martes, 24 de marzo de 2015

Libro IV/IV. Trampantojos de intercambios académicos, gubernamentales y otras frivolidades inconfesables

Libro IV/IV. Trampantojos de intercambios académicos, gubernamentales y otras frivolidades inconfesables
Se cumplen 56 años de dictadura comunista en Cuba
Sin la venia ajena

(Sitio en construcción)

“Un Asunto Cubano”

¿Engañar al ojo (trompe-l'œil)?

I

Allá abajo, a 90 millas en 10 flat, se intercambian globos por botellas
Se trata sobre la misma conspiración comunista exótica, esa tiñosa posada permanente sobre la Isla de Cuba con un objetivo puntual único: continuar paciendo languideces y aburrimientos por sus fracasos injustificados ante el pueblo al cual han burlado por decenios; como buscones del vellocino de oro de los argonautas, devenido un simple chivo “comelatas” Como todas las pantomimas comunistas, aspavientando al pueblo     ante un supuesto "enemigo real a las puertas de la ciudad" (sic) Con flema acechante, la cúpula político-militar, órganos represivos, organizaciones fantasmas y universidades del régimen, otrora ingenios azucareros; hoy simples trapiches de caña santa, no dulce; coitan en medio de giros incesantes esperando nuevos llamados Metropolitanos (Washington) a continuar las calistenias secretas remendando los conciliábulos Sixtinos actuales.

Todo, siguiendo el guion cauteloso de las conversaciones iniciadas antes del primer encuentro de tercer grado en La Habana, dado a conocer en diciembre de 2014, entre el gobierno norteamericano y el régimen isleño; donde el Senado de los EE.UU. y oposición de ambas orillas, quedaron marginados.

Esos trapiches malsanos (operados por comunistas bobalicones), son aquellos como los Daladier y Chamberlain de München de la pre guerra (IIGM), una pesca fructífera para nazi y fascistas, hoy sus primos hermanos comunistas. Máquinas inútiles como sus manipuladores, de los que nunca emanó una gota de guarapo. 

            Nos referimos principalmente a los Intercambios Académicos y Gubernamentales, los cuales como  los desperdicios de una fiesta quinceañera, han si remontados una vez más sobre la mesa virtual de discusión y diálogos, tête-à-tête, convenidos tras pingües secreteos por los líderes de ambas entidades políticas en pugna, el gobierno democrático de los EE.UU., Presidente Barack Hussein Obama y el régimen totalitario que ocupa La Habana, el dictador Raúl Castro Rús.

Una de las particularidades que adornan  esta mesa de ping pong no china, sino de creole mestizado; es que Obama está al frente de la nación más poderosa de la Tierra,  regida por leyes en cada uno de sus estamentos políticos, económicos, sociales, culturales, poderes y éticos de los más altos estándares.

Mientras que en la otra esquina yace su contraparte, unos  entes peripatéticos arrugados e inseguros que nunca ha escuchado un “no,  Señor” emitido ni a sotto voce por alguno de los atribulados integrantes de sus hatos de silenciosos obedientes.

Bajo el comando del ahora Líder Máximo Raúl Castro Rús, el cuál desconoce exactamente la estructura y estado económico de un país (hoy ocupado por fuerzas extranjeras, internacionalistas) otrora rico y de futuro esplendido,  reposa hoy pulverizado minuciosamente por sus seguidores y fanáticos, convertirlo en una ruina turística.

Algo insólita, nos resulta esa habilidad y destreza de los comunistas; tal han hecho en todas las partes de este nuestro planeta; estrujadas hasta hacerlas hebras del “tiempo perdido” (quizás tan absoluto como el de Proust, por sus diabluras) entregadas en manos de esos aprendices de brujo.

Decir, es el portento colombino de tomar un país entero; edificado bellamente durante más de cuatro siglos y en menos de lo que dura el chasquido de un bosquimano en la nada cotidiana, y transfigurar a lo burdo toda Cuba en uno de los barrios marginales habaneros típicos de la que estos hunos del medioevo denominan,  barbarie capitalista rica, como los antaño de “Llega y pon”, “La cueva del humo”, etc.

Este desastre nacional, en todos los órdenes físicos, espirituales y morales; es explotado por la dinastía Castro desde hace 56 años largos y penosos contra el pueblo inerme, no como un país sino como una  Animals Farm (Granja de Animales)

En esta finca de horrores sus integrantes no son tratados como personas sino como parias, donde son aprisionados por una increíble telaraña estructural y burocrática de vagos, del más fino corte orwelliano. Para el segundo acto del drama cómico-trágico isleño iniciado en diciembre, 2014; el dictador se enteró a destiempo que con los cowboys del norte, no valen ni tintinearán más las obscenas osculaciones moscovitas.

