrepticias entre los pocos islotes de meandros inteligentes del marxismo. Una cáscara doctrinal de pureza ombliguera.

            Tal efecto subliminal bactericida, similar al Ébola patogénico, se diseminó hasta lograr la completa corrupción de su copycat imperfecto del marxismo original (nos atenemos a la fanfarria triunfalista de Marx); aunque a causa de un ficticio algoritmo de auto protección histórica de este último, la copia resultó incapaz de alcanzar la esencia de la fuente original.

           En alguna medida, las consideraciones anteriores develarían una “Anatomía de los fenómenos random” en la distopía castrista; que ya da la impresión velada, de haber borrado o disminuido el perfil de la sentencia "Dictadura del Proletariado"  tal hizo o eliminó otros dicterios inaceptables como "democracia comunista", antígenos ya esfumado de su vocabulario empobrecido.

            La cantaleta de “Dictadura del Proletariado” como himno póstumo a su fracaso estrepitoso, les dejó colgado de la brocha; por ello no nos interesa la autopsia de su anatomía estática (herrumbrosa), sino los restos letales aun activos de su fisiología dinámica. No sus ya esteticidades museable, mejor digamos, ineticidades amorales.

            Hoy, tras una necrosección de ese  “marxismo dietético castrista de congas y capetillos,  una genuina sublimación de la vulgaridad y la chabacanería; ya convertidas en moda nacional por obra y gracia del castrismo impenitente; nos encontramos con una ablución estereotipada de la realidad no cognoscitiva del Asunto Cubano.

            Esta alucinación, ha devenido en una serie de Pokemones, en más de medio siglo de juegos de Nintendo con los flecos del alma cubana (miserables que son los comunistas y sus cultores), conjugables con temperancias proclives a la destrucción de toda una nación inerme, ante el ataque despiadado de sus enemigos de intra y extramuros.

Una sirvienta llora
"En el final de esa madrugada de octubre de, 1917, cuando en el Palacio de Invierno, ya solo se escuchaban las descargas de fusiles y tiros de gracia, esporádicos, provenientes de los pelotones de sicarios bolcheviques de fusilamiento. Ellos, asesinaban de manera inexorable a prisioneros de guerra leales a la Casa Imperial rusa, capturados en el Palacio de Invierno y otras dependencias gubernamentales de Petrogrado. En un rincón, desmadejada sobre una butaca de raso florido; una sirvienta tan vieja como el reinado de Alexander III, lloraba desconsoladamente  ante el espectáculo sobrecogedor del suplicio de sus  víctimas y el goce de sus victimarios.

            La angustia le sobrevino a la mujer en el instante en que observó rabiosa a un oficial bolchevique —y no pensar en un mugriento y maloliente tipejo como los imaginamos a todos— el cual fumaba apacible un “Gitan” de tabaco rubio francés entre sorbos de vodka, pillados tras el saqueo del palacio, y recostado en una esquina del Salón de la Gran Estufa"

            Y ella pensó por un instante, en tomar la porra con mango de madera y cabeza redonda, saturada de púas de acero, que colgada en la Sala de los Caballeros Medievales contigua y golpearle el cráneo al gañan, quien a todas luces era un petimetre veinteañero. Se trataba de los algunos jóvenes estudiantes (no cadetes), burgueses y cortesanos obnubilados con lo  de “la aventura revolucionaria”, pasados tranquilamente al bando bolchevique. 

            Porque aquellos generacionales imberbes, de una forma u otra, pensaban de manera irreflexiva el igualarse a los "sans-culottes" de la Place Vendôme. Lo que nunca ocurrió  hasta que se decepcionaron con la pesadilla comunista.

            La mujer, de medina edad, pulcra y bien planchada, lo escudriñó detenidamente entre las penumbras del recinto, y vio como el oficial inmisericorde —pensó, inmersa en su rabieta interior—  permanecía de pie sobre un hermoso manojo de Kalingas Nivosas caídas del jarrón de porcelana derribado por los soldados.

             Porque se trataba de las flores preferidas por su “madrecita”, la Zarina Alejandra Románova. Aquellos aires cargados de detonaciones, olor a pólvora negra y cordita, provenientes de los patios imperiales, indicaron a todos los testigos ser los preámbulos infaustos, anunciadores de que el horrendo drama ruso, había comenzado" 

—†—

            En la pos realidad del tema, veremos que desde el génesis de la Nada y las tinieblas, el esclavismo distópico nunca fue un aporte marxistas. Porque el esclavismo canónico es tan viejo como la prostitución en su forma no adobada, pero que como en todas las demás transacciones comerciales, se convoyaba siempre aliada con algún tipo o versión del mercenarismo. 

            Sucede que en la realidad existen pocas diferencias entre ambos esclavismo, el tradicional de la compra y venta de almas; aún reinante en cada continente, excepto Australia; y el promovido por la distopía marxista, utilizando el trabajo esclavo de sus ciudadanos como una moneda de cambio genuina, siendo apócrifa. Porque en la práctica mercantil, ambos tráficos son idénticos atendiendo a sus objetivos convencionales.


            Resalta que en ciertos casos, los esclavos y territorios de ayer; pertrechados con moneda dura, materias primas, sociedades más o menos culteranas, una infraestructura y economía florecientes; son los esclavistas contractuales de hoy, siendo el marxismo rampante su ideología acomodaticia y sus profetas, los  predestinados; ahora que los bajeles y las barcarolas, no son precisamente las de Hoffman sino las de los ¿blanqueros? del siglo XXI.