            Sin embargo y de manera lastimosa para nuestra credulidad, la faces o una parte de las nuestras, los Estados Unidos de América (EE.UU.); dan la impresión o quizás no, por defecto óptico; que no son más que las mismas exequias lastimosas y escuálidas; exhumadas en volutas flotantes a sotavento estratégico y sin velamen ni timón hacia la mar apacible de la oficina filosófica munichista de entonces (la crisis iraní), hasta sumergirse de manera inexorable en la doctrina intolerable del presidente Jimmy Carter.

Toda la aparatura de los nuevos forenses políticos, es aprestada a fin de armarle los huesos y reanimar intentos ya anticuados; de restablecer puentes efímeros y otros enlaces; entre universidades, instituciones y oficinas gubernamentales de los EE.UU y Cuba. Pero a ambas oficinas les interesa cardinal, reabrir concordias y facilidades a los tiranuelos castristas en forma de embajadas reales en cada territorio nacional.

            Tales ilusiones educacionales son empujadas desde la cima de la Roca Tarpeya y suponer que se trata de entidades lectivas iguales en calidad y decoro; todo lo cual a vistas de ciegos y sordos; abroquelan per se  puntos de vistas académicos y sociales; además de conceptos éticos, morales, pudorosos y humanos, diametralmente opuestos. Diríamos, poner la luz frente a la razón, olvidando que tratamos con sombras.

            Estas maniobras, también estructuradas vis-à-vis sobre un sofá de embelesos hipotéticos –todas fracasadas antaño– devinieron fábulas asimétricas de vacuidad desoladora y a la vez, para los optimistas alegres, albricias esperanzadoras, alimentadas por sectores de entrambas orillas.

Es simple: respetar los Derechos Humanos
Claro que esto tendría el efecto para los comunistas contemporáneos, lo mismo que mencionar la soga en casa del ahorcado; tanto de horrible como la cruz cristiana o una ristra de ajos dulces o una bala de plata frente a los Drácula. No es que exista una línea de intereses comunes entre las voluntades de uno y otro lado, ni tan siquiera hebras de paráfrasis simbióticas, imposible con los totalitarismos, dado lo impúdico que son sus propuestas acerca de que entienden estos  “Anti-Dühring”  por Derechos Humanos, tal fueron definidos por la Carta Universal emitida por la ONU y otras tantas, en las que convinieron las naciones allí representadas. Ahora los castristas, la cúpula de la gerusia gerontocrática completa, que ignoraban tal, intensificaron los apaleamientos de disidentes y opositores; antes, durante y después de la Cumbre panameña.

Excepto, claro, los totalitarismos, satrapías, dictaduras, oligarquías, regímenes no democráticos, dinásticos, teocráticos, delincuenciales y otros que vibran al tensar de la misma cuerda floja, cuyos conceptos acerca del derecho, estos espoliadores han desplegado, dicen, para implantar en cuevas de hormigas tambochas.

            Como EE.UU. no podemos obviar nuestra influencia como parte fundamental del Mundo Libre, con nuestro poderío y con una economía la más poderosa del planeta; dado que en la orilla sur (detrás de la cortina de cañas) la volitud autónoma de los individuos y entidades, no existe ni siquiera en su forma más elemental.

La volitud de los comunistas habaneros, está supeditada a una orden del régimen central custodiada por el Ojo del Saurón policíaco, mangoneado por el Partido Comunista de Cuba (PCC)
                                                      
            Mientras que en la orilla norte (EE.UU) el tensor que modela nuestras universidades, por decir, fortalece, vivifica y activa la voluntad,  es de autonomía absoluta y potestativa en todas sus fases, por los gobernadores y Claustros respectivos en el Pleno de las universidades. Digo, de aquellas que tienen un mínimo de decoro.

            Pero da estupor la diferencia entre cada alegría, igual que la confusión de ciertos, aquellos apelotonados de nuestros cadres supérieure; no despiertos aun entre los conceptos de autonomía y heteronomía universitarias; sin entender (o no querer) que las reglas y principios son distintos en cada orilla. 

            Saber que es notoria y subproducto lógico de la entelequia zurda, cuando se trata  de la terquedad condicionada de los académicos cubanos en no advertir que ellos requieren con urgencias, replantearse los conceptos y preceptos diferenciales entre 
libertad y esclavitud.

            Ni siquiera avalar de todos y cada uno de los académicos, profesores y empleados de la Enseñanza Superior, por decreto, están obligados a prestar juramento de lealtad absoluta al
Líder Máximo y al PCC en calidad de militantes del partido. Algo tan monstruoso, es aberración inimaginable en nuestras universidades norteamericanas y el resto de los países libres y democráticos.

II

Partout, se levantan cosechas de iras azules y rojas
La ribera sur del canal que baña Cuba, está sembrada de universidades heteronómicas, unos sitios lúgubres de poca o ninguna iluminación, donde el voto de silencio impera en el aire y con niveles de aceptación y castidad tan elevados que ya superan a los reinantes en aquellos monasterios cristianos de beatitud absoluta, esparcidos por todo el territorio del Mundo Libre. En cada rincón de esos abrevaderos de agua tratada, solo se escuchan las oraciones evocadoras del Líder Máximo recitadas incesantemente por boca de sus acólitos.