            Algunas escuelas de los analistas entendidos en conductas impropias, catalogan el traspaso civilizador europeo a los “hermanos menores” de sus ex colonias como de secuelas de auto necrofiliainfantilismo parafílico,  donde la fuente de placer sexual no es la cópula, sino, la generada por el "independentismo extemporáneo” 

           ¿Escuchamos bien?

            Lo cual entendemos como una exageración. Aunque adentrados en el tema del esclavismo distópico, es de observar que la metamorfosis simbiótica (relación sociopática, en lugar de patológica) del mismo, es una forma umbilical para explicar síndrome social en las relaciones entre los humanos explotadores y los explotados; donde una de las partes está dotada, a veces, de superioridad intelectual, física y política.

             También de armamento (lo más importante); por citar ejemplos; siendo la parte más poderosa (aunque la disparidad, sea circunstancial o no), aquella que en definitiva se apodera de la más débil y la somete a sus deseos de manera absoluta.

            Tal si el objeto-pretexto le significara el placer de la posesión. Es la relación entre el poseedor y el poseído. Y se trata de hablar de la textura y percepción subliminal de la nueva versión de la esclavitud, conformada e instaurada por los comunistas rusos, desde el primer cuarto del siglo XX, cuando en 1917 los destacamentos trotskistas, asaltaron el Palacio de Invierno, en Petrogrado, rompiendo a martillazos la cristalería decimonónica.

            Mientras tanto, el fuerte acude a prácticas crudas e insolentes contra la inteligencia y debilidades del otro, obteniendo su producto final optimo; como trofeo de la acción triunfante de los fuertes contra los débiles, estos últimos, enteramente vulnerables.

            Por cualquier motivo es una sinrazón abusiva que se utiliza el trabajo humano ajeno, en provecho del dueño (estado controlador) del esclavo y sitúa a este sujeto-objeto en la categoría endeble de la no persona o en el decir piadoso (cinismo) de los sociólogos y filósofos antiguos y modernos que acompañan siempre a los conquistadores, una persona menor.

            Este concepto de pretensiones misericordiosas, resultó ficha manejable y de matiz no loable, aprovechada por los marxistas en el despliegue de su sofisma filosófico.

            A este último, lo manifiestan como una entidad reducida a esa condición de simple generador de trabajo útil y por lo tanto una maquinaria humana rentable, autopropulsada, útil para el propietario; la cual debe ser cuidada al mínimo de gastos para lograr su mejor eficiencia y mayor durabilidad. Esta forma de sociedad, también resultó tan vieja como la propia humanidad.

            En el ánimo de los esclavistas convencionales, especialmente los modernos, que empleaban fuerza de trabajo esclava; era de vital importancia que las parejas y sus proles recibieran cuidados adecuados, considerando que estas contribuían al engrandecimiento del patrimonio familiar, de manera natural, sin inversiones posteriores.

            Es el concepto procaz esgrimido a mansalva por líderes como el Dr. Fidel Alejandro Castro Rús (
Líder Máximo),  Adolph Hitler (Der Führer) y Benito Almicare Andrea Mussolini (Il Duce) o cómo diablos se auto denominen esta sarta de pícaros bambolleros, quienes  con sus ditirambos embelesan y controlan a la masa atontada hasta la chatura y a los intelectuales y artistas sinvergonzones.

Preámbulo distópico de la conjura marxista
En las sociedades contemporáneas abrazadas al marxismo, la administración del trabajo esclavo corre por parte de un régimen totalitario cuyos cultores denominan comunista denominan comunista —encubierto bajo la mantilla de paternalistas tiernos, de tipo socialista— el cual ejerce su capatazgo, como los viejos dueños de dotaciones de esclavos comprados a negreros ingleses, españoles, portugueses, islamitas o cualquier otro traficante.

            Los esclavistas, estaban obligados por ley a proveerlos de un apropiado cuidado como esas sus "propiedades vivientes" (esclavos virtuales) dentro de ciertos límites mínimos de atención médica, ropas, educación, entrenamientos, etc. pero sin la mayoría de las libertades individuales comunes, excepto las íntimas. Resumiendo que:

            “En estas pseudo sociedades gestadas artificialmente igualitaristas armadas contra natura por los totalitarismos comunistas, eran igualmente falsarias de cabo a rabo y que además, para roñas de los disidentes decepcionados; en las cuales no cabrían las concepciones liberales y democráticas como pilares básicos; es decir; cartas ciudadanas de calibres tales como la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica, sus Enmiendas, Leyes y Reglamentaciones fundamentales”

            Es decir, entonces la dotación ya mencionada debía auto regenerarse, multiplicarse y por lo tanto; ser mantenida al máximo de su rendimiento, al costo mínimo.

            Este principio explotador ha sido el adoptado como condición sine qua non tal indica la política de estado en los proto sistemas comunistas y socialistas; todos totalitarios y ufanados en declarase de manera abierta en dictaduras del proletariado, bajo una concepción bolchevique de “estalinismo feroz”, los cuales necesariamente no pueden operar ni justificar su violencia de terrorismo de estado sobre la ciudadanía inerme (indefensa), sin no revelarse o auto reafirmarse como sistemas totalitarios absolutos.

            En la jerga marxista, la opresión provendría de la "burguesía criolla explotadora”, la cual quedó atrás hace más de medio siglo; pero que en el caso de Cuba los castristas siguen levantando el muñeco imperialista, las amenazas del enemigo extranjero y el fantasma burgués, inexistentes, y de esta forma camuflar su propio saqueo de la Isla.

            La saga continúa.

 © Lionel Lejardi. Junio, 2013
lejardil@bellsouth.net
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