En sus recintos, antaño democráticos, hoy se elaboran zippers bucales de alta tecnología, los cuales, tras implantados a los cubanos egresados solo son posibles de abrir desde adentro de la cavidad bucal o desde afuera de manera automática, ante la orden o úkase tácito del Líder, Dr. Fidel Castro Rús.

            En sus aulas no se escuchan siquiera ronroneos apagados de las palomas discutiendo acerca de sus preferencias eróticas. Pero lo terrible para nuestro lado democrático, es que en las retortas alquimistas de sus ideólogos, se arman a la carrera Trampantojos (trampas “papamoscas” para engañar al ojo y oído humano) insalvables para nuestros académicos, sin hábitos de lidiar con profesionales de la intriga, la conjura, el terror y los golpes bajos.

            El término "heteronomía", no recogido en los léxicos castristas y recordemos que lo acuñó Immanuel Kant quien definió, a manera de explicación que entenderíamos como que, 

            
"Los individuals sometidos a lo que en esencia es una violación forzada de su voluntad, por ser inherente a este modus operandi tan peculiar y opresivo en el actuar y pensar; caen desde su nacimiento (así lo diseña el régimen totalitario en sus planes de enseñanza, sea este comunista, fascista o nazi) en una catarsis insomne. El trauma es virtual en sus inicios, dentro de la cual su voluntad no está en función de los deseos del ser propio, sino en la voluntad de otros (los catequizadores comunistas) y con posibilidades mínimas (su voluntad individual) de despertar hacia mundo democrático real"

            Luego, la 
autonomía universitaria no existe en Cuba, puesto que la voluntad prevaleciente es la del régimen político dominante, sin una gota de matiz democrático o algo del condimento ciudadano libre. Sus hilos, todos, son asidos bajo el control de los comisarios, donde yacen absolutos sin volitud propia. En el caso lastimoso de Cuba, es decir, en manos del inefable Dr. Fidel Castro Rús.

             Es la inmersión de esa masa intelectual isleña, de una contemporaneidad alucinante; en el abismo insondable del quehacer freudiano. Del cual su sombra deambula entre los ayes y tesoros del "Todestrieb" (Pulsión de Muerte) y que se revuelve ansiosa, de retornar a la desesperanza de la copulación mental irresistible con sus opresores, es igual a la sumisión manumisa a sus represores, tal se manifiesta bajo el síndrome de Stokolmo).

            Mientras que en orilla norte, repleta de universidades autónomas de una apasionada ingenuidad victoriana (de cuando las patas torneadas de las mesas se cubrían con el mantel, para que no evocaran en los caballeros las piernas de las damas); candidatos variopintos de cualquier rincón de los EE.UU. aguardan ansiosos con sus mochilas prestas —una especie de paracaídas virtuoso, que estos tontos útiles ansían desplegar un día—, para hacer "en 10 flat" las 90 millas entre ambas riberas, al sonido del primer ¡go, boys!

            Cuestión de ser los pioneros en saltar en esas armadijas seductoras. Quizás porque algunos de estos devotos arrastran en sus sandalias otras personalidades de temblores peculiares, como prognosis aleatorias guardadas en el closet de las insanias recurrentes. Algunos, les denominan bipolaridad concupiscente.

            La penetración castrista, atañe a todo nuestro  Sistema Educacional Nacional (SEN), desde el nivel primaria hasta el universitario y es de nuestro interés; al menos el floridense; dada la cercanía al centro emisor enemigo y la multiplicidad de sus agentes (topos) esparcidos por todos los EE.UU., desbrozarlo de todos los matorrales.

            La pareja de espías capturados hace unos años en el interior de dependencias claves de la Florida International University (FIU), indican la incompetencia e ingenuidad de las figuras burocráticas y docentes encargadas de cuidar el prestigio de tan altos centros de estudios, afirman los más críticos de esa odisea malquista, ha sido vapuleado hasta el ridículo.

            Esta movida presidencial en realambrar los contactos para el reinicio de los intercambios (otros dicen que es al parecer, una jugada estratégica), envía el mensaje equivocado a la cúpula habanera la cual se envalentonará en sus actividades anti norteamericanas. No existen paralelos académicos entre las universidades de ambas riberas, cuando el derecho a la esperanza volitiva sólo funciona en una de las partes.

El Dr. Castro no puede permitir que la intelligenza cubana, aunque artificial y dogmática, en algún momento de inusual rebeldía, apriete calzones y cambie el ”Yes, Sir” por el rotundo, “No, Sir” y despegue a pensar por sí misma. Digo, sostenido en palabras esclarecedores de Walter Lippman: "...cuando todos piensan igual, es que ninguno está pensando"

Fin de la saga.

© Lionel Lejardi. Marzo, 2015
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